Una
parte muy importante del Tratado
del cultivo de la vid, la
obra de José de Hidalgo Tablada que comenzamos a reseñar la pasada
semana, es la descripción que realiza de las múltiples variedades
de vid cultivadas por los viticultores españoles. En su obra, el
autor apuesta por elegir la variedad más apropiada para cada terreno
y para cada zona de España. En relación con Morata y su comarca,
Hidalgo describe las variedades más utilizadas en la zona, entre
ellas, la uva malvar y
la uva jaen.
Elección
de la clase de vid
Hidalgo
Tablada otorga mucha importancia al tipo de vid elegida a la hora de
favorecer la calidad de los vinos y, desde luego, la productividad de
las explotaciones:
En
la región central se cultiva la uva tinta de Valdepeñas, ¿y puede
decirse que se obtengan vinos de Valdepeñas fuera de su localidad?
Esa clase de uva produce los vinos tintos de Morata, Chinchón,
Carabaña, Colmenar de Oreja, Tarancón, etc, y sin embargo, cada uno
de esos pueblos produce vinos que no son iguales, porque no lo es el
suelo, cultivo y demás circunstancias que modifican los productos de
la vid. Así se ve que mientras Valdepeñas vende su vino a veinte
reales arroba, los otros pueblos de la provincia de Ciudad Real
encuentran dificultades en verificarlo a 10 reales. En un mismo
pueblo, en Morata, Chinchón, etc, la uva de la misma variedad
procedente se de secano y riego, vale más la primera que la segunda
(…).
Como
ejemplo de la necesidad de adaptar cada variedad a los terrenos que
le son más propicios, Hidalgo Tablada expone un ejemplo:
Llevados
de la celebridad que la uva garnacha tiene en para los vinos tintos
de Aragón, se trajeron a Morata en 1845 plantas de garnacha roja, y
se puso un gran viña por el señor conde de Sástago; hoy no existe
una cepa, pues el caldo que aquí producía el vino aragonés era de
poca fuerza y el vino de color ojo de gallo.
Para
finalizar con este asunto de la adaptación de los distintos tipos de
vida al terreno, Hidalgo Tablada compara la variedad malvar
en Morata y en Colmenar de Oreja:
Comparado
el fruto obtenido de las vides malvases de igual clase, plantadas en
los terrenos silicios, guijarrosos, colorados de secano de Colmenar
de Oreja, con los cálidos arcillosos pardos de Morata, resulta una
diferencia tal, que son para los poco expertos dos variedades: su
venta en Madrid, para fruta mejora el precio de las de Colmenar 4, 6
y más reales en Arroba. En Morata mismo tenemos nosotros una viña
cuya uva compite en el mercado de Madrid con la de Colmenar, y que
ninguna otra del término de Morata se vende al precio y estimación
que ella.
Portadilla de la segunda edición del libro de Hidalgo Tablada "Tratado del cultivo de la vid"
Variedades
de uva*
Albillo
pardo
Las
cepas de esta variedad llegan a un tamaño desmesurado en la vega de
este pueblo (Morata) donde hay algunas plantas; las hojas son muy
borrosas, los racimos muchos y mediados, aovados cilíndricos, uvas
muy apiñadas, casi redondas, amarillo claro, o verdoso, según el
terreno, venas manifiestas, menos blandas, menos jugosas y dulces,
más tardías que el albillo castellano.
Malvasía
Esta
variedad es muy estimada en uva en el mercado de Madrid, adonde se
lleva desde principios de septiembre hasta enero del año siguiente
de la cosecha, hace veinte años no se conocía apenas en los pueblos
del distrito de Chinchón. Nosotros fuimos de los primeros que
plantamos una viña en 1845 y tuvimos tal acierto en la elección del
terreno que la uva que produce es la más estimada de esta localidad
(Morata) hasta el punto de venderse cuatro y más reales por arroba
más caro que la de su misma clase llevado de aquí. Creemos que la
bondad de la uva nace de ser terreno que indica haber habido en él
alguna población, pues se encuentran en él tejas calcinadas y
rotas, cimientos y demás que prueba que hubo edificios que no
recuerda la historia. El suelo es calizo, silicio, arcilloso y pardo.
Hidalgo
Tablada también se refiere a esta variedad de uva blanca malvasía y
a su cultivo en el municipio de Colmenar de Oreja:
En
Colmenar de Oreja se hace un gran negocio con la uva malvasía, que
aquí conocemos con el nombre de malvar. Se cuelgan para llevar a
Madrid en el otoño de treinta a cuarenta mil cargas de 9 a 10
arrobas cada una.
La
utilización de este tipo de uva blanca para su consumo como fruta en
los mercados de Madrid también era muy habitual en Morata donde,
como señala Hidalgo Tablada, los racimos se colgaban para su mejor
conservación hasta el momento de su venta.
Vigeriegos
Sobre
esta variedad de uva Hidalgo Tablada señala:
Así
como en los trajes varían las modas, en los alimentos suele suceder
que se hagan algunas alteraciones, y de ser así, resulta que hará
veinte años que la uva vigeriega o gordal, como se llamaba en
Morata, tenía tal aceptación en Madrid para fruta, que en tres
fanegas de tierra de las de aquí, que representan una media
aranzada, o sea, 57 áreas, 36 centiáreas, hemos sacado algunos años
antes de 1850, tres o cuatro mil reales, y en este término, había
por entonces una viña que sólo tenía ochocientos puestos de vid,
que era unas dos aranzadas, la cual hubo año que se vendía el fruto
de la cepa en catorce mil reales.
Con
motivo de la enfermedad del oídium y ser una de las variedades que
más acometió, se introdujo la malvás, se empezó a conocer esta
clase de uva en Madrid, y la gordal ya no tiene ningún mérito, así
es que van desapareciendo y las dos viñas citadas ya no existen.
Hidalgo
Tablada añade las características de esta variedad de uva:
(…)
Racimos grandes en demasía, muchos y apretados, distingue esta
variedad que cultivamos en riego y secano, en tierra parda arcillosa,
en caliza silícea, etc, y hemos visto y estudiado en La Rioja,
Navarra, Andalucía y Morata. La uva muy obtusa, superficie igual,
dulce, temprana (…).
(:..)
El mosto de esta variedad –concluye- no tiene condiciones ninguna
para vino, es muy fluido, poco azucarado, así es que la vigeriega
común sólo sirve para comerla en fruta, ya sea cuando se corta, o
guardándola colgada, de cuya manera resisten hasta el fin de
diciembre.
Para
finalizar su obra, Hidalgo Tablada incluye algunos capítulos
dedicados a los cuidados que requieren las viñas
Cultivo
de la vid
José
de Hidalgo analiza los cuidados que en su opinión necesitan los
cultivos de viña en base a su experiencia como labrador y
propietario de viñedos. Cita en primer lugar las labores que se
realizan con el arado. Al referirse a esta herramienta señala:
(…)
ese arado, que no ha variado mucho del que describe Virgilio, tiene
pocos elementos para romper la tierra sin repetidas labores, y de
aquí la creencia fundada de que los plantíos de viña en los tres
primeros años han de recibir treinta labores de arado (…).
Y
continúa:
(…)
No vemos sean precisas las diez labores por año, que con el arado
ordinario se dice por los prácticos deben darse a la viña nueva, y
no sólo lo dicen, sino que lo hacen, hasta poner tonta la tierra de
tanta labor, que es su manera de expresarse.
Además
de esta obra sobre el cultivo de la vid, Hidalgo Tablada también
dedico sendos trabajos a la elaboración del vino en dos libros de
los que trataremos en la próxima entrega del blog.
*Aunque
Hidalgo Tablada analiza en su obra las variedades de uva más
cultivadas en toda España nosotros, para la reseña de su libro,
sólo hemos incluido las que se cultivaban por aquellos años en
Morata y su comarca.
Fuentes
y bibliografía:
- Tratado del cultivo de la vid en España y modo de mejorarlo. Hidalgo Tablada, José de. Segunda Edición, corregida y mejorada con nuevos datos. Librería de la señora viuda e hijos de don José Cuesta, editores. Madrid, 1870.
- Tratado de la fabricación de vinos en España y el extranjero. Hidalgo Tablada, José de. Segunda edición corregida y mejorada con nuevos datos. Librería de los sres. viuda e hijos de D. José Cuesta, editores. Madrid, 1871.
- Tratado de vinificación y descripción de algunos instrumentos que sirven para perfeccionar este arte, el modo de usarlos y sus ventajas. Hidalgo Tablada, José de. Establecimiento tipográfico de Andrés Peña. Madrid, 1850.
- Contestación al interrogatorio sobre cultivo de cereales, olivo, vid y agrios e industrias derivadas. Ortiz Cañavate, Fernando. Establecimiento tipográfico de M. Minuesa de los Ríos. Madrid, 1881.
- Exposición Nacional Vinícola de 1877. Catálogo general. Imprenta, esterotipia y galvanoplastia de Aribau y Ciª. (Sucesores de Rivadeneira). Madrid, 1877.
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