jueves, 15 de julio de 2021

 

El cultivo de remolacha en la vega del Tajuña y la azucarera (V)

La compleja relación remolacheros-azucareras fomentó el asociacionismo entre los agricultores

Los cultivadores de remolacha nunca dejaron de depender de las azucareras con las que contrataban la venta de sus cosechas. Desde el campo, en las localidades de la vega del Tajuña y también en el resto de las zonas productoras de remolacha, nunca se tuvo la sensación de que se tratara de una relación igualitaria la que mantenían con las empresas. Esta realidad favoreció la creación de un importante movimiento asociativo que se mantuvo muy activo y siempre reivindicativo frente a las azucareras y, cómo no, frente a algunas decisiones del gobierno de turno.


No habían pasado ni seis años desde que el cultivo de la remolacha azucarera se implantara en la ribera del Tajuña y ya se produjeron protestas en varios pueblos ante las leyes que limitaban la producción y el cultivo de la planta industrial. En 1906, los labradores y las autoridades municipales de Fuentidueña, Valdelaguna, Belmonte de Tajo, Colmenar de Oreja, Chinchón y Morata de Tajuña cuestionaron la política gubernamental con la que se trataba de controlar la producción anual de remolacha. La Correspondencia de España informaba de los telegramas remitidos al periódico de varios pueblos en los que planteaban estas protestas, ineficaces a la larga, frente a las leyes reguladores del cultivo remolachero:

(…) Una entidad importante del pueblo de Fuentidueña que cultiva la remolacha en la ribera del Tajo pide protección a La Correspondencia de España para que no se convierta en ley de limitación de la producción de remolacha* el proyecto del ministro de Hacienda Sánchez y Manzanares.

Los labradores de Valdelaguna protestan del proyecto limitando la producción de la remolacha por ser la ruina probable de los mismos

Reunidos labradores de los pueblos de Villarejo, Belmonte y Colmenar de Oreja piden protección a este diario para que no sea ley el proyecto de limitación de producción de remolacha, motivo de ruina para esta región productora: alcalde, Ramón Brea, Julián Pérez, Antonio Sánchez, Manuel Escobar y presidente de la Sociedad de Labradores.

Chinchón. Amenazados con que sea ley funesto proyecto limitación producción remolacha acuden a este periódico para que preste concurso eficaz en contra el mismo. Los labradores y propietarios de Chinchón Clementino Clemente, Amalio Luis, Esteban Romano, Viladelfo Ruiz.

Gran número de agricultores de Morata de Tajuña, amenazados en sus intereses con el proyecto de ley de limitación producción remolacha, ruega valioso apoyo de La Correspondencia de España para evitar inminente ruina a estos ribereños. Manuel Sánchez, Sebastián Delgado, Antonio de la Torre, Mariano de la Torre. (La Correspondencia de España, 3 de diciembre de 1906).

Muy pronto, ante este y otros problemas, los agricultores-propietarios vieron la necesidad de asociarse para poder negociar con el denominado trust azucarero (Hay que señalar también que las empresas productoras también se agruparon para defender sus intereses, aunque algunas de ellas, como Azucarera Madrileña, permanecieron independientes en sus primeros años de existencia).

El Progreso Agrícola y Pecuario, revista de carácter profesional con influencia en todo el sector primario defendía, en un artículo titulado Remolacheros y azucareros, la necesidad de asociarse frente a lo que denominaba exigencias del trust azucarero y en el que se denunciaba una legislación partidista favorable a las empresas:

(…) Al desdén de unos cuantos capitalistas tenían forzosamente que contestar los agricultores con los argumentos que la razón aconseja; no podía subsistir el cultivador en el aislamiento; el mal entendido individualismo habría de ser impotente para oponerse a la avasalladora fuerza de la colectividad; por eso aconsejamos y seguimos aconsejando la unión de los agricultores, (…) para poder llegar a la asociación nacional de cultivadores de remolacha.

Tras denunciar el ocultamiento del problema de los remolacheros por parte de los periódicos más importantes, favorables según se denunciaba al trust empresarial, el periódico añadía:

(…) Todas estas dificultades no han impedido el hacernos oír de la opinión interesada, y en un corto plazo se han constituido asociaciones en los pueblos más importantes del cultivo de remolacha, asociaciones nacidas con calor y entusiasmo, sin más fin que la defensa de los intereses agrícolas, alejadas de las nefastas luchas políticas, y muy en breve quedará constituida la asociación regional de El Tajo y Tajuña, formada con elementos de las asociaciones locales, para en relación con las de otras regiones establecer las bases y condiciones de los próximos contratos con la Sociedad azucarera, y no consentir ser juguete de un capricho, ni contribuir con nuestro sudor y privaciones al enriquecimiento de los que ilegítimamente pueden ufanarse de disponer de una ley que tan bien los favorece (…). (El Progreso Agrícola y Pecuario, 15 de julio de 1908).

Este texto a favor del asociacionismo fue, de alguna manera, el aviso de la creación, en septiembre de 1908, de la Asociación Regional de Labradores del Centro de España. Esta asociación se constituyó tras la celebración de una reunión en Aranjuez a la que asistieron representantes de las asociaciones locales de Aranjuez, Añover, Mocejón, Huete, Ciempozuelos, Titulcia, San Martín de la Vega, Morata de Tajuña, Perales de Tajuña, Carabaña, Tielmes y Seseña. La nueva asociación aspiraba a ser la defensa de los intereses de la clase, en cuanto se refiera a la producción y venta de remolacha, haciendo frente a las injustificadas exigencias de las Sociedades azucareras. (El Progreso Agrícola y Pecuario, 7 de septiembre de 1908).

Agricultores cosechando remolacha, año 1940 (Archivo de Chinchón)

La Unión Nacional de remolacheros y cañeros y la Unión Regional de Remolacheros de Madrid-Toledo

Los primeros movimientos asociativos de los remolacheros en todo el territorio nacional, necesitados del trabajo y la acción de asociaciones profesionales que defendieran sus intereses frente a las empresas azucareras, traspasaron, según avanzaba la implantación del cultivo de remolacha industrial, el ámbito local, provincial y regional. La creación de una asociación de carácter nacional que defendiera, aunque no siempre fuera posible una postura unánime, los intereses remolacheros se materializó en la Unión Nacional de Remolacheros y Cañeros que agrupaba a asociaciones regionales tan poderosas como la Unión Remolachera de Aragón, Navarra y la Rioja. En 1927 a la asamblea de esta última asociación, celebrada en Madrid, asistieron algunos representantes de las localidades ribereñas del Tajuña como el alcalde de Chinchón, Esteban Rojas, o agricultores como Pablo Prieto, de Valdelaguna, o Emiliano Sánchez, presidente de la Sociedad de Labradores de Morata de Tajuña. En esta reunión, de la que informaba La Voz en su edición del 18 de febrero de 1927, se trató del eterno y recurrente problema de las relaciones desiguales entre azucareras y cultivadores de remolacha. Además, también se anunció la celebración de asambleas informativas en Morata, Chinchón y Aranjuez.

Como resultado de estas reuniones, impulsadas por la Unión General de Remolacheros, se crearon nuevas comisiones locales de cultivadores de esta planta que, a su vez, se agruparon en la denominada Unión de Remolacheros de Madrid-Toledo. La agrupación de los agricultores de ambas provincias respondía a la cercanía entre ambos territorios y a que compartían, en determinados casos, la condición de suministradores de remolacha de las mismas fábricas (Aranjuez). Además, tradicionalmente, la administración pública agrupó a ambas provincias en una misma zona para asignar los cupos de producción de remolacha.

En una de las primeras asambleas generales de esta asociación regiona,l a la que asistieron en Aranjuez representantes de Ciempozuelos, Chinchón, Aranjuez, Titulcia, Bayona, Orusco, Carabaña, Morata de Tajuña, Perales de Tajuña. Añover de Tajo y Toledo, se puso de manifiesto el progresivo arraigo del movimiento asociacionista en ambas provincias y el trabajo de 17 agrupaciones locales que representaban a 1.584 cultivadores de remolacha. (El Imparcial, 3 de mayo de 1928).

Unos días después de esta reunión de carácter regional, se convocó la Asamblea de la Unión de Remolacheros y Cañeros españoles a la que asistieron representantes locales de los municipios de la comarca del Tajuña y de la vega del Jarama (Ciempozuelos, Chinchón, Titulcia, Perales, Morata, Ambite, Carabaña, Arganda…).

Entre las conclusiones aprobadas por los asambleístas figuraban, entre otras, las siguientes:

Primera: Reiterar la petición elevada al Gobierno de S. M. solicitando el nombramiento de una comisión técnica que estudie y proponga la solución más conveniente para establecer en la producción azucarera un régimen que resuelva la crisis que padecen los agricultores, garantizando la equitativa distribución del valor del producto entre los dos sectores, agrícola e industrial, que cooperan a la producción.

Segunda: Debe desaparecer la restricción impuesta a la libertad industrial para los sindicatos y asociaciones agrícolas que quieran instalar y explotar fábricas azucareras, cooperativas, siempre que los asociados aseguren la aportación de las primeras materias necesarias para la explotación económica de dichas fábricas. (La Vanguardia Española, 16 de mayo de 1928).

El trabajo de Unión Regional de Remolacheros de Madrid-Toledo, muy activa en su labor de fomentar el asociacionismo de los cultivadores de remolacha en los pueblos de la región centro con actos organizados en Tielmes, Chinchón, Morata de Tajuña, Ciempozuelos, San Martín de la Vega, Perales, Carabaña y Aranjuez, continuó también con su postura a favor de que se impusiera el criterio de que los asuntos entre remolacheros y azucareros sean estudiados en toda su integridad por una Comisión designada por el Gobierno, con representación de ambas partes interesadas en el problema, ya que cabe esperar bien poco de la eficacia de las Comisiones arbitrales después de la real orden de 25 de marzo último. (El Siglo Futuro, 5 de abril de 1930).

Como colofón a estos actos reivindicativos, el 13 de abril de 1930 se convocó un acto en Aranjuez para debatir las propuestas que desde las asociaciones representativas de los remolacheros de las provincias de Madrid y Toledo se habían de presentar al gobierno. De nuevo este acto contó con representantes de los remolacheros de las vegas del Tajo, Tajuña y el Jarama (Madrid, Añover, Ciempozuelos, Carabaña, Titulcia, Morata, Mocejón, Tielmes, Orusco, Chinchón, Seseña, San Martín de la Vega, Toledo, Algodor, Perales y Huerta de Valdecarábanos).

En nombre de los remolacheros de la vega del Tajuña intervino Ramón Pérez Gracia, secretario de la Unión Regional. Este agricultor, procedente de Orusco, defendió las comisiones arbitrales creadas durante la dictadura de Primo de Rivera, encargadas de redactar los contratos en los cultivadores y los fabricantes con las que se equiparaban –en su opinión- los intereses de ambos elementos de la producción. Estas Comisiones –añadió-, han sido reducidas ahora a la simple misión de revisar los contratos, sin que puedan fijar precio ni condiciones, con lo que los remolacheros quedan sometidos a las imposiciones de las sociedades azucareras.

Las quejas alrededor de los contratos entre azucareras y remolacheros** fueron constantes desde que comenzara a extenderse el cultivo de la remolacha en las vegas del Tajuña y el Jarama –y en el resto del territorio nacional-. El secretario nacional de la Asociación, José María Hueso, afirmó refiriéndose a estos contratos:

(…) El agricultor firma con el azucarero un contrato que carece de condiciones jurídicas para ser considerada como tal, ya que las condiciones quedan al arbitrio de una sola de las partes y la otra, el remolachero, ha de limitarse a firmar.

Tan importante era para los agricultores la regulación de los contratos azucareras-remolacheros que una de las conclusiones de la asamblea fue (…) recabar del Gobierno la modificación de la legislación de las Comisiones arbitrales, pues que éstas, sin atribuciones para intervenir en el estudio y regulación de los contratos, no satisfacen las aspiraciones de justicia y equidad de los remolacheras ni responden al criterio de coordinar los intereses de ambas partes. (La Nación, 14 de abril de 1930).

En estos años de transición entre el periodo de la dictadura de Primo de Rivera y la proclamación de la República, los agricultores integrados en la junta regional Madrid-Toledo de la Unión de Remolacheros y Cañeros Españoles, según datos publicados por El Financiero el 25 de abril de 1930, representaban a la practica totalidad de los cultivadores de remolacha de la región, ya que aportaban 110.000 toneladas de las 130.000 que se recolectaban en las 4.600 hectáreas dedicadas a dicho cultivo en ambas provincias.

Ya en periodo republicano, los remolacheros recurrieron a los responsables políticos para reclamar soluciones a los continuos problemas con las azucareras. Al comienzo de la campaña de 1933, y antes de empezar la temporada de siembra, una comisión de remolacheros acudió a una reunión con el ministro de Agricultura, Marcelino Domingo, ante la tensa relación que llegaba, en el caso de la zona de Castilla la Nueva donde se integraban los remolacheros madrileños, a la falta de compromiso de las fábricas que no garantizaban la compra de la cosecha futura.

El ministro se comprometió a analizar y estudiar las peticiones de los remolacheros para después contrastarlas con los representantes de las azucareras. Para los representantes de los remolacheros madrileños, la resolución de los problemas de la campaña 1933-34 pasaba porque las azucareras respetasen, como mínimo, los cupos asignados a cada localidad en la campaña anterior. También proponían que, para campañas futuras, el Gobierno convocara con suficiente antelación una asamblea en la que participaran tanto remolacheros como azucareras y con la mediación de las administraciones públicas para evitar la incertidumbre respecto a las condiciones de contratación y la fecha de siembra. (La Vanguardia Española, 20 de febrero de 1933).

Los problemas denunciados por los remolacheros durante el gobierno izquierdista, y la eterna pugna con las azucareras, continuaban presentes cuando se produjo la llegada al gobierno de la coalición de centro derecha integrada por los radicales, la CEDA y el Partido Agrario. Sólo había transcurrido un mes desde el triunfo del centro derecha cuando en Chinchón se convocó una reunión de carácter sectorial y nacional para defender los intereses de los viticultores y los remolacheros. A esta convocatoria, además de representantes de asociaciones de Zaragoza, León y La Rioja, también acudieron los representantes locales de Aranjuez, Añover de Tajo, Mocejón, Algodor, Morata de Tajuña, Carabaña y Ciempozuelo, junto con el vicepresidente de la Unión de Remolacheros de Madrid y Toledo. El sector de la remolacha, según informaba El Siglo Futuro el 20 de diciembre de 1934, planteó que antes del 15 de enero debería estar resuelto el asunto de la asignación de cupos y de precios, precisamente para evitar los problemas que habían surgido en campañas anteriores, además de proponer la creación de los que denominaban Estatuto el Azúcar.


*Las protestas contra la limitación de la producción, y la consiguiente asignación de cupos a las diferentes zonas remolacheras, sería, sin embargo, una realidad con la que tendría que convivir el sector con más o menos rigidez hasta que en los primeros años de la década de los setenta se cerró la fábrica de La Poveda. La próxima semana analizaremos cómo se repartía este cupo en distintas épocas.

** También analizaremos las condiciones que aparecían en estos contratos que regulaban las relaciones remolacheros-azucareras.


Fuentes y bibliografía:

  • Periódicos citados en el texto.

  • Álbum de La Poveda. 1900-200 La Poveda Centenario. Colección Archivo Municipal de Arganda.

  • La economía española y la articulación de su mercado (1890-1914): Los orígenes de la vía nacionalista del capitalismo español. Memoria presentada para optar al grado de doctor por Juan Martín Fernández. Facultad de CC Políticas y Sociología. Departamento de Economía Aplicada V. Madrid, 2002.

  • Memoria sobre el estado de la agricultura en la provincia de Madrid. Abela, Eduardo y Castro, Carlos A de. Estereotipia y Galvanoplastia de Aribau y Cia. Madrid, 1876.

  • Instrucciones para el cultivo de la remolacha azucarera en regadío. Quintanilla Guillermo. Hojas divulgativas. Ministerio de Agricultura. Madrid, 1932

  • Memoria sobre la remolacha azucarera. Estación Agronómica del instituto Agrícola de Alfonso XII. Ministerio de Fomento. Dirección General de Agricultura. Madrid, 1911.

  • El Ochocientos. De las profundidades a las altura. Tomo II. Manuel Silva Suárez, editor. Real Academia de Ingeniería. Institución Fernando El Católico. Prensa de la Universidad de Zaragoza. Zaragoza.

  • El trabajo infantil en España 1700-1950. Aprender trabajando. La actividad de niñas y niños en tierras de regadío. (La vega del Tajuña a comienzos del siglo XX). Borras Llop, José María. Universidad Complutense.

  • Memoria que comprende los trabajos reunidos, trabajos practicados y proyecto de Ley formulados por la comisión para el estudio de la concentración parcelaria. Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio del Ministerio de Fomento. Imprenta de los hijos de M. G. Hernández. Madrid, 1908.



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