José
de Hidalgo Tablada llevó a cabo con sus libros una intensa labor
divulgativa y científica en materia agronómica en los años que
siguieron a su primera etapa al frente del Ayuntamiento de Morata
(1846-1850). Como hemos visto desde semanas anteriores, a partir de
1851 y hasta más allá de su muerte en 1893, periódicamente fueron
apareciendo en el mercado sus libros, algunos de ellos reeditados en
más de una ocasión. Paralelamente, Hidalgo Tablada se dedicó, como
reiteradamente expresó en sus libros, a explotar las finas que
poseía en Morata y también a desarrollar su labor como periodista
especializado en información agronómica, faceta en la que destacó
como director de algunas revistas y colaborador de varios medios
especializados.
Uno
de sus primeros proyectos periodísticos fue la salida a la calle de
la revista El Agrónomo,
publicación que en su mancheta afirmaba ser un periódico
dedicado a los labradores españoles.
La revista se editaba en la imprenta del Colegio de Sordomudos y
salía a la calle tres veces por mes, los días 1, 10 y 20. El primer
número apareció el 1 de enero de 1851 y siguió publicándose hasta
una fecha indeterminada de 1852. En este año, como veíamos la
pasada semana, José de Hidalgo Tablada se dedicó intensamente a la
puesta en funcionamiento de la Escuela Agronómica de Nogales (León)
lo que pudo influir en la continuidad de este proyecto periodístico.
Sobre
las características de la revista, según aparece publicado en el
Diccionario de Bibliografía
Agronómica, de Braulio
Antón Ramírez (1865), en el primer número El
Agrónomo se explica, por
parte del director, algunos de sus principios habituales respecto a
la formación teórica de los agricultores:
En
el número primero –señala
el autor del Diccionario- se
encarece, sustentando excelentes principios, la importancia de que
los labradores conozcan algo las ciencias naturales, por lo mismo que
sólo teniendo nociones de la estructura de las plantas y de la
función de sus órganos, se las puede dar con inteligencia los
alimentos necesarios para su desarrollo. La botánica instruye en la
hibridación y el injerto, y así pueden hacerse progresos en la
alternativa de las cosechas; sabiendo las funciones de los elementos
químicos, se sabe obligar á las plantas a crecer y madurar; la
geología enseña la naturaleza del terreno, y con la mecánica se
aprende la construcción y mejora de los instrumentos.
A
partir de esta idea central, José de Hidalgo Tablada aprovechó la
publicación de El Agrónomo
para sacar al mercado varias publicaciones suyas –que ya hemos
reseñado en el blog- sobre arboricultura, contabilidad y economía
agrícola, elementos de química aplicadas y de entomología.
En
este proyecto editorial Hidalgo Tablada tuvo el apoyo de varios e
importantes propietario rurales de distintas zonas de España que
colaboraron con sus trabajos en los contenidos de la revista. Entre
estos colaboradores, interesados como Hidalgo en el fomento de la
agricultura en esos años centrales del siglo XIX, hay que destacar
al empresario agrícola gallego Pedro Fernández, autor de un trabajo
sobre Alternativas de
cosechas en Galicia.
Joaquín Fernández, agricultor de Medina del Campo, y Manuel Sánchez
Cano, propietario extremeño, también colaboraron con la revista de
Hidalgo mientras se mantuvo en el mercado, al menos, hasta el año
1852.
El
Agrónomo, pese a contar
con el prestigio de Hidalgo como director y principal redactor de sus
textos no consiguió afianzarse como revista de referencia para el
sector agrícola español. Y eso que desde poco después de su
aparición la revista contó con el apoyo de las administraciones
públicas que recomendaron su adquisición tanto a las diputaciones
como a los ayuntamientos. El 27 de mayo de 1851 el Boletín Oficial
de la provincia de Madrid publicaba un texto en este sentido del
Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas:
(…)
en vista de los
laudables esfuerzos con que procura el periódico titulado el
Agrónomo,
de don José de Hidalgo Tablada, difundir los conocimientos más
importantes para la agricultura, y promover sus mejoras, siendo
además apreciable la colección de láminas litografiadas que
publica en negro y con colores, se ha dignado disponer se recomiende
(…) que excite el celo de la Diputación provincial, Junta de
Agricultura
y ayuntamientos, a fin de que se suscriban al citado periódico; en
la inteligencia de que con esta fecha se da conocimiento de esta
orden al ministerio de
la
Gobernación para que por el mismo pueda disponerse el abono del
importe de la suscripción como partida voluntaria en los
presupuestos y cuentas de las Diputaciones y ayuntamientos que
quieran verificarla.
La España Agrícola, revista que dirigió Hidalgo Tablada entre los años 1862 y 1865
La
España Agrícola
Tras
el cierre de El Agrónomo y la finalización de su proyecto educativo
de la Escuela Agronómica de Nogales Hidalgo Tablada, siguió al
frente de su explotación agrícola en el término municipal de
Morata pero sin descuidar su faceta de escritor y periodista
agronómico. Tampoco fue desdeñable, en los primeros años de la
década de los sesenta del siglo XIX, su papel como personaje muy
influyente en el sector agrario, sobre todo a partir de la creación
Asociación General de Labradores y de la Comisión Central y
Depósito de Máquinas Agrícolas y Abonos Fosfatados. Esta
asociación de nombre tan extenso –y de la que trataremos cuando
analicemos más en profundidad la influencia de José de Hidalgo
Tablada en el agro español fue fundada por el propio Hidalgo y tuvo
como órgano de expresión oficial una publicación dirigida por él
mismo, La España Agrícola.
Según
Yanet Acosta, autora de una memoria académica sobre la información
agraria en España, la revista apareció con periodicidad mensual el
1 de agosto de 1862 pero a partir del número 8 pasó a editarse cada
quince días. Con 32 páginas, tipográficamente la revista ofrecía
una calidad no muy habitual en esos años entre las publicaciones
periódicas españolas y destacaba por sus grabados y litografías
que reproducían máquinas y herramientas destinadas al sector.
La
revista, que se imprimía en los talleres de Imprenta de la Señora
Viuda e Hijos de D. José Cuesta, tenía su sede en la calle de La
Bola número 6, en Madrid, dirección que pertenecía al propio
Hidalgo, por aquellos años empadronado en Madrid y que también
aparecía como el domicilio de la Asociación de la Comisión Central
de la Asociación General de Labradores.
Uno
de los objetivos de la revista
era informar a los agricultores sobre todos los adelantos que se
producían en la nueva maquinaria y herramientas, tanto en España
como en el resto de los países europeos. Además de informar sobre
estos avances, la difusión de la revista entre los agricultores y
ganaderos se vio favorecida, como ya sucediera con El
Agrónomo, por el apoyo de
distintas administraciones provinciales y locales: la Diputación de
Toledo obligó a suscribirse a los ayuntamientos de la provincia y
otras diputaciones, como las de Alicante, Albacete, Córdoba,
Ciudad-Real, Cuenca, Zaragoza, Valencia, Valladolid, Castellón y
Pontevedra, recomendaran su suscripción a los responsables
municipales.
Hidalgo
Tablada, para promocionar la difusión y venta de la revista recurrió
también a métodos hoy muy habituales pero por entonces muy
avanzados para la época: aplicaba descuentos en la compra de
máquinas y herramientas a los subscriptores de La
España Agrícola y les
regalaba también los libros que editaba la revista. Como ejemplo de
esta práctica empresarial, Hidalgo Tablada ofrecía a los
suscriptores un arado, cuyo precio afirmaba que ascendía a 40
reales, por 85 reales.
Según
la publicidad emitida por la propia publicación antes de su llegada
al mercado la suscripción por un año a La
España Agrícola tenía un
coste de 60 reales y 35 si la suscripción se hacía por seis meses.
A los suscriptores que también lo fueran de La
Agricultura Española,
publicación editada en Sevilla en la que colaboraba como redactor
José de Hidalgo Tablada, se les aplicaba también un descuento y
sólo debían abonar 45 reales por año.
La
España Agrícola contaba
con las siguientes secciones: Agricultura, Agricultura provincial,
Anales de la Agricultura Española, Artes Agrícolas, Ganadería,
Mercados Nacionales e Internacionales y Anuncios. No obstante, fueron
las informaciones sobre las nuevas máquinas agrícolas y las pruebas
que se realizaban con ellas para comprobar su funcionamiento y
efectividad en el campo las que más representaron las ideas de José
de Hidalgo Tablada. Empeñado en defenderlas, Hidalgo intentó, con
escaso éxito, crear una entidad crediticia para los agricultores, lo
que le valió el enfrentamiento con la revista Fomento
de España, perteneciente a
una sociedad dedicada precisamente al sector del crédito.
La
España Agrícola se
mantuvo en el mercado hasta el 31 de diciembre de 1865 y, aunque no
fue la última experiencia periodística de José de Hidalgo Tablada,
sí que representó, sin ninguna duda, su proyecto más ambicioso.
Otras
experiencias periodísticas de José de Hidalgo Tablada
Antes,
y después, de poner en el mercado La
España Agrícola José de
Hidalgo Tablada fue una firma habitual en las publicaciones
periódicas especializadas en la información agrícola y ganadera.
En la década de los cincuenta colaboró como redactor en El
Cultivador, una publicación
de Barcelona subtitulada Periódico
de agricultura, horticultura, jardinería y economía rural.
Ya hemos visto que, como redactor, colaboró también en la revista
editada en Sevilla La
Agricultura Española y en
la Revista Mensual de
Agricultura, una
publicación editada en Madrid dirigida por Augusto de Burgos.
Esporádicamente también publico colaboraciones con distintos
periódicos de toda España: en 1878, por ejemplo, el diario liberal
La Lucha,
de Girona, publicó una serie de artículos de Hidalgo Tablada sobre
una de sus especialidades, las enfermedades del olivo.
Su
última experiencia como director de una revista de información
especializada en agricultura fue la edición, a partir de 1878, de la
revista quincenal Los vinos
y los aceites. Aunque la
revista mereció algunos galardones importantes en distintas
exposiciones, como la Exposición Aragonesa de 1885, hemos encontrado
muy pocas referencias a este proyecto de Hidalgo que se mantuvo en el
mercado hasta 1894, un año después de la muerte de su fundador.
Editada
por la empresa habitual que imprimía los libros de José de Hidalgo
Tablada, la librería Cuesta, el contenido de esta revista obedece,
por su título, al interés del director por el cultivo de la vid y
el olivar y por la elaboración del vino y el aceite. Hemos
encontrado, por ejemplo, un extenso artículo, Conservación
del vino con la aplicación de los polvos de Martín Pagís,
que apareció originariamente en Los
vinos y los aceites y que
se reprodujo en el Semanario
de las Familias, una de las
revistas más populares de la época (1882).
Cuando
puso en marcha esta revista, Hidalgo Tablada estaba ya plenamente
asentado en Morata (ocuparía de nuevo la alcaldía entre 1880 y 1885
y anteriormente desempeñó el cargo de juez municipal) y dedicado
también directamente a la explotación de su patrimonio familiar,
como veremos en una próxima entrega del blog.
Fuentes
y bibliografía:
- Diccionario de Bibliografía Agronómica y de toda clase de escritos relacionados con la agricultura. Antón Ramírez, Braulio. Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneira. Madrid, 1865.
- La Información agraria en España: desde sus orígenes hasta la agenda 2000. Acosta Meneses, Yanet. Memoria para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias de la información. Departamento de Historia de la Comunicación. Madrid, 2008.
- Periódicos y publicaciones que se citan en el texto.
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