jueves, 23 de septiembre de 2021

 

Los Angulo, una familia de comerciantes en Morata (II)

Manuel de Angulo siguió ampliando, hasta su muerte en 1837, el patrimonio de la familia en Morata

Tras la muerte en 1828 de Ramón de Angulo Guardamino su único hijo, Manuel de Angulo y Cano, se hará cargo de los negocios familiares, tanto los del comercio textil y de lienzos, que desarrollaban en la calle Postas de Madrid, como de los relacionados con los préstamos y otras actividades propias del sector financiero.

Manuel de Angulo, que había nacido en Madrid en 1788, no era un neófito en el ámbito de las finanzas y el comercio de la capital de España cuando sustituyó a su padre al frente de Angulo e hijo, la compañía que agrupaba los negocios familiares y de la que era único heredero.

La fortuna personal de Manuel de Angulo se había incrementado notablemente con la dote que recibieron tanto él como su mujer, María Sandalia de Acebal y Arratia, cuando contrajeron matrimonio en 1816 en Madrid a la edad de 28 y 19 años de edad respectivamente. Según un documento del Archivo Histórico Nacional, firmado el 3 de mayo de 1816 por su propio padre, Ramón de Angulo y la madre de su esposa, Ramona de Arratia, ambos contrayentes recibieron al casarse la cantidad de 6 millones de reales. María Sandalia de Acebal, ya huérfana de padre por entonces, aportó al matrimonio 725.138 reales de dote y su suegro le legó en su testamento los 274.862 reales que completaban 1.000.000 de reales.

María Sandalia -que en las décadas futuras, una vez que falleció su marido sería una persona decisiva en el destino de los bienes y del patrimonio que la familia Angulo Acebal había acumulado en Morata-, había nacido en 1797 en el concejo de Menegarai, perteneciente al municipio de Ayala, en la provincia de Álava. Era hija de Francisco de Acebal Aguirre y de Ramona Arratia Villachica, padres de otros cuatro hijos además de María Sandalia, José, Francisco, Paula y Ramona.

Los Acebal Arratia, formaban parte de la élite comercial y financiera que integraban varias familias que se habían traslado desde décadas anteriores a Madrid procedentes de las provincias vascongadas, en un caso similar al de la familia Angulo aunque estos últimos procedían de Cantabria.

Los hermanos varones de María Sandalia, la joven esposa de Manuel de Angulo, José y Francisco de Acebal y Arratia*, fueron políticos relevantes pero también destacaron en el ámbito financieros y del comercio. En el caso de Francisco de Acebal, además de su pertenencia al Senado en varias legislaturas en representación de su provincia de origen, Álava, destacó por su participación en la creación de Sociedad Española de Seguros y por su trabajo en los primeros años de funcionamiento de la Caja de Ahorros de Madrid, entidad de la que fue presidente en el año 1838. Curiosamente, sería ya avanzado el siglo XX cuando esta entidad financiera, la Caja de Ahorros de Madrid, restaurará la que fue casa familiar de la familia Mac Crohon Jarava en Morata, que se habían convertido, como veremos, en herederos del matrimonio formado por Manuel de Angulo y Cano y María Sandalia de Acebal y Arratia.


Documento que recoge la venta en 1830 de la Casa de Corregidores a Manuel de Angulo (Archivo Histórico de la Nobleza)

Actividad profesional de Manuel de Angulo y nuevas compras en Morata

De la trayectoria empresarial y comercial de Manuel Angulo ya tenemos conocimiento desde antes de producirse la muerte de su padre. En 1819, por ejemplo, además de participar junto a su progenitor en los prósperos negocios familiares, Manuel de Angulo era el orgulloso propietario de una ganadería de bravo que lidiaba sus toros en el coso madrileño. El 19 de julio de 1818, el Diario de Madrid, publicaba la lidia de toros pertenecientes a la ganadería de Manuel de Angulo en una corrida de beneficencia:

El Rey nuestro Señor (que Dios guarde) se ha servido señalar el lunes 20 del corriente mes de julio de 1818, si el tiempo lo permite, para la duodécima y última corrida de toros de esta temporada, que la piedad de S. M. tiene concedidas a los Reales hospitales Generales de esta corte, con el piadoso fin de que sus productos se inviertan en la asistencia y curación de los enfermos de ambos sexos existentes en ellos (…). Los catorce toros serán; cuatro de la vacada de D. Diego Muñoz y Pereyro, vecino de Ciudad Real, con divisa verde: tres de la de D. Hermenegildo Díaz Hidalgo, de la villa de Villarrubia de los Ojos de Guadiana, con celeste: cuatro de la de D. Juan Diaz Hidalgo, de la propia vecindad con azul; y tres de la de D. Manuel de Angulo y Cano, divisa amarilla y blanca (…).

Como comerciante y financiero, al igual que lo fuera su padre, Manuel de Angulo procuró mantener su influencia en el mundo económico madrileño con su pertenencia a entidades como la Junta de Comercio de Madrid, presidida en su momento por Ramón de Angulo y de la que el mismo formó parte como consiliario desde el año 1829.

Pero además de sus negocios en Madrid, Manuel Angulo y Cano no dejó de incrementar su patrimonio de fincas rústicas y urbanas en Morata**, tal como hiciera su padre en 1820 con la compra del Molino de Abajo, de Angulo a partir de entonces, y de cerca de 800 fanegas de fincas de regadío en la vega del Tajuña. Así, en 1830, Manuel Angulo accedió a la propiedad de otro de los bienes urbanos localizados en el casco urbano de Morata que también pertenecía a la casa condal de Altamira, encabezada en aquella fecha por Vicente Isabel Osorio de Moscoso.

La nueva adquisición estaba situada en la calle Cruz de Orozco nº 15 –según numeración de la época-, y era conocida como Casa de Corregidores. Este nombre respondía al destino habitual de esta finca urbana como vivienda de los corregidores o alcaldes mayores de Morata que eran designados, según privilegio señorial adquirido por compra en el siglo XVII, por los propios condes de Altamira.

Tal como se deduce del expediente que recoge todo el proceso de venta de la Casa de Corregidores, iniciado en 1827 y finalizado en 1830, (Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C.361, D.25-92), en esos años los problemas financieros de la Casa de Altamira, lejos de mejorar, continuaron agravándose por lo que era necesario enajenar muchas de las propiedades, rusticas y urbanas que poseían en todo el territorio nacional.

En el caso de Morata, en esos años el conde de Altamira puso en venta junto a la Casa de Corregidores otra de las fincas emblemáticas de la villa que también le pertenecía: la Huerta de Arias o, como se conocía popularmente, Las Huertarias.

Según el expediente citado, conservado en el Archivo Histórico Nacional, ambas propiedades, La Casa de Corregidores y Las Huertarias, salieron a subasta pública por una cantidad inicial de 39.951 reales y 14.491 reales, respectivamente. Gabriel de Velilla, agrimensor encargado de tasar ambas propiedades, emitió un informe en el que describía así los linderos y la planta baja de la Casa de Corregidores:

(…) adquirida por compra a Doña Josefa Mendieta, sita en la calle de la Cruz de Orozco y linda al Norte con la calle del Ciego, Saliente con casa de Gregorio Robles, Mediodía con la del Jardinero de S. E. y al Poniente, donde tiene la entrada principal en dicha calle; la cual tiene en su fachada 40 pies lineales y todas sus oficinas corrientes: portal empedrado, dos salas con su alcoba cada una, con otras piezas todas a bovedillas y paso doblado, patio empedrados, cueva y sótano con entrada por dicho patio, y pieza que fue lagar, cocina, corral, con puerta falsa a la calle del Ciego, cuadra en él y dos pajares (…).

Antes de que se vendiera finalmente la casa en 1830, por un importe de 37.762 reales y 10 maravedíes, según la escritura firmada el 6 de octubre de ese año, la propiedad fue subastada previamente en varias ocasiones sin resultado alguno, por falta de ofertas de compra, hasta que Manuel de Angulo la adquirió, previo desalojo de José Aparicio, inquilino que en esos años la habitaba, cuando ya el oficio de corregidor había sido extinguido y, por lo tanto, la casa había perdido su antigua función.

En 1827, Manuel de Angulo y Cano fallecía en Madrid a la temprana edad de 49 años. Desaparecido sin herederos ni ascendientes directos, su cuantiosa fortuna, incluidos sus bienes rústicos y urbanos en Morata, pasarían en su totalidad a su viuda, María Sandalia de Acebal y Arratia.

La próxima semana, analizaremos la trayectoria vital de María Sandalia de Acebal desde la muerte de su primer marido en la citada fecha de 1837, su nuevo matrimonio con Luis Usoz, y cómo evolucionó su patrimonio en Morata en las décadas siguientes.




*Francisco de Acebal y Arratia, hermano de María Sandalia de Acebal y, por tanto, cuñado de Manuel de Angulo, fue, además de un importante hombre de negocios y político, el iniciador de la colección de arte que pertenecería años más tarde a la familia Mac Crohon Jarava. Entre las obras que adquirió destacaban varios goyas como Las mozas del cántaro, Maja y Celestina al balcón, San Francisco de Borja atendiendo a un moribundo o Mujer dormida.


**Además de la adquisición del Molino de Abajo [de Angulo], la Huerta aledaña, más de setecientas fanegas en la vega y la Casa de Corregidores, los Angulo, Ramón y su hijo Manuel, añadieron a su patrimonio en Morata, en una fecha que no hemos podido determinar, la finca urbana que en su momento perteneció a los frailes dominicos del convento del Rosario de Madrid (Fundado en 1632 por Octavio Centurión, marqués de Monasterio, y cuya casa madre estaba situada desde el siglo XVII entre las calles San Bernardo y Flor Baja de Madrid).

Esta finca de Morata, donde años después se levantaría la casa familiar de los Mac Crohon Jarava –y que hoy, tras ser utilizada como hospital de sangre en la guerra civil y escuela pública en la posguerra se usa como como Casa de la Cultura-, albergaba, desde el siglo XVII, la casa de labranza de los frailes dominicos en Morata. Desde esta casa, administraban su extensa hacienda de bienes rústicos en la vega y en el llano. El 12 de julio de 1822, el Diario de Madrid publicaba el anuncio de subasta de los bienes de los frailes dominicos en Morata. En ese anuncio se describía así la finca que pasaría a ser propiedad de los Angulo:

(…) Una casa grande en la población de Morata, con muchas habitaciones, cueva, bodega y aceitero con sus tinajas correspondientes para 7.680 arrobas de vino, y 1.870 arrobas de aceite, lagar para laborear vino, cámaras para encerrar granos, vale 372.044 reales, y en renta 6.121 reales. (…).

Reiteramos que, aunque no hemos podido confirmar que la casa de labor de los dominicos en Morata, y el resto de fincas, fueran finalmente adjudicadas en la subasta de 1822, parece lógico que estos bienes fueran enajenados a partir de las leyes de desamortización de las órdenes religiosas que se dictaron desde comienzos del siglo XIX y, con más seguridad, desde el Trienio liberal (1820-1823) hasta la denominada Desamortización de Mendizábal (1836-1837) y los reales decretos emitidos entre 1835 y 1837 sobre extinción de monasterios, conventos, colegios y congregaciones religiosas. En estos años, con los Angulo muy activos en la compra de bienes en Morata, se habría producido esta adquisición que, lamentablemente, no podemos documentar.













Fuentes y bibliografía:

  • Élites ilustradas al servicio de la Monarquía española: las redes de comerciantes vascos y navarros en Madrid, 1700- 1830. Antonio Martínez Borrallo. Memoria para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid-Facultad de Geografía e Historia. Madrid, 2021.

  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y Respuestas Particulares H 408 y H 410.

  • Comercio e industria madrileños en la transición del Antiguo régimen al sistema liberal (1788-1833). Mariano Caballero Espericueta. Memoria para optar al grado de doctor. Universidad Complutense de Madrid. Departamento de Historia Contemporánea. Madrid, 2006.

  • La sociedad madrileña del siglo XVIII. Martínez Ruiz, Enrique. En Fernández García Antonio (dir.) Historia de Madrid, Complutense. Madrid, 1993.

  • Madrid en la Sociedad del siglo XIX. (Vol1) La Ciudad y su entorno. Madrid, centro de poder político, poder económico y élites sociales. Edición a cargo de Luis E. Otero Carvajal y Ángel Bahamonde. Consejería de Educación. Madrid, 1986.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C.275, D.161-401.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C.274, D.22.

  • Archivo Histórico Nacional, Estado, Carlos III, exp. 2215.

  • Archivo Histórico de la Nobleza, BAENA, C.361, D.25-92.

  • Guía Mercantil de España, año 1829. 1ª Parte. Imprenta de I. Sancha. Madrid, 1829.

  • Periódicos y publicaciones citadas en el texto.



No hay comentarios:

Publicar un comentario