miércoles, 6 de junio de 2018

La Tajera, el embalse que regula las aguas del Tajuña (I)

El año 1993 comenzaba a llenarse el embalse de La Tajera, la obra hidráulica que venia permitía, por fin, regular las aguas el río Tajuña. El nuevo embalse, construido en compensación por el trasvase de las aguas del Tajo al Segura, era una antigua reivindicación de los habitantes de los pueblos ribereños del Tajuña. Inicialmente, la construcción del embalse perseguía no sólo regular el curso del Tajuña y evitar las avenidas, sino también aumentar los regadíos, producir energía hidroeléctrica y hasta un posible trasvase de las aguas del Tajuña al Tajo.





La regulación de las aguas del Tajuña fue un antiguo y reiterado anhelo de los pueblos asentados en las riberas del río, tanto en su recorrido por tierras alcarreñas, desde su nacimiento en Maranchón, como en su discurrir por la comunidad autónoma de Madrid hasta su desembocadura en el Jarama en las proximidades de Titulcia.
Casiano del Prado, habla de las avenidas del Tajuña en su obra Descripción física y geológica de la provincia de Madrid, hace una descripción
del Tajuña del que afirma:
(…) es el río de cauce mejor regulado de la provincia, sin embargo en las grandes avenidas sale de madre y hace algún daño, aunque a veces sucede también que beneficia la tierra con el limo que deja (…). Pero este supuesto beneficio no compensaba en absoluto los perjuicios creados por las riadas y avenidas, tan frecuentes cuando el caudal del río no estaba regulado.
Ángela Potenciano, en su Estudio de las inundaciones históricas del río Amarguillo (Toledo), cita varias fechas en las que se produjeron inundaciones y avenidas en ríos de la cuenca del Tajo. En lo que se refiere a la cuenca del Tajuña, la autora enumera las siguientes fechas:
1877- Inundaciones en Carabaña, Tielmes, Brihuega, (…) por altas precipitaciones.
1892- Morata de Tajuña, Chinchón, (…) lluvias in situ, tormentas, pedrisco
1941- Arganda, Titulcia y Tielmes
1947-Entre el 2 y el 6 de marzo avenidas en los ríos Tajo, Tajuña, Jarama, Henares, Manzanares y Alberche
1948- Avenidas en el río Tajuña.
1978-En los meses de febrero, marzo, abril y mayo se registraron avenidas en el río Tajuña, aforándose caudales de 35 m3/seg. a su paso por Loranca.
1989- En diciembre se registraron avenidas generalizadas en los ríos Henares, Jarama, Guadarrama, Manzanares, Tajuña, Tiétar y Alagón.

El río Tajuña desbordado a su paso por Perales  en 1960 
(Fotografia Archivo Regional de Madrid)

Si nos ceñimos a inundaciones en los pueblos de la ribera del Tajuña en la Comunidad de Madrid, también están documentadas avenidas importantes en el siglo XIX. En 1855, en el curso de una grave crisis provocada por una epidemia de cólera, las aguas del Tajuña se desbordaran tras una gran tormenta:
Perales de Tajuña, 31 de agosto
Cuando íbamos respirando un poco del pánico que se había apoderado de estos infelices habitantes en el triste periodo de mes y medio que ha reinado en el pueblo el cólera, llevándose entre pequeños y grandes 82 personas, y que por la misericordia de Dios nos encontramos enteramente libres de esta terrible calamidad, en la noche de ayer 30 ha venido a aumentar su aflicción y desconsuelo otra no menos lastimosa cual es una fuerte y terrible avenida del Tajuña, no conocida hace más de un siglo, que ha inundado y perdido por completo todos los frutos y legumbres de su hermosa vega, ocasionando la ruina de muchas familias, de casi todo el pueblo, que no cuentan para su subsistencia con otros arbitrios y recurso que sus pobres esquilmos, como dicen ellos, encontrándose en idéntico y triste caso los pueblos de Carabaña, Tielmes, Morata y Bayona de Tajuña. (La Esperanza, 3 de septiembre de 1855).
En el caso concreto de Morata, Jesús Antonio de la Torre, en su libro sobre la Historia de Morata, también hace referencia a grandes riadas ocasionadas por el Tajuña en el siglo XVII. La primera de ellas, ocurrida en 1629, significó la pérdida de la cosecha. Unos años después, en 1643, la riada y el desbordamiento del Tajuña provocó no sólo la pérdida de las cosecha sino también que la vega quedara colmada de los limos arrastrados por el río.
Ya en el siglo XX, una tormenta desencadenada el 3 de septiembre de 1906 provocó graves inundaciones en el casco urbano y en la misma vega de Morata, según informaba El Imparcial en su edición del 6 de septiembre de 1906:
(…) Desde una preminencia, se ve la vega arrasada totalmente, cubiertos sus sembrados de légamo y aguan en una extensión de bastantes kilómetros. La arroyada no ha respetado nada, arrastrando en su corriente impetuosa, (…) enormes peñascos del monte, compactas masas de granizo y avalanchas de tierra, que bajaban con ruido ensordecedor por las vías que atraviesan el pueblo hasta llegar a la vega, convertida en inmenso lago.
Además de para prevenir las avenidas y para regular el cauce del río, los proyectos de mejorar los regadíos en la cuenca del Tajuña también se plantearon en siglos pasados. Un experto agrónomo y, a la vez, alcalde de Morata, José de Hidalgo Tablada, se ocupó a mediados del siglo XIX de la posibilidad de regular y mejorar los riegos en los pueblos aledaños al Tajuña en la entonces provincia de Madrid. En 1861, a instancias de la Corona encabezada por Isabel II, se encargó a Hidalgo Tablada la redacción de un estudio para mejorar el regadío en los pueblos de la ribera baja del Tajuña. El periódico La España, en su edición del 25 de abril de 1861, informaba de la resolución, incluida en la Gaceta de Madrid:
(…) autorizando a Don José de Hidalgo Tablada, residente en Morata de Tajuña, para que practique los estudios de uno o varios canales derivados del río Tajuña, y los de rectificación y prolongación de alguno de los existentes para fertilizar los terrenos de Perales, Morata, Chinchón y Bayona, en esta provincia.
Fomento—Por Real orden de 20 de abril (Gaceta de 24), se autoriza a D. José Hidalgo Tablada, residente en Morata de Tajuña, para que en el término de un año practique los estudios de uno ó varios canales derivados del rio Tajuña, y los de rectificación y prolongación de algunos de los existentes para fertilizar los terrenos de Perales, Morata, Chinchón y Bayona, en esta provincia; en la inteligencia de que por la presente autorización no adquiere el interesado derecho alguno a la concesión definitiva de la obra, si no se estima conveniente, ni a indemnización de ningún género por los trabajos que practique.
Madrid, 20 de abril de 1861
Primera referencia documental de un pantano en el río Tajuña
Al margen de estos proyectos de mejora de los regadíos, que obviamente exigían algún tipo de regulación del cauce del Tajuña, el primer proyecto documentado sobre una actuación destinada a regular el cauce del río Tajuña apareció en un trabajo elaborado por el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos que se publicó en 1899.
Este trabajo, publicado con el título de Avance de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego, incluía las propuestas de este grupo de profesionales para mejorar la regulación de los ríos en todas las cuencas españolas y, además, un programa de construcción de canales que propiciaran la modernización y la mejora de la rentabilidad de la agricultura española.
En la justificación de su trabajo los ingenieros españoles de finales de siglo hacían hincapié en la necesidad de este programa regeneracionista:
(…) más en España, hay que convencerse de que es indispensable establecer el riego artificial si se ha de sacar el debido resultado de las condiciones que su clima ofrece.
(…) Una paulatina implantación de los riegos en multiplicados puntos y en pequeña escala, empezando por mejorar y ampliar los actuales, y extenderlos luego a nuevas zonas; una prudente protección dispensada por el Estado para favorecer por distintos medios el establecimiento del riego, de los beneficios del cual ha de ser el primer partícipe y sobre todo una perseverancia sin desfallecimientos (…), son los medios que racionalmente deben emplearse para salvar la dificultad que se opone al establecimiento de los riegos, estando persuadidos de que su eficacia habrá de ser confirmada por los hechos.
(…) El avance del plan adjunto (…) consta de dos partes, -según la propuesta de los ingenieros- comprendiendo la una indicaciones relativas a un plan de pantanos destinados al fomento de los riegos principalmente, pero que según se ha dicho al regularizar las corrientes amenguará los perjuicios que las avenidas ocasionen y permitirá los aprovechamientos de energía hidráulica en mejores condiciones que en la actualidad.
Para completar su trabajo, el Cuerpo de Ingenieros planteaba las actuaciones concretas en cada una de las cuencas españolas agrupadas por provincias. En la provincia de Madrid, entre otras obras hidráulicas, proponían los ingenieros de Caminos, Canales y Puertos la construcción de un embalse en el río Tajuña, en el término de Ambite, de 4 millones de metros cúbicos de capacidad para, según se afirmaba textualmente, aumentar los riegos actuales en las vegas de Perales, Morata, Chinchón y Titulcia.



Propuesta de construcción de pantanos en la provincia de Madrid, en el año 1899, que incluye un embalse de 40 hectómetros cúbicos en el río Tajuña

Esta propuesta, realizada en un momento histórico caracterizado por una profunda crisis política, social y económica –la propuesta del Plan General de Pantanos y Canales de Riego se hace pública un año después del año del Desastre y de la pérdida de Cuba- quedó en simple proyecto para la mayoría de las obras hidrológicas planteadas, entre ellas, como es patente, el pantano que regularía el caudal del río Tajuña. Sin embargo, que el Estado no dispusiera de los recursos económicos necesarios para afrontar la política hidrológica que necesitaba el país, no significa que, la regulación del Tajuña cayera en el olvido de los habitantes de sus riberas. Los periódicos de la época también se hicieron eco de estos proyectos. Es el caso de La Dinastía, que el 3 de mayo de 1899 publicaba la siguiente información:
Pantano en el Tajuña. El río Tajuña, cuyo cauce es bastante regular, es el mejor aprovechado para riegos en la provincia de Madrid, distribuyéndose sus aguas en varias acequias en unas 2.500 hectáreas de terreno situado en las vegas de Perales, Morata, Chinchón y Titulcia. Su caudal, que en épocas de estiaje es de 1.500 a 1.800 litros por segundo, es insuficiente para regar tanta extensión de terreno. Motivándose por tal causa serios conflictos. Estas deficiencias podrían evitarse construyendo un pantano de cuatro millones de metros cúbicos de cabida en término de Ambite o en la provincia de Guadalajara, según conviniese.
Resulta evidente que el texto precedente del diario madrileño es una traslación, casi literal, de la propuesta de los ingenieros para la comarca madrileña de la ribera baja del Tajuña en unos años en los que, no lo olvidemos, ya se veía como inminente la llegada del ferrocarril a estos pueblos, lo que unido a el proyectado pantano, podría significar una auténtica revolución en las perspectivas económicas y sociales de sus habitantes.
Unos años después, en 1906, en el Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, al referirse a las zonas regables del Tajuña en la entonces provincia de Madrid, no faltaba una velada alusión a la necesidad de regular las aguas del Tajuña:
(…) Las diferentes acequias que derivan del Tajuña riegan las siguientes extensiones de terreno. En el término de Ambite 91, hectáreas, en el de Orusco, 90, en el ce Carabaña, 570; en Tielmes, 515; en el de Perales, 214; en el de Morata 1.358; en el de Chinchón, 2.583 , y en el de Bayona de Titulcia, 890, resultando así una superficie total de 7.091 hectáreas regables.
Patente queda con solo el ejemplo de los riegos del Henares y Tajuña, dentro de la provincia de Madrid, que siempre que al aprovechamiento de una corriente cualquiera se atribuye mayor superficie regable de la que permite beneficiar la verdadera dotación de agua en estiaje, la empresa se malogra y arruina, pues ni hay suficiente caudal constante para utilizar lo proyectado, ni los regantes encuentran condiciones ventajosas, ni los gastos de construcción se reducen a lo indispensable, viniendo todo a destruir las esperanzas que proyectos de pura teoría hicieron concebir en un principio.
Pese a esta constatación de la necesidad de mejorar y garantizar la superficie regable, aún pasarían muchos años para que se cumplieran las esperanzas de los agricultores ribereños del Tajuña, como veremos en las próximas entregas del blog.

Fuentes y bibliografía
  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
  • Estudio de las inundaciones históricas del río Amarguillo. Potenciano de las Heras, Ángela. Memoria presentada para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Geológicas. Departamento de Geodinámica. Madrid, 2004.
  • Avance de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego, redactado por el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Año de 1899. Imprenta y fundación democrática de los Hijos de J. A. García. Madrid, 1899.
  • Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, Tomo XXVIII Tomo VIII. Segunda Serie (1906). Madrid, Tipografía de la viuda de M. Tello. Madrid, 1906.
  • Periódicos y publicaciones citadas en el texto.


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