El
viñedo amenazado por la filoxera
Como
sucedía periódicamente con las plagas de langosta, la llegada de la
filoxera en España significó la desaparición de centenares de
miles de hectáreas de viñedo autóctono. A la vez, el sector
vinícola, uno de los más pujantes de la industria agroalimentaria
española a finales del siglo XIX, también se vio afectado justo en
unos años en los que había alcanzado cotas históricas de
rentabilidad. A nuestra comarca la plaga no llegó hasta 1914 pero,
en los años previos, nunca dejó de ser una preocupación constante
para agricultores y cosecheros de vino.
La
llegada de los primeros brotes de la filoxera* a las zonas rurales
españolas se produjo justo cuando el sector vitivinícola vivía
unos años de expansión y de máxima rentabilidad económica.
Curiosamente, la tendencia alcista en el sector de la vid y la
elaboración del vino en España se inició a partir de la década de
los años 70 del siglo XIX, coincidiendo con la aparición de la
filoxera en Francia en el año 1868 (A partir de ese año, unas
289.000 hectáreas de viñedo desaparecieron y unas 700.000 se vieron
afectadas por la plaga).
El
poder destructor del insecto, que provocaba la enfermedad y la muerte
de las vides en poco tiempo, arrasó con las explotaciones francesas
y, como consecuencia directa, provocó a su vez un aumento
exponencial de las exportaciones de vino desde España al resto de
Europa pero, sobre todo, a la propia Francia. Además, muchos
empresarios franceses se desplazaron a España para invertir en la
creación de nuevas empresas bodegueras destinadas a cubrir el hueco
creado por la plaga en la producción de vino en su país de origen.
La
irrupción de la filoxera en Europa se produjo, curiosamente, como
consecuencia de los intentos de los agricultores franceses de acabar
con otra enfermedad que afectaba gravemente a las viñas, el oídium
que deterioraba la salud de las cepas y disminuía su productividad.
Para luchar contra el hongo del oídium se importaron plantones
americanos con las que injertar las vides autóctonas pero, junto a
las nuevas plantas, llegó el insecto de la filoxera, inofensiva para
las variedades llegadas de América pero letal para las vides
europeas.
Pese
a la fiebre inflacionista que desató en el sector vitivinícola
español los problemas generados por la filoxera en Francia, sólo
era cuestión de tiempo que la plaga llegara a España pese a los
intentos por evitar el contagio desde el país de vecino. De hecho
los primeros brotes llegaron a la península por tres focos
diferentes en torno al año 1876, ocho años después de producirse
las primeras infecciones en Francia.
Las
primeras plagas se detectaron en Málaga, en el sur; en la ciudad
portuguesa de Oporto, por el Oeste, y en Gerona, la zona más cercana
a Francia, en el noreste. A partir d estas infecciones la filoxera
avanzó hacia otras zonas de cultivo de la vid en un proceso que duró
décadas y que, en el caso de la provincia de Madrid –y por lo
tanto a nuestra comarca- alcanzó su mayor poder destructivo a partir
del año 1914, más de 35 años después de que aparecieran los
brotes primigenios. Pero antes de llegar a este momento, veamos la
situación del cultivo de la vid en el Bajo Tajuña y de su industria
asociada de elaboración de vinos y aguardientes.
El
sector del viñedo y del vino en la comarca
Para
acercarnos a conocer la importancia del viñedo en la comarca del
Bajo Tajuña en el siglo XIX acudimos a una publicación oficial que
nos ofrece la fiabilidad necesaria. Esta publicación, Contestación
al interrogatorio sobre cultivo de cereales, olivo, vid y agrios e
industrias derivadas, fue
un texto elaborado por Fernando Ortiz Cañavate, ingeniero agrónomo
de la Diputación Provincial, que respondía así a una orden de
alcance nacional emitida por el Ministerio de Fomento a través de su
Dirección General de Agricultura.
De
acuerdo con los datos de esta publicación, editada en 1881 –cinco
años después de la declaración de los primeros focos de la
filoxera en España- la provincia de Madrid contaba en 1880 -cuando
se recogieron los datos- con 58.410 hectáreas dedicadas al cultivo
de la vid. Para poner en valor esta cifra, y también para corroborar
el aumento del cultivo de viñedos a raíz de la plaga de filoxera
que se propagó en Francia unos años antes, contamos con los datos
de 1858 cuando, según cifras oficiales del Anuario
Estadístico y Administrativo de la Provincia de Madrid,
en la provincia se contabilizaban 41.096 hectáreas de viñedos,
tanto en secano como en regadío (Algo más de un 40% de incremento
en 22 años).
Pero,
al margen de los datos provinciales, para el propósito de estas
entregas del blog nos interesan especialmente los datos relativos al
partido judicial de Chinchón, la entidad territorial que agrupaba a
los pueblos de la actual comarca de Las Vegas. Según los datos
recogidos por el ingeniero agrónomo de la diputación, el partido
judicial de Chinchón sumaba 23.089 hectáreas sobre el total de
58.410 de la provincia madrileña, en porcentaje ¡casi el 40% de
todo el viñedo madrileño! Para ayudarnos a comprender la
importancia de esta cifra señalemos que el resto de partidos
judiciales con cultivos de vid tenían unos datos muy inferiores:
Alcalá de Henares, 9.776 hectáreas; San Martín de Valdeiglesias,
6.140 hectáreas; Colmenar Viejo, 6.028 hectáreas; Navalcarnero,
5.843 hectáreas; Getafe, 5.378 hectáreas, y Torrelaguna, 2.003
hectáreas.
Ante
estos datos resulta lógico que el autor del Interrogatorio
manifestara:
(…)
Los totales de las relaciones citadas nos indican la importancia del
cultivo de la vid en cada uno de los siete partidos judiciales de la
provincia. En efecto, como puede verse, el partido de más
importancia respecto a dicho cultivo es el de Chinchón, donde se
encuentran los renombrados pueblos de Arganda, Chinchón, Morata,
Colmenar de Oreja y otros, que, como de todos es sabido, se dedican
especialmente a la fabricación de vino, que goza de justa fama y que
casi en su totalidad se consume en esta capital (…).
El
siguiente cuadro muestra las cifras exactas de superficie de terreno
dedicada a la vid en cada uno de los pueblos integrantes del partido
judicial de Chinchón.
En
el cuadro se observa que hasta 8 pueblos superan las mil hectáreas
dedicadas a la vid:
Arganda:
4.688 hectáreas.
Chinchón:
4.217, hectáreas.
Colmenar
de Oreja: 3.201 hectáreas.
Morata:
1.560 hectáreas.
Belmonte
de Tajo: 1.350 hectáreas.
Valdaracete:
1.175 hectáreas.
Perales
de Tajuña: 1.085 hectáreas.
Villarejo
de Salvanés: 1.003 hectáreas.
Si
nos centramos en Morata, el incremento del cultivo de la vid resulta
espectacular si comparamos las cifras que aparecen en el Catastro de
Ensenada (1749-1757), cuando se contabilizaban 515 hectáreas de
viñedo (350 fanegas de regadío en la vega y 1.200 de secano) y las
del año 1880, 1.560 hectáreas (1.354 en secano y 206 en regadío),
prácticamente el triple en poco más de cien años.
Es
lógico que, con estas cifras, el cultivo de la vid significara un
porcentaje muy elevado del producto total del sector agrícola en la
comarca y que la llegada de noticias sobre la aparición de la
filoxera en otras regiones vitivinícolas de España preocupara
seriamente a las autoridades y, sobre todo, a los agricultores y,
cómo no, a los propios bodegueros que, en muchos casos, eran también
propietarios de viñedos.
Ortiz
Cañavate, al redactar el Interrogatorio, ya resaltaba, tal como
hemos comentado, que el incremento en el cultivo de viñedos estaba
muy relacionado con la crisis provocada por la plaga de filoxera en
Francia que había generado también, como dato a tener en cuenta, el
incremento de los precios de la uva y el vino:
(…)
el aumento de nuevas
plantaciones en la provincia [de Madrid], sobre todo desde que ha
aumentado la demanda de vinos para Francia y por consiguiente los
precios de dichos caldos en la mayor parte de la Península. (…).
El
incremento de la producción de uva en la comarca llevó a
contabilizar en el año 1880 una cosecha de 200.450.571 kilos de uva,
con un valor superior a los 18 millones de pesetas de la época, o 72
millones de reales. Esta cosecha anual se dedicaba, prácticamente en
su totalidad, a la elaboración de vino, mientras que un porcentaje
reducido se enviaba al mercado madrileño para ser consumido como uva
de mesa. Aunque en el texto del Interrogatorio no aparece la cantidad
anual de vino que se producía en la provincia de Madrid**, ni
tampoco en el partido judicial de Chinchón, la relación de
cosecheros de vino que se contabilizaban solo en Morata en 1880 nos
puede ayudar a entender la importancia del sector en esos años:
Cosecheros
de vino en Morata en el año 1880 según el Almanaque
del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la
Administración. Billy-Bailliere.
- Casado, Ambrosio.
- Casado Robles, Tomás.
- Casado Robles, Estanislao.
- Corpa Díaz, Tomás.
- Cuevas, Germán.
- Díaz Sánchez, Dionisio.
- Estévez Rodríguez, Francisco.
- García Gutiérrez, Antonio.
- García Gutiérrez, Manuel.
- Gómez de San Martín Gerónimo.
- González, Sergio.
- González Castro, Lucas.
- Hidalgo Tablada, José de.
- Latorre, Felipe.
- Oliva Sánchez, Víctor.
- Pérez Ramírez, Felipe.
- Punto, Eustaquio.
- Prieto, Zoilo.
- Rodelgo, Domingo.
- Rodelgo, Juan.
- Salcedo, Alejandro.
- Salcedo Ruiz, Francisco.
- Sánchez Bravo, Mateo.
- Sánchez Lara, Paulino.
- Sánchez Medel, Leandro.
- Sánchez Ruiz, Isidro.
- Sánchez Salcedo, Dimas.
- Sánchez Soria, Francisco.
- Sánchez de las Peñas, Gregorio.
- Serrano de las Heras, Alejandro.
- Torre Moreno, Felipe.
Para
estos cosecheros de Morata –a los que habría que unir los pequeños
agricultores que elaboraban vino para su propio consumo- como también
para sus colegas del resto de municipios del partido judicial de
Chinchón, no dejaría de ser extremadamente preocupante la aparición
de las primeras noticias sobre la posible llegada de la plaga de la
filoxera a la comarca. Fue en el año 1878 cuando la Revista
de los vinos y los aceites,
en su edición del 15 de agosto, se hacía eco de la aparición de
distintos focos de filoxera en la comarca de Chinchón. En esta
publicación quincenal, donde frecuentemente escribía artículos
José de Hidalgo Tablada, catedrático de Agricultura residente en
Morata, se informaba de que otros focos de la filoxera se localizaban
en lugares tan distantes como Dos Hermanas (Sevilla) y Utiel
(Valencia). Afortunadamente, todo quedó en una falsa alarma que no
se confirmó con posterioridad.
Por
las mismas fechas, un suelto publicado en La Correspondencia de
España informaba también de la inexistencia de filoxera en la
comarca:
Ha
regresado de Chinchón el ingeniero agrónomo Sr. Azcárate,
comisionado por el Gobierno para examinar los viñedos de aquella
comarca, los cuales no están atacados de la filoxera, como algunos
vecinos de dicha población dieron en suponer. Lo que existe en dicha
localidad es que todas las cepas han enfermado por lo mal
acondicionadas y
por la excesiva humedad de las tierras.
En
realidad, como veremos la próxima semana, la filoxera no llegaría a
la comarca hasta 1914, lo que no impediría que en estos años
finales del siglo XIX los pueblos de la comarca trabajaran para
prevenir la aparición de la plaga y defender su potente sector
vitivinícola.
*La
filoxera (Daktulosphaira
vitifoliae, también
denominado phylloxera
vastratix) es un
insecto del orden de los hemípteros que en sus distintas fases de
desarrollo vive en las hojas y en las raíces de las vides. De
desarrollo lento e inapreciable al principio de la infección, la
filoxera provoca nudosidades en las raíces de las cepas y afecta
también a las hojas de la planta que, en el plazo de tres años,
muere.
**Sí
que contamos con los datos de producción en la provincia de Madrid
en los años 1857 (105.484 hectólitros de vino) y 1859 (127.453
hectólitros).
Fuentes
y bibliografía:
- Expansión vinícola y atraso agrario. La viticultura española durante la gran depresión (1870-19009). Carnero y Arbat, Teresa. Servicio de publicaciones agrarias. Ministerio de Agricultura. Madrid, 1980.
- Anuario administrativo y estadístico de la provincia de Madrid para el año 1868.Bona, Francisco Javier de. Excelentísima Diputación Provincial. Oficina Tipográfica del hospicio. Madrid, 1868.
- Contestación al interrogatorio sobre cultivo de cereales, olivo, vid y agrios e industrias derivadas. Ortiz Cañavate, Fernando. Madrid, 1881.
- Almanaque del Comercio, de la Industria, de la Magistratura y de la Administración. Billy-Bailliere, editor. Madrid, 1880.
- Publicaciones y periódicos citados en el texto.
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