jueves, 21 de julio de 2022

Molinos y aceñas en la vega baja del Tajuña (III)

A mediados del siglo XVIII se catastraron veinte molinos entre Ambite y Titulcia, uno cada tres kilómetros


La existencia de molinos harineros en ciudades, villas y lugares siempre ha sido objeto de interés para las autoridades. La importancia de estos ingenios en el ciclo productivo de los cereales, convertían a los molinos en elemento imprescindible de la sociedad rural y de ahí el interés en controlar su propiedad, características, funcionamiento y el tipo de rentas que producían a sus dueños. Hoy, gracias  a la documentación que se generó en siglos pasados en forma de catastros o interrogatorios fiscales disponemos de una extensa información sobre estos molinos que nos permiten analizar su situación desde los periodos históricos en que alcanzaron su máxima importancia hasta el momento que iniciaron el declive que les llevó a su desaparición. Esta documentación demuestra, por otra parte, la riqueza molinar y el inmenso patrimonio agroindustrial de Ambite, Orusco de Tajuña, Carabaña, Tielmes, Perales de Tajuña, Morata de Tajuña, Chinchón y Titulcia, los municipios de la vega baja del Tajuña que hoy analizamos.



No resulta casual que en la amplia y detallada documentación generada al llevarse a cabo el Catastro de Ensenada, a mediados del siglo XVIII, los molinos aparezcan detallados con sus características en los legajos correspondientes a cada villa por su interés fiscal, económico y social para la Corona. Su existencia aparecía detallada no solo en las declaraciones individuales de cada vecino sino, también, en las denominadas Respuestas Generales que los peritos de cada lugar catastrado registraron atendiendo a la legislación por la que se guiaron los trabajos catastrales.
En el caso de las declaraciones individuales de cada vecino, se ordenaba que entre los bienes declarados por los particulares no faltara en la relación de sus bienes los molinos, con su denominación, características, situación y rendimientos económicos anuales:
(…) por el presente mando que en el término preciso de quince días todos los vecinos cabeza de casa estantes y habitantes de esta Villa o hacendados en ella de cualquier estado, calidad y condición que sean, formen y pongan en mi poder (…) qué molinos harineros, de viento, agua, papel, batanes, caseríos o alquerías de campo o cualquier otro artefacto que haya, qué utilidad produce al año, su situación, nombre y distancia de la población (…).
Para elaborar las denominadas Respuestas Generales del catastro, los legisladores plantearon un Interrogatorio que han de satisfacer bajo de Juramento, las Justicias y demás personas que harán comparecer los intendentes en cada pueblo. Así estaba redactada la pregunta 17 del interrogatorio:
(…) Si hay algunas minas, salinas, molinos harineros o de papel, batanes u otros artefactos en el término, distinguiendo de qué metales y de qué uso, explicando sus dueños y lo que se regula produce cada uno de utilidad al año.
De las respuestas a estas cuestiones del Interrogatorio nos hemos servido para elaborar el siguiente listado de los molinos existentes en las villas que recorre el río Tajuña desde su entrada en la Comunidad de Madrid, en la localidad de Ambite, hasta su desembocadura, en término de Titulcia, en el río en el Jarama.
Además de estos datos catastrales correspondientes a la segunda mitad del siglo XVIII -que aparecen en cursiva al comienzo de la relación de cada municipio-, también incluimos los datos que sobre estos molinos aparecieron con posterioridad en fuentes documentales tan diversas como los diccionarios geográficos, tan abundantes en el siglo XIX, o distintos trabajos históricos de ámbito local o provincial.

Ambite:
A la diez y siete dixeron hay orilla del río Tajuña dos molinos harineros, uno junto al puente con dos piedras corrientes, propio del señor de esta villa y le deja de utilidad mil ochocientos reales anualmente, siendo de su cuenta las quiebras mayores; y el otro que llaman el de El Fraile, con dos piedras corrientes, contigua a dos caminos que el uno va a la villa del Villar del Olmo, y el otro a la de Orusco, y le pertenece al marques de Belzunce* quien percibe de utilidad anual tres mil y trescientos reales de vellón, siendo de su cuenta las quiebras mayores, como de presa, casa y pertrechos (…).
Con anterioridad a esta declaración de mediados del siglo XVIII, en el siglo XVI en Ambite se tiene constancia, según las Relaciones Topográficas, de cuatro molinos y dos batanes. Estos molinos se identificaban como molino de El Puente, de El Fraile, Querencia y El Magedo. En épocas posteriores, según el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar ,de Pascual Madoz, en Ambite se localizaban un molino harinero y un batán. Ya en el siglo XX se citaba una central eléctrica situada en el edificio de uno de los antiguos molinos.

Orusco de Tajuña
A la diez y siete dijeron que hay en este término un molino harinero sobre el río Tajuña, frente de este pueblo, con dos piedras corrientes, perteneciente al señor marqués de Belzunce y le produce anualmente dos mil reales de vellón con las tierras anexas a él rebajadas y a todas quiebras mayores por cuanto las menores son de cuenta de Isabel del Cerro, molinera, y quien le tiene en renta.
Asimismo hay en la propia ribera otros dos molinos o fábricas de papel (…).

Previamente a la documentación del Catastro de Ensenada, en Orusco se cita un molino harinero de tres piedras de uso público  y un batán. En el catastro, como hemos visto, aparece el marques de Belzunze como propietario de un molino harinero, de dos piedras, junto con otros dos ingenios hidráulicos dedicados a la fabricación de papel. La fabricación de papel también aparece en el siglo XIX junto con un molino harinero citado en el diccionario de Madoz.  Las siguientes citas a los molinos de Orusco se refieren a un molino de piensos ya en el siglo XX.

Carabaña
A la diez y siete dijeron que hay en este término sobre el río Tajuña dos molinos harineros, uno junto al puente, y aunque es de cuatro piedras solo tiene dos corrientes y las dos están perdidas, y en especial la primera como se entra, que lo está de inmemorial tiempo a esta parte, y la mitad de dicho molino pertenece al señor de esta villa y la otra a Don Francisco Quijano, vecino de Villarrubia de Ocaña, y dará de utilidad en cada año dos mil reales de vellón, incluidas las islas anejas a él; y el otro al señor marqués de Belzuente, que le llaman el nuevo, y daría de utilidad a su dueño un año con otro mil y trescientos reales, sin comprender las tierras anejas, y de esto se debe rebajar en ambos molinos el coste de quiebras, como de piedras, casa y pertrechos. Así mismo, en la misma ribera hay dos batanes de paños (…)
Con anterioridad a esta cita del Catastro de Ensenada, en el siglo XVI,  en Carabaña se documentan cuatro molinos harineros y dos batanes. Uno de estos molinos pertenecía a la villa de Valdaracete, otro a la Compañía de Jesús, otro a la villa de Campo y el cuarto a la villa de Belmonte de Pozuelo.
Estos molinos de Carabaña aparecen identificados con sus nombres: molino del Tejado o del Abaniquero, molino de El Puente, molino de El Espino y molino Nuevo.
Posteriormente, en el siglo XIX, aparecen citados dos molinos harineros y dos batanes y, en el siglo XX, dos molinos y una central eléctrica.

Plano de la huerta y molino propiedad de las marquesas de Pernia y Riscal en la ribdera del Tajuña en Tielmes (1782). Archivo Real Chancillería de Valladolid. Planos, dibujos, óleos, 55. (Portal de Archivos Españoles PARES)

Tielmes
A la diez y siete dijeron hay en este término, sobre el río Tajuña, dos molinos harineros, uno inmediato a la huerta del señor, que llaman el del Caz, con dos piedras corrientes perteneciente a dicho señor a quien dará de anual utilidad mil seiscientos y dos reales de vellón, incluyéndose en dicho arriendo una tierra de regadío, de caber dos fanegas y media de buena calidad la que se halla aneja a dicho molino; y el otro a la villa de Villarejo, a quien pertenece dos partes de él, otra a don Gregorio Alarcón, vecino de Perales, y otra a Don Joseph de Cárdenas y Torres, presbítero de Ciudad Real como capellán de la que en San Justo y Pastor de Alcalá fundó el rector Gonzalo de Herrera, llamado dicho molino el de Cantarranas, con tres piedras corrientes, y dichos peritos hacen juicio que podrá valer de anual utilidad dos mil y cincuenta y cuatro reales de vellón, los que se reparten entre los interesados según el derecho de cada uno, incluyéndose en este arriendo dos tierras de regadío, de caber ocho fanegas de ínfima calidad, y se deben rebajar en ambos molinos el coste de quiebras mayores, como son presa, caz, piedras, (…), castillejos, portezuelas y regolfos (…).
En el siglo XVI, en las Relaciones Topográficas, únicamente se cita al molino de Cantarranas, del que se dice que van allí a moler vecinos de Valdelaguna. Este único molino de Cantarranas aparece en documentación posterior como perteneciente, la mitad, a la villa de Villarejo. El molino de Cantarranas, que se cita en el XIX como molino harinero en funcionamiento, se convertiría en fábrica de harinas a partir de 1912 y hasta 1980 aproximadamente.
El molino de El Caz aparece por primera vez, como hemos visto, en la documentación del Catastro de Ensenada, pero ya en el siglo XX  solo quedaban las ruinas de las antiguas instalaciones.

Perales de Tajuña
A la pregunta diez y siete declaran: que de lo que expresa solo hay en esta villa y su término tres molinos de harina sobre el río Tajuña que muelen con su agua, uno propio del señor de esta villa, otro que pertenece al marqués de Espinardo y el otro a Don Fernando (…), vecino de Madrid, al que se le regula la utilidad anual de ciento y treinta y una fanegas de trigo en que está arrendado, y al del marqués de Espinardo en noventa y cuatro fanegas de trigo en que está arrendado (…).
A falta de referencias anteriores en las Relaciones Topográficas, aunque como ya vimos en anteriores del blog sí que se documentan al menos dos molinos en Perales por los que se planteó un pleito entre los vecinos y el arzobispado de Toledo, la declaración del Catastro de Ensenada nos indica la existencia de tres molinos harineros. Posteriormente, ya en el siglo XIX, se documenta la existencia de tres presas para remansar el agua del molino de la Concepción, (fábrica de papel), el molino de El Tejado (fábrica de paños) y el molino de El Congosto (molino harinero y fábrica de luz desde 1907).

Morata de Tajuña
A la pregunta diez y siete declararon que de lo (…) solo hay en este término un batán, propio del señor de esta villa, con cuatro pilas, y también dos molinos harineros, el uno con tres piedras que es del mismo señor, y el otro con otras tres piedras de la capellanía del precitado Don Claudio Sanz, el concejo de esta villa y Don Antonio Camargo, el cual está arrendado en sesenta fanegas de trigo al año y el antecedente en ochenta y siete fanegas (…).
Ya vimos que en las Relaciones Topográficas se citaban varios molinos, sin especificar su número. En el catastro de mediados del siglo XVIII se concreta la existencia de dos molinos el de Arriba y el de Abajo, junto con un batán de paños reconvertido a partir de un antiguo molino harinero. Según la cartografía del siglo XIX aparecen tres molinos y Madoz, en su diccionario, cita la existencia de dos molinos.

Chinchón
A la décimo séptima pregunta que hay cinco molinos harineros situados en la ribera del río Tajuña, inmediato a esta población, el uno que se intitula del Henar, perteneciente al conde de Torrehermosa, con tres piedras de molino, las dos corrientes, y le producen mil y setenta y cinco reales en que se incluyen  cuatrocientos del molinero; tres a esta villa, cada uno con dos piedras corrientes y en la misma ribera, llamados la Cuesta, el Batán y el Puente, y le valen cuatro mil y cincuenta y nueve reales, sin la deducción de mil y quinientos del molinero por servirlos uno solo, previniendo que del referido del Puente corresponde a dicho concejo una muela y décima parte y media de otras, y las ocho y media restantes a Don Mathías Ruiz, presbítero de Villaconejos (…) y le rinden trescientos y cincuenta y nueve reales que bajados de la total cantidad queda líquida en tres mil y seiscientos ; y el molino restante a Don Joseph de la Fuente, vecino de esta villa y le produce anualmente tres mil novecientos y sesenta y ocho reales en que van refundidos dos mil quinientos treinta y ocho reales de la utilidad del molinero.
Pese a la ausencia de citas en las Relaciones Topográficas sobre la existencia de molinos harineros en Chinchón, sabemos por fuentes de siglos anteriores que en su término sí que se levantaban molinos al menos desde la época medieval, tal como vimos en pasadas entregas del blog. Por otra parte, la referencia a los cinco molinos catastrados a mediados del siglo XVIII, muestra como Chinchón siempre dispuso de estos ingenios hidráulicos en el recorrido del Tajuña por su extenso término municipal.
Por su nombre, en el siglo XIX, se identifican el molino de La Puente, el molino de Los Camachos, el molino de Recas y el molino de El Batán. Ya en el siglo XX se sigue citando el molino de Camacho; Villa Aurora, reconvertido en una espectacular finca de recreo a comienzos de siglo; molino de El Ligero de la Puente; molino de Recas o Amarillo y, finalmente, el molino de El Batán, que ha mantenido su denominación.

Titulcia
A la diez y siete que hay tres molinos harineros en las inmediaciones de esta villa y sobre el río Tajuña, que el uno llamado el Nuevo pertenece a Don Juan Antonio de Arze, residente en la ciudad de Guatemala de la Nueva España en el que tiene cinco piedras corrientes y le produce mil setecientos y setenta y seis reales, inclusos los mil quinientos y sesenta del molinero. Otro intitulado de (…) propio de la Capellanía de Nuestra señora de la Piedad, patronato del Serenísimo Infante y le valen en arrendamiento tres piedras de cuatro que tiene nueve mil cuatrocientos y cincuenta reales y la otra que pertenece a la Capellanía que fundaron los Perillanes? de Valdemoro (…) y se le regula por ella tres mil ciento y cincuenta reales. Y el otro es el comúnmente llamado El Herreño? con cuatro piedras y con su propiedad y producto corresponden dos quintas partes al marqués de Las Fuentes, residente en la ciudad de Sevilla, otras dos a Francisco Quijano, vecino de Villarrubia de Ocaña y la otra parte a Don Francisco Miguel (…) de Madrid, y se regula (…) dicho molino por mayor diez y nueve mil ciento y cuarenta y cinco reales de vellón, inclusos cuatro mil setecientos cuarenta y cinco del molinero,
En las Relaciones Topográficas se citan, sin especificar su número, los molinos de Titulcia como destino al que acudían a moler de otros pueblos de la comarca. Tras aparecer tres molinos en el Catastro de Ensenada, en la documentación posterior correspondiente a los siglos XIX y XX siempre aparecen dos molinos, fábrica de Arriba y fábrica de Abajo, situados ambos en el denominado caz de los molinos. Al parecer, el tercer molino, el de Pascuala, se desmontó porque perjudicaba al funcionamiento del molino o fábrica de Abajo.

Según se comprueba por el texto precedente relativo a los molinos existentes, en diferentes periodos históricos, en cada uno de los pueblos de la vega baja del Tajuña estos ingenios han tenido una presencia permanente en la comarca. Si tomamos como referencia los años de mediados del siglo XVIII, cuando se elaboró el Catastro de Ensenada, muy fiable como fuente documental, observamos que se registran nada menos que veinte molinos harineros en funcionamiento en el tramo del río que recorre lo que hoy es territorio de la Comunidad de Madrid.
Estos veinte molinos se localizan en los 58 kilómetros que separan Ambite de Titulcia, es decir, aproximadamente cada tres kilómetros se levantaba un molino harinero, la mayoría de ellos con dos piedras molederas, aunque también se registran seis de tres piedras y alguno de hasta cuatro y cinco piedras.
Desde luego, sorprende esta riqueza molinar del, en otros aspectos, modesto Tajuña y en la que no hemos incluido los molinos que se levantaban en el resto de los 254 kilómetros de cauce del rio desde su nacimiento cerca de Maranchón ni tampoco los batanes o fábricas de papel que también se aprovechaban de las aguas del Tajuña. Si comparamos con el cercano Jarama, este río, en el que desemboca el propio Tajuña, se haya muy lejos de acercarse siquiera a la proliferación de molinos que caracteriza al Tajuña. De hecho, en su paso por los términos municipales de Ciempozuelos, San Martín de la Vega y Arganda del Rey  únicamente se registraba un molino a mediados del siglo XVIII, localizado en la acequia Real del Jarama, en San Martín. Ante esta situación, no es extraño que en la villa de Arganda, en 1767 el Concejo tratara de remediar esta carencia de molinos en el pueblo, a pesar de ser absolutamente imprescindibles para moler su cosecha de cereal:
Acuerdo de 13 de octubre de 1767
En la villa de Arganda, a tres días del mes de octubre de mil setecientos sesenta y siete años, los señores Joseph Daganzo y Diego Díaz, alcaldes ordinarios por S. M.de esta villa (…) estando juntos y congregados en la sala capitular de las casas consistoriales como lo tienen de costumbre para tratar y conferir las cosas tratantes y pertenecientes al servicio de de Dios nuestro señor, bien y utilidad de esta república  y sus vecinos acordaron (…)  en hacerse un molino de cubo para moler pan, por tener esta dicha villa la penalidad de ir a moler dos leguas, de que se sigue la pérdida de labores considerables (…).

Morata, y también de Perales, eran el destino obligado para los cosecheros de cereal de Arganda y de otros pueblos carentes de molinos en su término municipal. La próxima semana trataremos más en profundidad sobre estos molinos de Morata y sobre su historia y funcionamiento hasta su desaparición.

* El marques de Belzunce fue hijo de Juan de Goyeneche (1656-1735,) el político ilustrado navarro que levantó el complejo fabril de Nuevo Baztán. Goyeneche fue propietario también de varias instalaciones en las riberas del Tajuña que complementaban su ambicioso proyecto de Nuevo Baztán: una fábrica de paños en La Olmeda, junto con dos molinos de papel y dos batanes localizados en Ambite, Orusco y Carabaña.

Fuentes y documentación:

    • Regadíos y molinos en la vega del Tajuña (siglos XII-XIII): del control comunitario al dominio señorial. Martín Viso, Iñaki. Universidad de Salamanca. En Agua y sistemas hidráulicos en la Edad Media Hispana. C. Segura coor. Madrid.
    • Castillos, poder feudal y reorganización espacial en la Transierra madrileña (siglos XII-XIII). Martín Viso, Iñaki. Espacio, Tiempo y Forma, Serie III, H.'' Medieval, t. 13, 2000.
    • Los hospitalarios y la nobleza castellano leonesa (siglos XII-XIII). Barquero Goñi, Carlos. Universidad Autónoma de Madrid.
    • Orígenes de la Orden del Hospital en el reino de Toledo (1144-1214). Rodríguez Picavea, Enrique. Espacio, tiempo y forma. Serie III Historia Medieval. UNED, 2002.
    • Recuperación de los molinos del Tajuña. García Grinda, José Luis. Comunidad de Madrid, Consejería de Política Territorial. Dirección General de Agricultura. Madrid, 1990.
    • Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de las historias de Castilla. Colmenares, Diego de. Madrid, 1637.
    • Libro de privilegios de la orden de San Juan de Jerusalén en Castilla y León (siglos XII.XIV). Ayala Martínez, Carlos de. Editorial Complutense. Madrid, 1995.
    • Molinos y aceñas en los fueros del sur del Tajo. Val Valdivieso, Isabel del. Universidad de Valladolid. En El Historiador y la sociedad, Homenaje al profesor José María Mínguez.  Cruz Díaz, Pablo de la; Corral, Fernando Luis; Martín Viso, Iñaki. Ediciones de la Universidad de Salamanca. Salamanca, 2013.
    • Las ordenanzas de Alcalá de Henares, ratificadas por Felipe II en 1592. Anales Complutenses. Volumen XXIV. Institución de Estudios Complutenses. Alcalá de Henares, 2012.
    • (Los pergaminos del Archivo Municipal de Alcalá de Henares: la Carpeta I. Sáez, Carlos. Universidad de Alcalá de Henares. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1990
    • El Fuero Nuevo de Alcalá  (Edición). Pérez-Bustamante, Rogelio. Catedrático de historia del Derecho. Universidad Complutense.
    • Notas sobre molinos en los fueros de la provincia de Guadalajara. López de los Mozos, José Ramón. Revista Molinum, nº 30. Asociación para la conservación y Estudios de los Molinos. Enero-febrero, 2012.
    • Agua e industria en la segunda mitad del siglo XVI: los molinos harineros de la Meseta Sur. Vela Santamaría, Francisco Javier. Instituto Universitario de Historia Simancas. Mayo de 2009.
    • Los antiguos molinos harineros madrileños. Peris Barrio, Alejandro. Revista de Folklore. II época, nº 347. Obra social y cultural de Caja España. Valladolid, 1980.
    • Felipe II y el Tajo. López Gómez, Antonio, Arroyo Illera, Fernando, Camero Bullón, Concepción. Departamento de Geografía (Universidad Autónoma de Madrid).
    • Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madoz, Pascual. Imprenta P. Madoz y L. Sagasti. Madrid, 1846-1850.
    • Acuerdos para construir un molino, plantar álamos y árboles frutales y otros acuerdos referentes a la Compañía de Jesús. Fondo Pleno. A101.00. Ayuntamiento de Arganda del Rey. Archivo de la Ciudad.
    • Portal de Archivos Españoles (PARES). Catastro de Ensenada. Buscador de localidades. Respuestas Generales.

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