martes, 5 de marzo de 2019

Bibliografía morateña: los proyectos periodísticos de José de Hidalgo Tablada

José de Hidalgo Tablada llevó a cabo con sus libros una intensa labor divulgativa y científica en materia agronómica en los años que siguieron a su primera etapa al frente del Ayuntamiento de Morata (1846-1850). Como hemos visto desde semanas anteriores, a partir de 1851 y hasta más allá de su muerte en 1893, periódicamente fueron apareciendo en el mercado sus libros, algunos de ellos reeditados en más de una ocasión. Paralelamente, Hidalgo Tablada se dedicó, como reiteradamente expresó en sus libros, a explotar las finas que poseía en Morata y también a desarrollar su labor como periodista especializado en información agronómica, faceta en la que destacó como director de algunas revistas y colaborador de varios medios especializados.



Uno de sus primeros proyectos periodísticos fue la salida a la calle de la revista El Agrónomo, publicación que en su mancheta afirmaba ser un periódico dedicado a los labradores españoles. La revista se editaba en la imprenta del Colegio de Sordomudos y salía a la calle tres veces por mes, los días 1, 10 y 20. El primer número apareció el 1 de enero de 1851 y siguió publicándose hasta una fecha indeterminada de 1852. En este año, como veíamos la pasada semana, José de Hidalgo Tablada se dedicó intensamente a la puesta en funcionamiento de la Escuela Agronómica de Nogales (León) lo que pudo influir en la continuidad de este proyecto periodístico.
Sobre las características de la revista, según aparece publicado en el Diccionario de Bibliografía Agronómica, de Braulio Antón Ramírez (1865), en el primer número El Agrónomo se explica, por parte del director, algunos de sus principios habituales respecto a la formación teórica de los agricultores:
En el número primero –señala el autor del Diccionario- se encarece, sustentando excelentes principios, la importancia de que los labradores conozcan algo las ciencias naturales, por lo mismo que sólo teniendo nociones de la estructura de las plantas y de la función de sus órganos, se las puede dar con inteligencia los alimentos necesarios para su desarrollo. La botánica instruye en la hibridación y el injerto, y así pueden hacerse progresos en la alternativa de las cosechas; sabiendo las funciones de los elementos químicos, se sabe obligar á las plantas a crecer y madurar; la geología enseña la naturaleza del terreno, y con la mecánica se aprende la construcción y mejora de los instrumentos.
A partir de esta idea central, José de Hidalgo Tablada aprovechó la publicación de El Agrónomo para sacar al mercado varias publicaciones suyas –que ya hemos reseñado en el blog- sobre arboricultura, contabilidad y economía agrícola, elementos de química aplicadas y de entomología.
En este proyecto editorial Hidalgo Tablada tuvo el apoyo de varios e importantes propietario rurales de distintas zonas de España que colaboraron con sus trabajos en los contenidos de la revista. Entre estos colaboradores, interesados como Hidalgo en el fomento de la agricultura en esos años centrales del siglo XIX, hay que destacar al empresario agrícola gallego Pedro Fernández, autor de un trabajo sobre Alternativas de cosechas en Galicia. Joaquín Fernández, agricultor de Medina del Campo, y Manuel Sánchez Cano, propietario extremeño, también colaboraron con la revista de Hidalgo mientras se mantuvo en el mercado, al menos, hasta el año 1852.
El Agrónomo, pese a contar con el prestigio de Hidalgo como director y principal redactor de sus textos no consiguió afianzarse como revista de referencia para el sector agrícola español. Y eso que desde poco después de su aparición la revista contó con el apoyo de las administraciones públicas que recomendaron su adquisición tanto a las diputaciones como a los ayuntamientos. El 27 de mayo de 1851 el Boletín Oficial de la provincia de Madrid publicaba un texto en este sentido del Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas:
(…) en vista de los laudables esfuerzos con que procura el periódico titulado el Agrónomo, de don José de Hidalgo Tablada, difundir los conocimientos más importantes para la agricultura, y promover sus mejoras, siendo además apreciable la colección de láminas litografiadas que publica en negro y con colores, se ha dignado disponer se recomiende (…) que excite el celo de la Diputación provincial, Junta de
Agricultura y ayuntamientos, a fin de que se suscriban al citado periódico; en la inteligencia de que con esta fecha se da conocimiento de esta orden al ministerio de
la Gobernación para que por el mismo pueda disponerse el abono del importe de la suscripción como partida voluntaria en los presupuestos y cuentas de las Diputaciones y ayuntamientos que quieran verificarla.

La España Agrícola, revista que dirigió Hidalgo Tablada entre  los años 1862 y 1865

La España Agrícola
Tras el cierre de El Agrónomo y la finalización de su proyecto educativo de la Escuela Agronómica de Nogales Hidalgo Tablada, siguió al frente de su explotación agrícola en el término municipal de Morata pero sin descuidar su faceta de escritor y periodista agronómico. Tampoco fue desdeñable, en los primeros años de la década de los sesenta del siglo XIX, su papel como personaje muy influyente en el sector agrario, sobre todo a partir de la creación Asociación General de Labradores y de la Comisión Central y Depósito de Máquinas Agrícolas y Abonos Fosfatados. Esta asociación de nombre tan extenso –y de la que trataremos cuando analicemos más en profundidad la influencia de José de Hidalgo Tablada en el agro español fue fundada por el propio Hidalgo y tuvo como órgano de expresión oficial una publicación dirigida por él mismo, La España Agrícola.
Según Yanet Acosta, autora de una memoria académica sobre la información agraria en España, la revista apareció con periodicidad mensual el 1 de agosto de 1862 pero a partir del número 8 pasó a editarse cada quince días. Con 32 páginas, tipográficamente la revista ofrecía una calidad no muy habitual en esos años entre las publicaciones periódicas españolas y destacaba por sus grabados y litografías que reproducían máquinas y herramientas destinadas al sector.
La revista, que se imprimía en los talleres de Imprenta de la Señora Viuda e Hijos de D. José Cuesta, tenía su sede en la calle de La Bola número 6, en Madrid, dirección que pertenecía al propio Hidalgo, por aquellos años empadronado en Madrid y que también aparecía como el domicilio de la Asociación de la Comisión Central de la Asociación General de Labradores.
Uno de los objetivos de la revista era informar a los agricultores sobre todos los adelantos que se producían en la nueva maquinaria y herramientas, tanto en España como en el resto de los países europeos. Además de informar sobre estos avances, la difusión de la revista entre los agricultores y ganaderos se vio favorecida, como ya sucediera con El Agrónomo, por el apoyo de distintas administraciones provinciales y locales: la Diputación de Toledo obligó a suscribirse a los ayuntamientos de la provincia y otras diputaciones, como las de Alicante, Albacete, Córdoba, Ciudad-Real, Cuenca, Zaragoza, Valencia, Valladolid, Castellón y Pontevedra, recomendaran su suscripción a los responsables municipales.
Hidalgo Tablada, para promocionar la difusión y venta de la revista recurrió también a métodos hoy muy habituales pero por entonces muy avanzados para la época: aplicaba descuentos en la compra de máquinas y herramientas a los subscriptores de La España Agrícola y les regalaba también los libros que editaba la revista. Como ejemplo de esta práctica empresarial, Hidalgo Tablada ofrecía a los suscriptores un arado, cuyo precio afirmaba que ascendía a 40 reales, por 85 reales.
Según la publicidad emitida por la propia publicación antes de su llegada al mercado la suscripción por un año a La España Agrícola tenía un coste de 60 reales y 35 si la suscripción se hacía por seis meses. A los suscriptores que también lo fueran de La Agricultura Española, publicación editada en Sevilla en la que colaboraba como redactor José de Hidalgo Tablada, se les aplicaba también un descuento y sólo debían abonar 45 reales por año.
La España Agrícola contaba con las siguientes secciones: Agricultura, Agricultura provincial, Anales de la Agricultura Española, Artes Agrícolas, Ganadería, Mercados Nacionales e Internacionales y Anuncios. No obstante, fueron las informaciones sobre las nuevas máquinas agrícolas y las pruebas que se realizaban con ellas para comprobar su funcionamiento y efectividad en el campo las que más representaron las ideas de José de Hidalgo Tablada. Empeñado en defenderlas, Hidalgo intentó, con escaso éxito, crear una entidad crediticia para los agricultores, lo que le valió el enfrentamiento con la revista Fomento de España, perteneciente a una sociedad dedicada precisamente al sector del crédito.
La España Agrícola se mantuvo en el mercado hasta el 31 de diciembre de 1865 y, aunque no fue la última experiencia periodística de José de Hidalgo Tablada, sí que representó, sin ninguna duda, su proyecto más ambicioso.
Otras experiencias periodísticas de José de Hidalgo Tablada
Antes, y después, de poner en el mercado La España Agrícola José de Hidalgo Tablada fue una firma habitual en las publicaciones periódicas especializadas en la información agrícola y ganadera. En la década de los cincuenta colaboró como redactor en El Cultivador, una publicación de Barcelona subtitulada Periódico de agricultura, horticultura, jardinería y economía rural. Ya hemos visto que, como redactor, colaboró también en la revista editada en Sevilla La Agricultura Española y en la Revista Mensual de Agricultura, una publicación editada en Madrid dirigida por Augusto de Burgos. Esporádicamente también publico colaboraciones con distintos periódicos de toda España: en 1878, por ejemplo, el diario liberal La Lucha, de Girona, publicó una serie de artículos de Hidalgo Tablada sobre una de sus especialidades, las enfermedades del olivo.
Su última experiencia como director de una revista de información especializada en agricultura fue la edición, a partir de 1878, de la revista quincenal Los vinos y los aceites. Aunque la revista mereció algunos galardones importantes en distintas exposiciones, como la Exposición Aragonesa de 1885, hemos encontrado muy pocas referencias a este proyecto de Hidalgo que se mantuvo en el mercado hasta 1894, un año después de la muerte de su fundador.
Editada por la empresa habitual que imprimía los libros de José de Hidalgo Tablada, la librería Cuesta, el contenido de esta revista obedece, por su título, al interés del director por el cultivo de la vid y el olivar y por la elaboración del vino y el aceite. Hemos encontrado, por ejemplo, un extenso artículo, Conservación del vino con la aplicación de los polvos de Martín Pagís, que apareció originariamente en Los vinos y los aceites y que se reprodujo en el Semanario de las Familias, una de las revistas más populares de la época (1882).
Cuando puso en marcha esta revista, Hidalgo Tablada estaba ya plenamente asentado en Morata (ocuparía de nuevo la alcaldía entre 1880 y 1885 y anteriormente desempeñó el cargo de juez municipal) y dedicado también directamente a la explotación de su patrimonio familiar, como veremos en una próxima entrega del blog.



Fuentes y bibliografía:

  • Diccionario de Bibliografía Agronómica y de toda clase de escritos relacionados con la agricultura. Antón Ramírez, Braulio. Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneira. Madrid, 1865.
  • La Información agraria en España: desde sus orígenes hasta la agenda 2000. Acosta Meneses, Yanet. Memoria para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Ciencias de la información. Departamento de Historia de la Comunicación. Madrid, 2008.
  • Periódicos y publicaciones que se citan en el texto. 

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