viernes, 5 de noviembre de 2021

 

Ejecutorias de hidalguía: litigar para figurar, pleitear para no pagar (I)

Relación de vecinos de Morata que acudieron a la Chancillería de Valladolid para probar su hidalguía

Entre finales del siglo XV y principios del siglo XIX fue muy habitual acudir a los tribunales para probar la hidalguía de un apellido. Estas ejecutorias y pleitos de hidalguía buscaban, en un plano social, asentar el prestigio de una familia y demostrar su origen nobiliario. En un aspecto más material, estos procesos judiciales no eran sino un intento de elusión de los impuestos locales y reales. Muchos vecinos de Morata acudieron a estas prácticas para demostrar ante el fisco su pertenencia al estado de los hijosdalgo. Analizamos en el blog estos pleitos de hidalguía entre el concejo de Morata y algunos de sus vecinos, cuantos y cómo se plantearon y el desarrollo completo de uno de estos procesos, el iniciado por Juan de Cuevas ante la chancillería de Valladolid.




Visto desde la sociedad actual la división de la sociedad en estamentos y clases estancas, impermeables entre sí, sin duda puede parecer un anacronismo. Sin duda lo es. Desde que se inicia la reconquista y prácticamente hasta la Constitución de 1812, que acaba al menos formalmente con los privilegios de clase, la existencia de la nobleza y, en el caso que analizamos en el blog, de los denominados hidalgos, hijosdalgo… estaba muy presente en una sociedad estamental en la que los más favorecidos no dejaban de defender sus privilegios.

En el caso de los hidalgos, nobleza menor al fin y al cabo, sus privilegios, muy reducidos en comparación con la alta nobleza titulada, estos privilegios no pasaban en muchos casos de favorecer un tratamiento diferenciado para distinguirse de las clases populares, los pecheros o estado llano.

En un plano práctico, los hidalgos estaban obligados a acudir a la guerra con armas y caballo para defender a su rey –compromiso que desapareció o se atemperó con el paso de los años- pero a cambio eran poseedores de privilegios económicos que les distinguían de las clases más bajas de la sociedad estamental. Los hidalgos, como tal, estaban exentos por derecho propio de determinados impuestos, contribuciones y servicios de ámbito local e incluso estatal. Además, no se les podía embargar la casa, las armas o el caballo ni podían ser sometidos a tormento en caso de delito. En el ámbito penal, tampoco se les podía aplicar la pena de muerte en la horca.

En otros aspectos sociales, el de la imagen y el prestigio familiar, los hidalgos gozaban del derecho a recibir el tratamiento de don y contar con sus propios regidores municipales, los alcaldes y regidores por el estado de los hijosdalgo que siempre aparecen diferenciados de los ediles pertenecientes al estado llano.

Que acceder a la clase de los hijosdalgo era algo deseado y perseguido por los clanes familiares durante muchos años lo demuestra el hecho de que en los archivos de la Chancillería de Valladolid, que juzgaba los casos de hidalguía de las poblaciones al norte del río Tajo, se conservan 42.144 expedientes de estas ejecutorias.

Según hemos podido analizar a partir de la documentación existente, sobre todo la que se basa en censos de población y vecindarios, el numero de hijosdalgo y nobles avecindados en Morata ha sido muy cambiante. Estas cifran han pasado desde los alrededor de cuarenta hidalgos y nobles que viven en Morata a finales del siglo XVI, cuando la villa aspira a adquirir la jurisdicción al arzobispado de Toledo y pasar a la categoría de villa real. En el siglo XVIII, con el Catastro de Ensenada, el estamento de los hijosdalgo y de la nobleza disminuye hasta los 17 miembros y , unos años después, en 1787, cuando se elabora el Censo de Floridablanca la cifra ha aumentado ligeramente hasta los veinte hidalgos.

Apellidos de hijosdalgo en Morata

La baja nobleza en Morata, entendida como tal la que carece de títulos nobiliarios, se ha concentrado, tradicionalmente, en algunos apellidos que, reiteradamente, aparecen como alcaldes y regidores por el estado de los hijosdalgo hasta los años en torno a la guerra de la Independencia. Sólo hay que analizar estos listados para comprobar como los apellidos Páez, Perejón, Almazán, Mexía, Ruiz de Castañeda, Contreras, Salcedo, Ruiz de Orive, Fominaya, Orozco o Cuevas se suceden reiteradamente en los cargos municipales por el estado de los hijosdalgo. Pero además de estos apellidos y linajes de hijosdalgos, algunos otros de ellos muy conocidos, en algún momento residieron en Morata. Citaremos en primer lugar el linaje Cortina, una familia de hidalgos asentada en varios municipios del entorno como, especialmente, Arganda y Barajas, pero también en otros municipios cercanos como Valdelaguna, Valdilecha y Morata. En estas poblaciones, los Cortina, familia a la que pertenecía Leonor de Cortinas, madre de Miguel de Cervantes, poseían tierras y otros bienes en propiedad además de apuntalar su pertencia a la nobleza con la creación de capellanías y obras pías, entre otras, en la iglesia de Morata.

Según el investigador cervantino Astrana Marín los Cortina constituían una familia de hidalgos, compuesta de tres hermanos, Juan, Gonzalo y Diego, todos bien acomodados, con posesiones [...], no sólo en Arganda […], sino también en Madrid [...]. Su hacienda extendíase a los pueblos cercanos de Valdelaguna, Morata y Valdilecha, con terrenos de pasto y regadío en las riberas del Jarama y del Tajuña. Esta familia aparece enlazada, desde mediados del siglo XV, por sucesivos matrimonios, con los Luján, Mejía, Díaz Sánchez, Sánchez Maroto y Díaz Delgado (…).

Igual que los Cortina, hay otro linaje que llegó a residir en Morata como pertenecientes al estado de los hijosdalgo y también relacionada con la literatura del siglo XVI. Se trata de los parientes morateños del escritor y religioso Antonio de Guevara (1480-1545), autor de obras tan relevantes como las Epístolas familiares o Menosprecio de corte y alabanza de aldea. En la primera de esas obras Guevara hace referencias a su pertenencia a una familia del estado de los hijosdalgo afincada en Morata al menos desde el siglo XV:

(…) A lo primero que decís, señor, de mi linaje que es antiguo, bien sabe vuestra señoría que mi abuelo se llamó don Beltrán de Guevara y mi padre también se llamaba don Beltrán de Guevara, y mi tío se llamaba don Ladrón de Guevara, y aún también sabéis, señor, que primero hubo condes de Guevara que no reyes en Castilla. Este linaje de Guevara trae su antigüedad de Bretaña y tiene seis mayorazgos en Castilla: es a saber, el conde de Oñate, en Álava; don Ladrón de Guevara en Valdallega; don Pero Vélez de Guevara, en Salinas; don Diego de Guevara, en Paradilla; don Carlos de Guevara, en Murcia, y don Beltrán de Guevara, en Morata; los cuales son todos valerosos en sus personas, aunque pobres en estados y rentas; de manera que los de este linaje de Guevara más se precian de la antigüedad de su linaje que no de la hacienda que tienen (…).

Antonio de Guevara reconoce que su familia morateña es pobre en estados y rentas pero no por ello deja de citar y resaltar la antigüedad de su linaje. Algunos casos extremos que demuestran que no siempre pertenecer al estado de los hijosdalgo es sinónimo de una situación económica desahogada lo encontramos, por ejemplo, en el Catastro de Ensenada: En el cuaderno 3 de las averiguaciones, que recoge el vecindario que habitaba la villa a mediados del siglo XVIII, encontramos dos vecinos pertenecientes a la nobleza que aparecen encuadrados en la categoría de jornaleros:

don Andrés de Salcedo, del estado noble, de edad de cuarenta y cuatro años, de ejercicio jornalero, casado con doña Magdalena de González, de cuarenta y seis años, y don Balthasar de Salcedo, de edad de cuarenta y seis años y casado con doña Josepha González, de cuarenta y cinco años.

En ambos casos, los dos vecinos disfrutan del don como símbolo de respeto pero esto no impide que su situación económica les obligue a ganarse la vida como jornaleros.

Sala de la Audiencia y Chancillería de Valladolid donde se veían los expedientes de hidalguía
 

Los procesos y ejecutorias de hidalguía de vecino morateños

Entre los más de 40.000 expedientes de hidalguía archivados y conservados de la Chancillería y Audiencia de Valladolid, a la que pertenecía la villa de Morata, encontramos varios expedientes que recogen los pleitos entre en el concejo morateño y los vecinos que reclamaban su inclusión en ese estado para beneficiarse de los privilegios que les corresponderían como tales hidalgos.

Antes de hacer esta relación, que ni mucho menos pretende ser exhaustiva, quizá convenga analizar el porqué de estos conflictos ante los tribunales por parte de los concejos castellanos y quienes aspiraban a pertenecer al estado de los hijosdalgo y que se les reconociera este derecho por considerar que algunos antepasados de la familia ya habían mantenido este status privilegiado.

Sin que hayamos de desdeñar los reconocimientos sociales a los que tenían derecho y que ya hemos tratado –aplicación del don, cárceles y procesos especiales para su clase social, etc- el reconocimiento de la hidalguía significa acceder a un grupo de privilegiados que, pese a su teórica mejor posición económica en comparación con el estado llano, los pecheros, estaba libre y exento de algunos impuestos, pagos e incluso, en momentos determinados, de levas militares.

Por el contrario, para los pecheros, el aumento del número de hidalgos en una villa significaba, de inmediato, la obligación de pagar más impuestos a ellos mismos para compensar la disminución de ingresos para las haciendas concejil o real que significaba el reconocimiento de nuevos hidalgos. Además, algunos casos se dieron en que el aumento del censo de hidalgos exentos provocó, como consecuencia inmediata, el despoblamiento y la huida de los pecheros de estas villas, agobiados por una presión fiscal cada vez más asfixiante.

A la oposición de los concejos y pecheros a aumentar las listas de hidalgos se unían también aquellos hidalgos que, establecidos por generaciones en cada villa, veían como el aumento del censo de la nobleza con el reconocimiento de nuevos hidalgos, significaba, de inmediato, el aumento de aspirantes a ocupar los puestos privilegiados que estas familias de abolengo, consideraban que les pertenecían por derecho propio y sin que tuvieran que competir con nuevos linajes.



Pleitos y ejecutorias de hidalguía (siglos XVI, XVII, XVIII y XIX)



  • 1517. Pleito del fiscal del rey y el concejo y pecheros de Morata de Tajuña con Gonzalo, Bartolomé y Jorge Ruiz, Hernando de Sepúlveda, Juan Goñe y consortes.

  • 1518. Ejecutoria del pleito de hidalguía litigado por Fernando de Madrid, vecino de Morata, con el concejo, justicia y regimiento de Morata.

  • 1518. Ejecutoria del pleito litigado por Diego Mejía, vecino de Morata, con el concejo, justicia y regimiento de Morata. Ejecutoria a favor.

  • 1519. Ejecutoria del pleito litigado por Juan de Gobe, vecino de Morata, con el concejo, justicia y regimiento de Morata.

  • 1519. Ejecutoria de pleito de hidalguía presentado por los hermanos Juan y Pedro de Almazán, por entonces vecinos de Santa María de Nieva. La presentaron para demostrar su hidalguía en 1613 sus nietos Francisco y Roque Páez de Almazán, biznietos de Juan de Almazán y vecinos de Morata.

  • 1525. Alonso Perejón, vecino de Belinchón, hijo de Juan Perejón e Inés Díaz, nieto de Alonso González Perejón y Olalla Rodríguez. Fue presentada en 1616 por Isabel Páez y sus hijos Diego, Isabel, Inés y María Perejón, vecinos de Morata y descendientes de Alonso.

  • 1526. Ejecutoria del pleito litigado por Juan de Valmaseda, vecino de Morata, con el concejo, justicia y regimiento de Morata sobre hidalguía.

  • 1526. Ejecutoria del pleito litigado por José de Villa, vecino de Morata, natural de Ballesteros, junta de Cesto (Cantabria) con el concejo de Morata y el fiscal de la Real Chancillería de Valladolid sobre hidalguía.

  • 1526. Ejecutoria del pleito litigado por Juana González, vecina del concejo, justicia y regimiento de Morata sobre hidalguía.

  • 1527. Ejecutoria del pleito litigado por Fernando de Sepúlveda y consortes, vecinos de Morata de Tajuña, con el concejo, justicia y regimiento de dicho lugar sobre el reconocimiento de su hidalguía.

  • 1553. Ejecutoria del pleito litigado por Francisco de Loisa del Arco, vecino de Morata, con el concejo regimiento y justicia sobre hidalguía.

  • 1569. Ejecutoria del pleito litigado por Diego de Sepúlveda, vecino de Morata, con el fiscal del rey y el concejo de pecheros de dicha villa sobre su hidalguía.

  • 1569. Ejecutoria del pleito litigado por Francisco de Contreras, vecino de Morata, con el fiscal del rey y el concejo y pecheros de dicha localidad sobre su hidalguía.

  • 1581. Ejecutoria del pleito litigado por Juan Ramírez Ladrón de Ocariz, vecino de Morata con el fiscal del rey y el concejo y pecheros de dicha villa sobre su hidalguía.

  • 1613. Ejecutoria de hidalguía original otorgada a favor del capitán Bernabé Díaz Pizaño, vecino de Almoguera.

  • 1617. Ejecutoria del pleito litigado por Francisco de Contreras y María Mejía de Contreras, vecinos de Morata, con Diego Calviche Grijalba, fiscal de la audiencia, y el concejo de la dicha villa sobre reconocimiento de hidalguía.

  • 1634. Ejecutoria del pleito litigado por Pedro de Miranda, vecino de Morata sobre su hidalguía.

  • 1733. Ejecutoria de hidalguía a favor de Alonso Antonio Valdés, sobre auxiliadora de una ejecutoria de hidalguía expedida a su favor por la Cancillería de Valladolid.

  • 1780. Pleito de Pedro Antonio Almazán y Páez, vecino de Valderas (León), originario de Morata en el arzobispado de Toledo.

  • 1802. Ejecutoria del pleito litigado por Francisco Antonio, Sebastián Ventura, Gregorio Antonio y Pedro Antonio Ruiz de Castañeda, vecinos de Morata con el fiscal y el concejo de la misma sobre hidalguía en sangre.

  • 1805. Ejecutoria del pleito litigado por Manuel, Hipólito, Prudencio, Eusebio y Esteban Isidoro Ruiz de Castañeda, vecinos de Morata sobre su hidalguía en propiedad posesoria.

Todos estos procesos generaron una abundante documentación que recoge en cada expediente la toma de pruebas, declaraciones de testigos o testimonios en contra de los aspirantes a obtener el título de Hidalguía. La próxima semana, analizaremos uno de estos expedientes entre el concejo de Morata y Juan de Cuevas.





Fuentes y bibliografía:



  • Morata de Tajuña, según el Catastro de Ensenada. Miranzo Sánchez-Bravo, Agustín-Bubok, 2011.

  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y Respuestas Particulares H 408 y H 410. Archivo General de Simancas. Respuestas Generales Toledo. Libros 611 a 627.

  • Pleitos de hidalguía, ejecutorias y pergaminos en la Real Chancillería de Valladolid. José María Vallejo García-Hevia. Revista Emblemata, 16.2010.

  • Epístolas familiares y escogidas. Antonio de Guevara. Biblioteca clásica española. Daniel Cortezo y cia. Barcelona, 1886.

  • Genealogía y nobleza. Quinientos documentos presentados como prueba en la Sala de los hijosdalgo de la Real Chancillería de Valladolid y estudiados ahora. Alfredo Basanta de la Riva. Editorial Reus. Madrid, 1922.

  • Arganda del Rey, cuna de Miguel de Cervantes. José Barro Campos. Ayuntamiento de Arganda del Rey. 2016.

  • La venta de jurisdicciones eclesiásticas en la Corona de Castilla durante el reinado de Felipe II. María Ángeles Faya Díaz (Universidad de Oviedo).

  • El estado noble en la provincia de Toledo según el Catastro del marqués de la Ensenada. Carlos Nieto Sánchez.

  • Portal de Archivos Españoles en internet. Ministerio de Cultura. Consultado el 28 de octubre de 2021. Ejecutorias de Hidalguia de evcinos de Morata.



No hay comentarios:

Publicar un comentario