La memoria económica que la
Alcoholera del Tajuña editó en 1912, además de reflejar el balance
económico de ese año, sirve también para conocer qué objetivos se
planteaba la sociedad desde que fuera creada a finales de 1907. Como
ya avanzamos la pasada semana, el cultivo de la vid en Morata y en
toda la comarca de la cuenca baja del Tajuña era el más importante,
por entonces, en la provincia de Madrid. Rentabilizar este cultivo
era el objetivo principal de la Sociedad Alcoholera del Tajuña.
Una
publicación de finales del siglo XIX, Contestación
al interrogatorio sobre cultivos de cereales, olivos, vid, agrios e
industrias derivadas,
de Antonio Ortiz, resaltaba la importancia del cultivo de la vid en
la comarca que formaban los pueblos del partido judicial de Chinchón:
(…)
En efecto, como puede verse, el partido de más importancia respecto
a dicho cultivo es el de Chinchón, donde se encuentran los
renombrados pueblos de Arganda, Chinchón, Morata, Colmenar de Oreja
y otros, que, como de todos es sabido, se dedican especialmente a la
fabricación del vino, que goza de justa fama y que casi en su
totalidad se consume en esta capital. En dicho partido se obtiene
también gran cantidad de aguardiente, de buena calidad y que lleva
el nombre de Chinchón, sea cualquiera el punto de donde proceda (…).
Como
se resalta en el párrafo anterior, el partido judicial de Chinchón
destacaba por su el cultivo de la vid, la elaboración de vino y,
también, de aguardiente. Morata, según los datos recogidos en la
publicación citada, dedicaba prácticamente un tercio de su término
municipal al cultivo de la vid, tanto en secano como en regadío:
unas 1.560 hectáreas.
Para
hacernos una idea de lo que significaba esta producción de uva en la
elaboración de vino y aguardiente cada año, contamos con los datos,
totales, de la campaña de 1911. Este año, según publicó el
periódico El
Progreso Agrícola y Pecuario,
en Morata se elaboraron alrededor de 150.000 arrobas* de vino.
Previamente, las distintas bodegas existentes en Morata habían
pagado la uva a un precio que osciló entre 30 y 40 reales los cien
kilos. En la misma información, el periódico añadía:
(…)
La Alcoholera está
recogiendo las cascas blancas y tendrá una buena campaña con las
muchas que recoja, pues está llenando depósitos fuera del local
destinado para ello.
En
el año que ha terminado han vendido tanto alcohol para esta y
pueblos limítrofes, que asciende de 16 a 18 000 duros lo que han
sacado de dicho género. Precios: Vino, 20 reales al por mayor y 22
por arrobas (…). (El
Progreso Agrícola y Pecuario,
31 de octubre de 1911).
Portada de la memoria del año 1912 de la Sociedad Alcoholera del Tajuña (BNE)
Balance
de la campaña de 1912
La
Sociedad Alcoholera del Tajuña, como todas las entidades
mercantiles, estaba obligada a presentar sus cuentas anuales a la
asamblea. En las cuentas correspondientes a 1912 la entidad editó la
memoria anual que se presentó, en septiembre de ese año, ante la
asamblea de accionistas y que recogía las cuentas hasta el 31 de
julio de ese año.
Al
margen del balance anual, la memoria resulta muy interesante a la
hora de conocer los proyectos de la Alcoholera del Tajuña. La
Sociedad, creada en 1908 -aunque formalmente se constituyo en
diciembre de 1907- nació con unas circunstancias y unos objetivos
que se reflejan en el preámbulo de la memoria anual:
(…)
Las primeras eran las
dificultades, mejor dicho, la imposibilidad en que aisladamente nos
encontrábamos de poder cumplir y vivir holgadamente dentro del
régimen que la ley especial de la Renta de Alcoholes nos creaba. Los
segundos, tratar de cumplir la ley buscando el medio de utilizar los
residuos de nuestras bodegas, y obtener el alcohol necesario para el
encabezamiento de nuestros vinos a precio más económico del que
pudiera ofrecernos el mercado, sin que al hacerlo resultara
perjudicado el interés a que legítimamente tenía derecho el
pequeño capital que aportáramos para dar vida y personalidad a la
Sociedad mercantil que creábamos
(…).
El
encabezado de vinos que se cita en la memoria es una técnica que
consistía en el añadido de alcohol al mosto para aumentar su
graduación y, al mismo tiempo, favorecer la estabilidad de los vinos
obtenidos.
La
elaboración de ese alcohol, con métodos modernos, a partir de la
reutilización de la casca -hollejos de la uva-, era el principal
objetivo por tanto de la Alcoholera del Tajuña. Además, al ofrecer
el alcohol a un precio más barato a sus accionistas, estos obtenían
un beneficio añadido a su inversión. En ese año se pagó un
dividendo de 3,50 pesetas por acción, equivalentes a un interés del
7 por ciento:
(…)
cuanto alcohol hemos
suministrado a los asociados para el encabezamiento de sus vinos, se
les ha cargado en sus cuentas a 112,50 pesetas el hectolitro,
mientras que cuanto hemos necesitado adquirir de igual graduación y
limpieza de otras procedencias para nuestra fábrica de aguardientes
compuestos, lo hemos pagado a precios que han fluctuado entre 117,50
a 127,50 el hectolitro. A pesar de esto, que, considerado
exclusivamente desde el punto de vista mercantil pudiera calificarse
de despilfarro, las utilidades obtenidas nos permitirán repartir un
buen dividendo y amortizar una pequeña parte del capital que
representan nuestros inmuebles y aparatos
(…).
Junto
a estos objetivos reseñados en la memoria, la sociedad también
perseguía, como apuntamos en la primera entrega, mejorar las
técnicas de elaboración del vino para aumentar su calidad. Los
socios, evidentemente, seguían elaborando su propio vino pero, al
mismo tiempo, podían aprovecharse de los conocimientos y las nuevas
técnicas que se seguían en la que denominaban bodega
experimental**,
dedicada a elaborar vinos de calidad. Para el segundo año de
funcionamiento de esta bodega, las previsiones eran las siguientes:
(…)
En el presente año
nos proponemos elaborar de 75.000 a 80.000 litros de vino en las
mismas condiciones en que lo hicimos el año anterior, para lo cual
pondremos en circulación el número de acciones que sea
estrictamente necesario de las 2.000 que estamos autorizados a emitir
y tenemos ya en cartera
(…).
En
las cuentas que presentó el miembro del Consejo*** Fructuoso
Martínez de Velasco, referidas al 31 de julio de 1912, destacaba la
existencia de un activo que ascendía a 60.191 pesetas (24.875
pesetas en edificios; utensilios, 10.435 pesetas; bodega
experimental, 4.873 pesetas…) y un beneficio del ejercicio que
ascendía a 5.173 pesetas.
En
el balance anual también se recogían las cantidades producidas en
el año natural por parte de la sociedad: 17.826 kilos de tártaro,
48.487 litros de anisado, 15.856 litros de alcohol y 199 fanegas de
granilla. Por el total de esta producción se habían facturado
96.382 pesetas.
La
memoria anual también incluía para información de los accionistas
los gastos de personal (8.247 pesetas) y, sobre todo, un dato muy
esperanzador de cara al futuro, la evolución de los ingresos por
ventas desde la creación de la Alcoholera del Tajuña. En este
apartado, se había pasado de las 28.392 pesetas del ejercicio
1908-09 a las 92.941 del ejercicio 1911-12. Este dato, en opinión de
los miembros del Consejo, confirmaba
la escala ascendente en el desarrollo de nuestro negocio.
Evolución
de la Sociedad
En
1916 el periódico La Acción
publicaba una información sobre la sociedad y su trayectoria
empresarial desde su fundación:
(…)
Prospera bien pronto la Sociedad Alcoholera, que se fundó con la
modestia de un capital de 25.000 pesetas, y entonces se extiende la
obra a la fundación de una bodega experimental que aplique las
modernas prácticas enológicas, obtenga vinos selectos y los lleve
directamente al consumidor madrileño, perfectamente presentados y en
condiciones de calidad y economía que pronto consigue un ganar el
mercado, dejando una saneada ganancia a los productores y suprimiendo
inútiles intermediarios (…). (La
Acción, 26 de octubre de
1916).
Frente
a estas noticias positivas, la inestabilidad en el sector de la
elaboración de alcoholes, junto a la aparición de nuevas leyes que
afectaban al mismo, provocó incertidumbre entre las sociedades
alcoholeras creadas en la comarca del partido judicial de Chinchón
en los años previos. En el año 1916, las asociaciones y
representantes de los vitivinicultores se reunieron en Chinchón para
afrontar y preparar una respuesta común frente a la nueva
legislación. Se acordó solicitar que se desistiese de continuar con
un proyecto que, en opinión de los asistentes a la reunión (…)
de aprobarse en la forma en que el señor ministro ha presentado
originaría la ruina de los vitivinicultores de esta región, a
cambio del enriquecimiento de las otras regiones (…).
A
la reunión acudieron, además de los representantes de Chinchón,
productores de Colmenar de Oreja, Perales de Tajuña, Tielmes,
Belmonte de Tajo, Valdelaguna, Villarejo de Salvanés y Arganda del
Rey. En representación de Morata asistieron a la reunión Fructuoso
Martínez de Velasco y Enrique García Gutiérrez. (La
Acción, 26 de octubre de
1916).
En
los años siguientes, durante los primeros años de la década de los
veinte del pasado siglo, la actividad de la Sociedad Alcoholera del
Tajuña parece que continuó sin mayores problemas, si atendemos al
rastro documental que dejó en los periódicos de la época en los
que se anunciaban sus asambleas anuales. Sin embargo, ya en 1927, la
convocatoria de una asamblea extraordinaria firmada por el gerente de
la sociedad, Gregorio González, apunta a posibles problemas: en el
anuncio publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid se
indica que se va a tratar de
la reforma de Estatutos, y solicitar de dicha Junta la
venta, en todo o en parte, de muebles e inmuebles propiedad de esta
Sociedad.
(Boletín Oficial de la
Provincia de Madrid, 8 de
diciembre de 1927)
Tres
años después, otra convocatoria extraordinaria de junta general
confirma esta percepción al anunciar que, en la misma, se iba a
tratar la venta de la bodega experimental, el
proyecto que tantas expectativas había creado en el momento de su
constitución. (Boletín
Oficial de la Provincia, 8
de septiembre de 1830).
La
última convocatoria de junta general documentada fue la
correspondiente al año 1934:
Alcoholera
del Tajuña [S. A]. (Morata)
Esta
Sociedad convoca a Junta general ordinaria a los señores accionistas
de la misma, el día veintitrés de noviembre, a las tres de la
tarde, en su oficina, para dar lectura a la Memoria, aprobación de
cuentas si procede y renovación del Consejo de Administración.
Morata
de Tajuña, 22 de
octubre de 1934.
El Gerente, Gregorio González.
(Boletín Oficial de la
Provincia de Madrid, 23 de
octubre de 1934).
Lamentablemente,
no hemos conseguido más información ni más datos sobre los últimos
años de este proyecto empresarial morateño. El principal edificio
propiedad de la Sociedad Alcoholera del Tajuña, situado en el camino
del Molino Hundido
y junto al Vivero,
se mantuvo en pie hasta hace unos años después de que, tras la
guerra civil, sus instalaciones se dedicaran, tras la compra
efectuada por la familia Castejón, a la elaboración de productos
vegetales, sobre todo tomate en conserva.
Como
epílogo a esta pequeña historia de la Sociedad Alcoholera del
Tajuña, una mirada atrás, cuando este proyecto era visto como una
buena opción para mejorar el sector agrícola y el medio rural:
(…)
Solo por
medio de la asociación pueden los agricultores en pequeña escala
defender su negocio y llevar a él los progresos de las modernas
prácticas agronómicas.
La
asociación ofrece la posibilidad de adquirir y aplicar máquinas y
sistemas que economizan tiempo, abonos que aumentan la producción,
dinero sin condiciones usurarias; permite comprar en buenas
condiciones y vender con garantías de no sufrir engaño, en fin, la
asociación reúne fuerzas aisladas que conjuntamente son capaces de
una eficaz defensa de sagrados intereses que muy frecuentemente se
atropellan
(…) José Aragón. (La
Correspondencia de España,
3 de diciembre de 1914).
*Arroba:
Medida de capacidad equivalente a 16 litros.
**La
denominada bodega experimental podría estar localizada en el
callejón de la Cruz de Orozco. En el año 1916, el pleno del
Ayuntamiento de Morata acordó entregar setenta metros de adoquín a
la Sociedad Alcoholera para que los colocara, a su cuenta, en el
callejón de la Cruz de Orozco. (Boletín
Oficial de la Provincia de Madrid,
7 de diciembre de 1916).
***El
Consejo de Administración estaba integrado en 1912 por Manuel
Sánchez Salcedo, Fructuoso Martínez de Velasco, Antonio de la
Torre, Fabián Casado y Enrique García Gutiérrez
Fuentes y bibliografía:
- Memoria presentada por el Consejo de Administración de la Sociedad Alcoholera del Tajuña a la Junta de Accionistas celebrada el día 30 de septiembre de 1912. Imprenta de Bernardo Rodríguez. Madrid, 1912
- Las subsistencias de Madrid. Melgosa Olaechea, Miguel. Imprenta Municipal. Madrid, 1912.
- Contestación al interrogatorio sobre cultivos de cereales, olivos, vid, agrios e industrias derivadas. Ortiz Cañavate, Fernando. Establecimiento tipográfico de M. Minuesa. Madrid, 1881.
- Periódicos y publicaciones que se citan en el texto.
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