jueves, 23 de diciembre de 2021

Morata, tierra de olivares y de aceite (VI)

La aceituna cornicabra es la variedad que predomina en el olivar morateño.

José Hidalgo Tablada, pionero en los estudios de agronomía y alcalde de Morata, escribió sobre esta variedad, su reproducción y enfermedades

Si la pasada semana veíamos como la superficie de cultivo del olivar se ha incrementado a lo largo de la historia en el término municipal de Morata, la entrada del blog de esta semana la dedicaremos a la aceituna cornicabra, la variedad presente en la práctica totalidad de los olivares morateños. Además, analizaremos los métodos de plantación y las enfermedades y plagas que afectan al olivar, siguiendo los trabajos de un pionero de las investigaciones agronómicas en España, José Hidalgo Tablada.


Cornezuelo, cabrilla, rostrata, rapunier (en Francia) … distintas denominaciones para identificar a la variedad de aceituna más habitual en el centro de España, en la Comunidad de Madrid y en la comarca de las Vegas, la aceituna que, además, es la que da su identidad a los olivares y al aceite de Morata, la aceituna cornicabra.

Dejemos que sea uno de los primeros especialistas en la enseñanza de la agricultura que impartieron magisterio en España y vayamos a los trabajos de investigación de José Hidalgo Tablada, un auténtico especialista en el cultivo del olivar y de la vid durante el siglo XIX , para conocer las características de la aceituna cornicabra.

Hidalgo Tablada, militar en su juventud, y especialista en la enseñanza agrícola en su madurez y periodista y divulgador de las técnicas agrícolas más avanzadas durante la segunda mitad del siglo XIX. Además de alcalde* de Morata en dos periodos y juez de la villa, fue autor de Tratado del cultivo del olivo en España y modo de mejorarlo, un libro pionero en su tiempo y que aún hoy, más de 150 años después de su primera edición, se ha reeditado en una edición facsímil**. En este libro de Hidalgo Tablada encontramos una descripción perfecta del olivo de la variedad cornicabra y de sus frutos:

(…) Árbol es el de más dimensiones que se conoce, la mayor parte de los que se distinguen por su gran tamaño en la especie olivo, pertenecen a esta variedad. Sus ramas son rectas, fuertes y las secundarias y terciarias propenden a inclinarse al suelo al que llegan los ramos y ramillos, si se cuida el árbol, formando entre el tronco y las haldas un hueco espacioso. Sus ramas tienen la corteza verde pardusco, el tronco en la inserción de las ramas en él, presentan diferentes capas de corteza despegada (…).

Sobre las hojas de los olivos cornicabra y sus frutos señala Hidalgo Tablada:

(…) Hojas, las del olivo cornicabra son de la forma y dimensiones, ordinariamente, que indica la figura [de tamaño medio y forma elíptico-lanceolada], en su parte inferior es color blanco claro y la superior verde oscuro, lisa y con fibras bien marcadas (…). El fruto tiene de alto 28 milímetros y de diámetro 19. Su peso por término medio es 5 gramos y 2 decigramos; color negro colorado, carne adherente al hueso, que pesa 1 gramo 2 decigramos y de consiguiente la pulpa tiene 4 gramos. Es la aceituna que da mejor aceite de las tardías, pero en las tempranas la mayor parte son mejores. Se emplea para aceite generalmente, y también aunque poco para adobarlas (…).

Finalmente, Hidalgo nos ofrece en su libro una relación de las zonas de cultivo olivarero donde más prolifera el olivo cornicabra, una variedad que, algunos autores, señala que tiene su origen en la localidad toledana de Morar de Toledo:

(…) Localidad: se cultiva en toda España, y principalmente en la región central, en que los olivares están poblados de esta variedad. En la región septentrional, en las riberas del Ebro, la llaman acebuche, y se ven árboles de dimensiones colosales, que no maduran el fruto porque no se limpian, y estando muy estrechos, la sombra impide que el sol obre cual se necesita en aquella latitud; en Tudela de Navarra, más que en otro algún punto, deben tenerse presente estas observaciones. Vive en toda clase de tierras, pero en las fértiles y ventiladas, con abundantes labores y abonos, lleva en abundancia (…).

En uno de los capítulos de su libro Hidalgo, que además de experto agrónomo también era un cultivador de olivos y vid en el término morateño, hace una referencia directa a la variedad cornicabra en Morata y describe un ejemplar de este tipo de olivo para describir su sistema de raíces:

(…) ya dijimos a qué distancia y profundidad; tenemos ejemplos para conocer la marcha de las raíces del olivo; ahora añadiremos que, en 1849, arrancamos una oliva de grandes dimensiones, pero que a efecto de haberse cortado hacia muchos años las guías de las cuatro piernas que tenía, estaba muy deteriorada y no llevaba fruto. El árbol media de diámetro encima de la chopera o cepa 1 metro y 50 centímetros, de aquí nacían cuatro piernas que la menor tenía 7 metro de altura, y hasta la raíz ocho metros y 50 centímetros: era de la variedad cornicabra que es la que domina en este término de Morata (…).

El Perdigocho de la Cárcava, ejemplar de la variedad cornicabra, propiedad de Juan Luis de la Torre, que ganoó en 2015 el premio al mejor olivo monumental de la Comunidad de Madrid. Se calcula que tiene alrededor de 300 años. (Foto ABC)

Plantación y marco del olivar en Morata

Sigue siendo necesario seguir las explicaciones y los estudios especializados de José Hidalgo Tablada para conocer, siquiera en una forma resumida, qué sistemas han utilizado los agricultores morateños durante cientos de años para plantar y convertir sus parcelas en olivares de la variedad cornicabra. Hoy, por regla general, para renovar un olivar, sea cual sea la variedad, o realizar nuevas plantaciones se puede acudir a viveros para conseguir las plantas pero, hasta no hace muchos años, en Morata, cualquier agricultor conocía los métodos de reproducción de estos árboles. Hidalgo nos resume estos sistemas de plantación en su libro:

(…) Hay costumbres de localidad que establecen prácticas, que marcan la condición del clima, así como hay otras que no tienen razón de ser, que solo el empirismo las conserva y perpetúa. Decimos esto, por haber visto en Navarra multiplicar el olivo de plantones de estaca, y de igual suerte hacerlo en Andalucía, siendo así que en la región central, se hace de garrotes: siendo esos métodos lo general en las tres regiones, aunque se vean excepciones muy marcadas. La razón de hacer en las provincias andaluzas, lo que en las del Norte, nos pareció desde luego que no podía tener un fundamento sólido, y la práctica de ensayos hechos para averiguar la certeza, nos convenció de no habernos equivocado. (…) en Morata, cerca de Madrid, esto es, en el centro de la región central, tenemos multiplicados ejemplos de olivos que de ambas formas hemos plantado, dando buen resultado (…).

A la hora de plantar un olivo, los agricultores debían de tener en cuenta la calidad de las tierras y también si en la misma parcela se tenía previsto también cultivar un viñedo. En el Catastro de Ensenada, en las llamadas Respuestas Generales, se hace mención expresa a este asunto con el objetivo de que las autoridades fiscales pudieran hacerse una idea de las plantas que se podían contabilizar, aproximadamente, por fanega de tierra:

(…) A la octava pregunta declararon que (…) los olivos unos están plantados a marco real, de cuarenta pies en cuadro, y otros sin estar en toda la tierra, aunque guardada la misma distancia (…).

En su obra Hidalgo Tablada nos ofrece también una interesante aportación en torno al marco de plantación del olivar. Tal como hemos reseñado ya en más de una ocasión, en Morata, y en los pueblos vecinos, siempre constituyó un práctica muy habitual combinar en una misma parcela el olivar y el viñedo. Para estos casos, Tablada hacía la siguiente afirmación:

(…) La distancia entra cada olivo debe determinarse cuando se planta solo y cuando se efectúa con la vid, que es lo que tiene lugar en la región central y en algunos puntos de las otras, se coloca cada pie dejando de dos a cuatro cepas de intervalo. Se dejan dos cuando la vid está puesta a 3 metros 50 centímetros de distancia, de la cual resulta que los olivos se encuentran a 7 metros; también se ponen dejando tres cepas en hueco y se encuentran a 10 metros y 50 centímetros. Y cuando el hueco entre las cepas es menor, se dejan cuatro o cinco cepas entre cada dos plantas de olivos.

Poniendo el olivo solo en la tierra destinada a la plantación, la distancia que debe mediar entre cada pie se debe determinar teniendo en cuenta la altura a que se eleva la variedad que se planta y al mismo lo que conviene darle según la localidad (…).

En la práctica, estos métodos de plantación dan lugar a parcelas de olivar con más o menos plantas y más o menos espesas. Tengamos en cuenta que muchos de los olivares que hoy aún vemos en Ll Llano de Morata se plantarían muchos de ellos entre mediados y finales del siglo XIX, época en la que escribía Hidalgo Tablada, y en ellos se puede apreciar, a simple vista, estos distintos sistemas de plantación y la distancia tan variable entre planta y planta.

Enfermedades y plagas del olivar

En su Tratado del cultivo del olivo… Hidalgo Tablada hace una de las primeras aproximaciones sistemáticas que se publicaron en España sobre las enfermedades que afectaban al olivar. Desde su explotación olivarera de Morata, con la experiencia de la investigación sobre el terreno, quien fuera alcalde de la villa realiza un repaso a los que él denomina enemigos que atacan a este árbol [olivo] y los medios para eliminarlos:

(…) El aceitón, mangla, o tizne, procede según unos, de insecto; según otros, de hongos; y hay quien cree, que de la parte carbonosa de una alimentación imperfecta. Ello es, que llega a cubrir todo el árbol, sin dañar a las aceitunas que contiene, pero esterilizándolo para en adelante. Puede conjeturarse que la causa primordial es la humedad, con falta de ventilación; por consiguiente, es mejor y mas fácil precaverla, que haber de curarla. En los olivares una vez invadidos, conviene abrir zanjas para que corra el agua, no cavar ni arar la tierra, sino mas bien apretarla, para que forme tez y no se recale con las lluvias, limpiar mucho los olivos por dentro y fuera , y con buena y potente poda ventilarlos (…)..

Hidalgo Tablada también se refiere a una enfermedad muy característica y conocida del olivo, la melera:

(…) Nosotros hemos hecho por examinar atentamente el progreso de la enfermedad que nos ocupa(…); esto es, olivos en sitios secos y ventilados que tenían, y tienen hoy, la negra; verdad es que nosotros lo hemos buscado 25 años y hemos recorrido casi toda España. Además hemos tenido la suerte de vivir la mayor parte del tiempo en Morata, y tenemos en nuestra propiedad y en la de nuestros amigos y convecinos elementos y ejemplos que estudiar (…). La melera la hemos visto en sitios de regadío, en los olivares de las inmediaciones de Jaén, en Alicante, Almería, Morata, Aragón, Tudela y Corella en Navarra; y esto en grande escala: en terrenos secos y ventilados expuestos al Mediodía en Villarrubia de los Ojos, Ciudad-Real; en las inmediaciones de Logroño; y nosotros tenemos olivos que expuestos al Mediodía, terreno seco y ventilado, se le ha presentado y continúa presentándose, cuando los años secos y alta temperatura hacen que la traspiración sea excesiva (…). Para curar el olivo de la melera es necesario (…) cuando el suelo es húmedo se harán zanjas que permitan la circulación de la humedad y queden las raíces del árbol en las condiciones que le son propias. (…) se podarán y limpiarán los olivos dejándolos de modo que circule libremente el sol y la luz.

La poda y limpia de los olivos es también la recomendación que hace José Hidalgo Tablada para atajar la enfermedad que denomina kerme:

(…) La melera y el kerme, juntos y separados son los enemigos más terribles que ha tenido siempre el olivo, y la historia cuenta localidades enteras en que hubo necesidad de cortar los árboles entre dos tierras, otras en que los talaron por las cruces y estamos seguros de que no hay sitio en que no haya olivos en que no exista una y otra enfermedad, en mayor o menor escala, y juntas o separadas (…).

Citaremos también, la referencia que hace Hidalgo Tablada a una de las enfermedades más dañinas para el olivo, todavía muy frecuente en todos lo olivares de Morata y que requiere un continuo tratamiento de las plantas para su erradicación: la mosca del olivo. En su Tratado del cultivo del olivo…, Hidalgo describe al insecto que provoca la enfermedad:

(…) de cinco milímetros de largo, palpos, frente, antenas y abdomen color amarillo rojo con tres listas negras en el abdomen, alas más largas que el cuerpo y de color dorado con rayas negras. Este insecto pone sus huevecillos microscópicos sobre la aceituna apenas formada y de ellos nace un gusanillo que se desarrolla y vive haciendo galerías en la pulpa del fruto. Hemos encontrado varias veces tres y cuatro gusanos en la aceituna y está casi comida. El gusano en su completo acrecimiento se parece al de la polilla, pero difiere en tener once anillos ben lugar de doce que tiene aquel y en que las mandíbulas del de la polilla es de color claro y este negro.

La manera de atacar este insecto no es otra que recoger el fruto antes de que llegue el momento de abandonarlo para seguir su metamorfosis que si la aceituna se amontona tiene lugar, y lo mejor es molerla acto seguido.

Hidalgo Tablada completa su relación de las enfermedades que afectan al olivar con la descripción de otras patologías también frecuentes en la planta como la polilla, el barrenillo o escarabajuelo, el aspidiote y las verrugas, agallas y viruelas del olivo.



*José Hidalgo Tablada (Mountaban, 1814-Morata, 1894), nacido en Francia donde su padre permanecía preso tras la guerra de la Independencia. Militar de carrera, donde alcanzó el grado de capitán, en su madurez se dedicó a investigar las técnicas agrícolas, sobre todo en los cultivos de vid y de olivo, y el modo de mejorar el agro español, su productividad y la economía de los agricultores y jornaleros. Fundó varias revistas agrícolas y fue autor de una amplia bibliografía especializada en agricultura. Durante dos periodos, 1846-1850 y 1880-85, ejerció como alcalde de Morara y también ostentó el cargo de juez municipal. 

Biografía de José Hidalgo Tablada 


** Tratado del cultivo del olivo en España y modo de mejorarlo. Hidalgo Tablada, José de. Librería de la señora viuda e hijos de don José Cuesta. Madrid, 1870.

(Ed. Facsímil, colección medio celemín. Editorial Maxtor)



Fuentes y bibliografía:

  • Hacienda real y mundo campesino con Felipe II. Las perpetuaciones de tierras baldías en Madrid. Alvar Ezquerra, Alfredo. Comunidad de Madrid-Consejería de Agricultura. Madrid, 1990.

  • Tratado del cultivo del olivo en España y modo de mejorarlo. Hidalgo Tablada, José de. Librería de la señora viuda e hijos de don José Cuesta. Madrid, 1870.

Agricultura general que trata de la labranza del campo (…). Herrera, Alonso de. Edición José de Urrutia. Madrid, 1790.

  • Toledo en época de frontera. Ladero Quesada, Miguel Ángel. Universidad Complutense de Madrid. Anales de la Universidad de Alicante. Historia Medieval, nº 3, 1984.

  • Relaciones Topográficas de Felipe II. Madrid. Estudio introductorio. Alvar Ezquerra, Alfredo. Comunidad de Madrid. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Imprenta de la Comunidad. Madrid, 1993.

  • Historia de la villa de Morata de Tajuña-Torre Briceño, Jesús Antonio de la. Ayuntamiento de Morata de Tajuña, 1999. (Transcripción de las respuestas de Morata al interrogatorio).

  • Relaciones Topográficas de los pueblos de España, lo más interesante de ellas. Ortega Rubio, Juan. Sociedad Española de Artes Gráficas. Madrid, 1918.

  • La vida rural castellana en tiempos de Felipe II. Salomon, Noël. Ariel Historia. Madrid, 1982.

  • Archivo Histórico Provincial de Toledo. Sección Hacienda. Catastro de Ensenada. Libros maestros y respuestas generales de Morata de Tajuña. H 408 y  H. 410.

  • Riqueza y propiedad en la Castilla del Antiguo Régimen. (La provincia de Toledo del siglo XVIII). Donézar Díez de Ulzurrún, Javier M. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid, 1997.

  • Toledo 1751. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada (Introducción). Donézar Díez de Ulzurrún, Javier M. Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria. Ayuntamiento de Toledo. Tabapress. Madrid, 1990.

  • Biblioteca Nacional (ms 4.508).

  • Ordenanzas municipales y gremiales de España en la documentación del Archivo Histórico Nacional. Cadeñanos Bardeci, Inocencio. Cuadernos de Historia del Derecho. Ediciones Complutense. Madrid, 2017.

  • La productividad de los factores en la agricultura española (1752-1935). Bringas Gutiérrez, Miguel Ángel. Universidad de Cantabria 1998.

  • Memoria sobre el estado de la Agricultura en la provincia de Madrid y mejoras convenientes para su desarrollo. Abela y Sainz de Andino, Eduardo. Imprenta, Estereotipia y Galvanoplastia de Aribau. nSucesores de Rivadeneyra. Madrid, 1876.

  • Contestación al interrogatorio sobre cultivo de olivo, vid y agrios e industrias derivadas. Ortiz Cañavate, Fernando. Establecimiento tipográfico de M. Minuesa. Madrid, 1881.

  • Desarrollo local en el municipio de Morata de Tajuña. Dochao, Andrés, Santillana, Myriam, Díez, Alberto. Abril, 1990.

  • Madrid, virgen extra. Ciencia y experimentación para la calidad del aceite. Bienes Allas, Ramón; Cabello Sáenz de Santa María, Félix, de Lorenzo Carretero, Cristina; Palancar Olmo, Margarita; Pérez Jiménez, María Ángeles, Pons Romero, Juan Ramón; Vergara García, Gregorio. Imidra. Comunidad de Madrid. Madrid, 2011,

  • Hacia un modelo europeo de extensión rural agroecológica. Praxis participativas para la transición agroecológica. Un estudio de caso en Morata de Tajuña, Madrid. López García, Daniel. Universidad Internacional de Andalucía. Edición electrónica, 2012.

  • Archivo Histórico Nacional, Sección Nobleza. BAENA, C.354, D.453-464.



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