El
año 1993 comenzaba a llenarse el embalse de La Tajera, la obra
hidráulica que venia permitía, por fin, regular las aguas el río
Tajuña. El nuevo embalse, construido en compensación por el
trasvase de las aguas del Tajo al Segura, era una antigua
reivindicación de los habitantes de los pueblos ribereños del
Tajuña. Inicialmente, la construcción del embalse perseguía no
sólo regular el curso del Tajuña y evitar las avenidas, sino
también aumentar los regadíos, producir energía hidroeléctrica y
hasta un posible trasvase de las aguas del Tajuña al Tajo.
La
regulación de las aguas del Tajuña fue un antiguo y reiterado
anhelo de los pueblos asentados en las riberas del río, tanto en su
recorrido por tierras alcarreñas, desde su nacimiento en Maranchón,
como en su discurrir por la comunidad autónoma de Madrid hasta su
desembocadura en el Jarama en las proximidades de Titulcia.
Casiano
del Prado, habla de las avenidas del Tajuña en su obra Descripción
física y geológica de la provincia de Madrid,
hace una descripción
(…)
es el río de cauce mejor regulado de la provincia, sin embargo en
las grandes avenidas sale de madre y hace algún daño,
aunque a veces sucede también que beneficia la tierra con el limo
que deja (…). Pero este
supuesto beneficio no compensaba en absoluto los perjuicios creados
por las riadas y avenidas, tan frecuentes cuando el caudal del río
no estaba regulado.
Ángela
Potenciano, en su Estudio de
las inundaciones históricas del río Amarguillo (Toledo),
cita varias fechas en las que se produjeron inundaciones y avenidas
en ríos de la cuenca del Tajo. En lo que se refiere a la cuenca del
Tajuña, la autora enumera las siguientes fechas:
1877-
Inundaciones en Carabaña, Tielmes, Brihuega, (…) por altas
precipitaciones.
1892-
Morata de Tajuña, Chinchón, (…) lluvias in situ, tormentas,
pedrisco
1941-
Arganda, Titulcia y Tielmes
1947-Entre
el 2 y el 6 de marzo avenidas en los ríos Tajo, Tajuña, Jarama,
Henares, Manzanares y Alberche
1948-
Avenidas en el río Tajuña.
1978-En
los meses de febrero, marzo, abril y mayo se
registraron avenidas en el río Tajuña, aforándose caudales de 35
m3/seg. a su paso por Loranca.
1989-
En diciembre se registraron
avenidas generalizadas en los ríos Henares, Jarama, Guadarrama,
Manzanares, Tajuña, Tiétar y Alagón.
El río Tajuña desbordado a su paso por Perales en 1960
(Fotografia Archivo Regional de Madrid)
Si
nos ceñimos a inundaciones en los pueblos de la ribera del Tajuña
en la Comunidad de Madrid, también están documentadas avenidas
importantes en el siglo XIX. En 1855, en el curso de una grave crisis
provocada por una epidemia de cólera, las aguas del Tajuña se
desbordaran tras una gran tormenta:
Perales
de Tajuña, 31 de agosto
Cuando
íbamos respirando un poco del pánico que se había apoderado de
estos infelices habitantes en el triste periodo de mes y medio que ha
reinado en el pueblo el cólera, llevándose entre pequeños y
grandes 82 personas, y que por la misericordia de Dios nos
encontramos enteramente libres de esta terrible calamidad, en la
noche de ayer 30 ha venido a aumentar su aflicción y desconsuelo
otra no menos lastimosa cual es una fuerte y terrible avenida del
Tajuña, no conocida hace más de un siglo, que ha inundado y perdido
por completo todos los frutos y legumbres de su hermosa vega,
ocasionando la ruina de muchas familias, de casi todo el pueblo, que
no cuentan para su subsistencia con otros arbitrios y recurso que sus
pobres esquilmos, como dicen ellos, encontrándose en idéntico y
triste caso los pueblos de Carabaña, Tielmes, Morata y Bayona de
Tajuña. (La Esperanza, 3
de septiembre de 1855).
En
el caso concreto de Morata, Jesús Antonio de la Torre, en su libro
sobre la Historia de Morata, también hace referencia a grandes
riadas ocasionadas por el Tajuña en el siglo XVII. La primera de
ellas, ocurrida en 1629, significó la pérdida de la cosecha. Unos
años después, en 1643, la riada y el desbordamiento del Tajuña
provocó no sólo la pérdida de las cosecha sino también que la
vega quedara colmada de los limos arrastrados por el río.
Ya
en el siglo XX, una tormenta desencadenada el 3 de septiembre de 1906
provocó graves inundaciones en el casco urbano y en la misma vega de
Morata, según informaba El
Imparcial en su edición
del 6 de septiembre de 1906:
(…) Desde una preminencia, se ve
la vega arrasada totalmente, cubiertos sus sembrados de légamo y
aguan en una extensión de bastantes kilómetros. La arroyada no ha
respetado nada, arrastrando en su corriente impetuosa, (…) enormes
peñascos del monte, compactas masas de granizo y avalanchas de
tierra, que bajaban con ruido ensordecedor por las vías que
atraviesan el pueblo hasta llegar a la vega, convertida en inmenso
lago.
Además
de para prevenir las avenidas y para regular el cauce del río, los
proyectos de mejorar los regadíos en la cuenca del Tajuña también
se plantearon en siglos pasados. Un experto agrónomo y, a la vez,
alcalde de Morata, José de Hidalgo Tablada, se ocupó a mediados del
siglo XIX de la posibilidad de regular y mejorar los riegos en los
pueblos aledaños al Tajuña en la entonces provincia de Madrid. En
1861, a instancias de la Corona encabezada por Isabel II, se encargó
a Hidalgo Tablada la redacción de un estudio
para mejorar el regadío en los pueblos de la ribera baja del Tajuña.
El periódico La España,
en su edición del 25 de abril de 1861, informaba de la resolución,
incluida en la Gaceta de
Madrid:
(…)
autorizando a Don José de Hidalgo Tablada, residente en Morata de
Tajuña, para que practique los estudios de uno o varios canales
derivados del río Tajuña, y los de rectificación y prolongación
de alguno de los existentes para fertilizar los terrenos de Perales,
Morata, Chinchón y Bayona, en esta provincia.
Fomento—Por
Real orden de 20 de abril (Gaceta de 24), se autoriza a D. José
Hidalgo Tablada, residente en Morata de Tajuña, para que en el
término de un año practique los estudios de uno ó varios canales
derivados del rio Tajuña, y los de rectificación y prolongación de
algunos de los existentes para fertilizar los terrenos de Perales,
Morata, Chinchón y Bayona, en esta provincia; en la inteligencia de
que por la presente autorización no adquiere el interesado derecho
alguno a la concesión definitiva de la obra, si no se estima
conveniente, ni a indemnización de ningún género por los trabajos
que practique.
Madrid,
20 de abril de 1861
Primera
referencia documental de un pantano en el río Tajuña
Al
margen de estos proyectos de mejora de los regadíos, que obviamente
exigían algún tipo de regulación del cauce del Tajuña, el primer
proyecto documentado sobre una actuación destinada a regular el
cauce del río Tajuña apareció en un trabajo elaborado por el
Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos que se publicó en
1899.
Este
trabajo, publicado con el título de Avance
de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego,
incluía las propuestas de este grupo de profesionales para mejorar
la regulación de los ríos en todas las cuencas españolas y,
además, un programa de construcción de canales que propiciaran la
modernización y la mejora de la rentabilidad de la agricultura
española.
En
la justificación de su trabajo los ingenieros españoles de finales
de siglo hacían hincapié en la necesidad de este programa
regeneracionista:
(…)
más en España, hay que convencerse de que es indispensable
establecer el riego artificial si se ha de sacar el debido resultado
de las condiciones que su clima ofrece.
(…)
Una paulatina implantación de los riegos en multiplicados puntos y
en pequeña escala, empezando por mejorar y ampliar los actuales, y
extenderlos luego a nuevas zonas; una prudente protección dispensada
por el Estado para favorecer por distintos medios el establecimiento
del riego, de los beneficios del cual ha de ser el primer partícipe
y sobre todo una perseverancia sin desfallecimientos (…), son los
medios que racionalmente deben emplearse para salvar la dificultad
que se opone al establecimiento de los riegos, estando persuadidos de
que su eficacia habrá de ser confirmada por los hechos.
(…)
El avance del plan adjunto (…) consta de dos partes, -según
la propuesta de los ingenieros-
comprendiendo la una indicaciones relativas a un plan de pantanos
destinados al fomento de los riegos principalmente, pero que según
se ha dicho al regularizar las corrientes amenguará los perjuicios
que las avenidas ocasionen y permitirá los aprovechamientos de
energía hidráulica en mejores condiciones que en la actualidad.
Para
completar su trabajo, el Cuerpo de Ingenieros planteaba las
actuaciones concretas en cada una de las cuencas españolas agrupadas
por provincias. En la provincia de Madrid, entre otras obras
hidráulicas, proponían los ingenieros de Caminos, Canales y
Puertos la construcción de un embalse en el río Tajuña, en el
término de Ambite, de 4 millones de metros cúbicos de capacidad
para, según se afirmaba textualmente, aumentar
los riegos actuales en las vegas de Perales, Morata, Chinchón y
Titulcia.
Propuesta de construcción de pantanos en la provincia de Madrid, en el año 1899, que incluye un embalse de 40 hectómetros cúbicos en el río Tajuña
Esta
propuesta, realizada en un momento histórico caracterizado por una
profunda crisis política, social y económica –la propuesta del
Plan General de Pantanos y Canales de Riego se hace pública un año
después del año del Desastre y de la pérdida de Cuba- quedó en
simple proyecto para la mayoría de las obras hidrológicas
planteadas, entre ellas, como es patente, el pantano que regularía
el caudal del río Tajuña. Sin embargo, que el Estado no dispusiera
de los recursos económicos necesarios para afrontar la política
hidrológica que necesitaba el país, no significa que, la regulación
del Tajuña cayera en el olvido de los habitantes de sus riberas. Los
periódicos de la época también se hicieron eco de estos proyectos.
Es el caso de La Dinastía,
que el 3 de mayo de 1899 publicaba la siguiente información:
Pantano
en el Tajuña. El
río Tajuña, cuyo cauce es bastante regular, es el mejor aprovechado
para riegos en la provincia de Madrid, distribuyéndose sus aguas en
varias acequias en unas 2.500 hectáreas de terreno situado en las
vegas de Perales, Morata, Chinchón y Titulcia. Su caudal, que en
épocas de estiaje es de 1.500 a 1.800 litros por segundo, es
insuficiente para regar tanta extensión de terreno. Motivándose por
tal causa serios conflictos. Estas deficiencias podrían evitarse
construyendo un pantano de cuatro millones de metros cúbicos de
cabida en término de Ambite o en la provincia de Guadalajara, según
conviniese.
Resulta
evidente que el texto precedente del diario madrileño es una
traslación, casi literal, de la propuesta de los ingenieros para la
comarca madrileña de la ribera baja del Tajuña en unos años en los
que, no lo olvidemos, ya se veía como inminente la llegada del
ferrocarril a estos pueblos, lo que unido a el proyectado pantano,
podría significar una auténtica revolución en las perspectivas
económicas y sociales de sus habitantes.
Unos
años después, en 1906, en el Boletín
de la Comisión del Mapa Geológico de España,
al referirse a las zonas regables del Tajuña en la entonces
provincia de Madrid, no faltaba una velada alusión a la necesidad de
regular las aguas del Tajuña:
(…)
Las diferentes acequias que derivan del Tajuña riegan las siguientes
extensiones de terreno. En el término de Ambite 91, hectáreas, en
el de Orusco, 90, en el ce Carabaña, 570; en Tielmes, 515; en el de
Perales, 214; en el de Morata 1.358; en el de Chinchón, 2.583 , y en
el de Bayona de Titulcia, 890, resultando así una superficie total
de 7.091 hectáreas regables.
Patente
queda con solo el ejemplo de los riegos del Henares y Tajuña, dentro
de la provincia de Madrid, que siempre que al aprovechamiento de una
corriente cualquiera se atribuye mayor superficie regable de la que
permite beneficiar la verdadera dotación de agua en estiaje, la
empresa se malogra y arruina, pues ni hay suficiente caudal constante
para utilizar lo proyectado, ni los regantes encuentran condiciones
ventajosas, ni los gastos de construcción se reducen a lo
indispensable, viniendo todo a destruir las esperanzas que proyectos
de pura teoría hicieron concebir en un principio.
Pese
a esta constatación de la necesidad de mejorar y garantizar la
superficie regable, aún pasarían muchos años para que se
cumplieran las esperanzas de los agricultores ribereños del Tajuña,
como veremos en las próximas entregas del blog.
Fuentes
y bibliografía
- Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999.
- Estudio de las inundaciones históricas del río Amarguillo. Potenciano de las Heras, Ángela. Memoria presentada para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias Geológicas. Departamento de Geodinámica. Madrid, 2004.
- Avance de un Plan General de Pantanos y Canales de Riego, redactado por el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Año de 1899. Imprenta y fundación democrática de los Hijos de J. A. García. Madrid, 1899.
- Boletín de la Comisión del Mapa Geológico de España, Tomo XXVIII Tomo VIII. Segunda Serie (1906). Madrid, Tipografía de la viuda de M. Tello. Madrid, 1906.
- Periódicos y publicaciones citadas en el texto.
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