viernes, 16 de diciembre de 2022

 

El proyecto de Escuela Agronómica de José Hidalgo Tablada en Morata

En 1855, el catedrático de agricultura, periodista, escritor y alcalde de Morata obtuvo el permiso real para construir un centro de enseñanza agrícola

En la misma época se construyó la Escuela Central de la Flamenca en Aranjuez


En varias ocasiones hemos tratado en el blog sobre la figura de José Hidalgo Tablada. Militar de carrera en su juventud, con un gran protagonismo durante las guerras carlistas, Hidalgo Tablada, tras abandonar la milicia con el grado de capitán, dedicó sus esfuerzos a promocionar y alentar los estudios agronómicos en España, prácticamente inexistentes a esas alturas de mediados del siglo XIX, así como a desarrollar una incansable labor como escritor y periodista especializado en temas agrícolas y ganaderos. Autor de una extensa bibliografía y director de numerosos proyectos periodísticos, muchos de ellos promovidos y elaborados desde su residencia morateña, también ocupó la alcaldía y el juzgado de paz de Morata. Consecuencia de su preocupación por la enseñanza especializada en agricultura, planteó un proyecto de creación de una Escuela Agronómica en Morata para el que obtuvo el permiso de la reina Isabel II.


La existencia de este proyecto pedagógico del catedrático de Agricultura se refleja en la Hoja de Servicios de José Hidalgo Tablada y su trayectoria como funcionario público. En un legajo conservado en el Archivo Histórico Nacional, se incluye en un apartado del extenso expediente la autorización real, firmada por Isabel II, para que quien llegara a ser, años después, alcalde de Morata en dos legislaturas, 1846-1850 y 1880-1885, levantara una Escuela Agronómica en la localidad.

Hidalgo Tablada no era ajeno a este tipo de iniciativas como experto y casi pionero de los estudios agronómicos en España. Unos años antes de recibir la autorización para levantar su escuela en Morata ya había promovido un establecimiento similar en la localidad leonesa de Nogales*. En este municipio leonés, Hidalgo Tablada dirigió su Escuela Agronómica, un proyecto levantado en una antigua abadía desamortizada, con financiación exclusivamente privada, en el que también participó Eugenio García Gutiérrez. Además, Hidalgo Tablada también fue profesor en varios centros especializados en la enseñanza de técnicas agrícolas y ganaderas.

El texto que aprobaba la autorización para construir la Escuela Agronómica de Morata se emitió el 2 de enero de 1855:

(…) De Real Orden le dirijo a V. para su conocimiento. Dios guarde a V. Madrid y Enero 2 de 1855. Señor Don José de Hidalgo Tablada.

Escuelas Especiales. Vista la solicitud de V. a fin de que se le conceda permiso para establecer una Escuela Agronómica en una posesión de su propiedad sita en Morata de Tajuña y en atención a su acreditada suficiencia en estas materias, S. M. la reina [Isabel II], QDG, ha tenido a bien diga a usted como de su Real Orden la ejecuto que cuando presente al ministerio este proyecto que anuncia de la expresada Escuela que se propone fundar sobre la base del Reglamento de la de Nogales es de esperar que no habrá inconveniente en acceder a su petición, previa consulta de la sección de agricultura del Real Consejo del ramo, pero en el concepto de que todo ha de ser de su cuenta y riesgo la empresa sin [que] el gobierno pueda concederle auxilio alguno material ni aún moral en cuanto pueda perjudicar a la dicha Escuela de ampliación que a cargo del Estado ha proyectado en uno de los Reales Sitios. De esta Real Orden la digo a V. para su conocimiento y efectos consiguientes. Dios guarde a usted muchos años. Madrid y enero 2 de 1855.

Señor D. José de Hidalgo Tablada, profesor de Agricultura.

La fecha de la autorización real a la solicitud de Hidalgo Tablada de una Escuela Agronómica, 1855, y la referencia a la Escuela de Nogales que aparecen en el texto no son, ni mucho menos gratuitas. Cuando Hidalgo Tablada recibe en 1855 el permiso de Isabel II para construir un centro de enseñanzas agrícolas en Morata la Escuela de Nogales ya no estaba en funcionamiento, por lo que podía considerarse un proyecto fallido, quizá por falta de apoyos económicos y políticos. Sin embargo, que el proyecto leonés fracasase no significaba, para Hidalgo Tablada, que su planteamiento pedagógico, basado en la teoría y en la práctica, no resultara el adecuado, de ahí que le sirviera de base para tratar de desarrollar un proyecto similar en Morata.

Tampoco resulta extraño que en el texto de la autorización se citara un proyecto pedagógico que pretendía poner al día los casi inexistentes estudios agronómicos en España. El proyecto al que se cita en la autorización del Hidalgo Tablada, en uno de los Reales Sitios, no es otro que el que unos meses después se inauguraría con la denominación de Escuela Central de Agricultura en la finca La Flamenca**, situada en el término municipal de Aranjuez.

Que el centro de estudios agrícolas de La Flamenca, ciertamente más ambicioso que el de Hidalgo Tablada de un nivel académico inferior, contara con el patrocinio real y de las principales instituciones de la monarquía, como el propio ministerio de Fomento, dejaba en evidente situación de inferioridad a la escuela proyectada por José Hidalgo Tablada en Morata que, además, ya contaba con que no iba a recibir financiación pública, tal como se decía literalmente en la orden de aprobación, y su construcción ha de ser de su cuenta y riesgo la empresa, sin que el gobierno pueda concederle auxilio alguno material ni aán moral en cuanto pueda perjudicar a la dicha Escuela [de La Flamenca].

Según se deduce del texto de la autorización real, Hidalgo Tablada contaba para su proyecto en Morata únicamente con los terrenos necesarios, su propia financiación y el prestigio que ciertamente tenía al ser considerado como uno de los pioneros en España en las enseñanzas agrícolas y como escritor y periodista especializado en Agricultura, que a esas alturas del siglo contaba ya con varios libros y publicaciones periodísticas sobre asuntos agropecuarios.

Pese a todo, este bagaje intelectual del promotor de la Escuela de Agricultura de Morata, y el apoyo moral, que no económico, de las instituciones, resultó insuficiente para que Hidalgo Tablada pudiera competir con el centro oficial de La Flamenca en Aranjuez y su proyecto pedagógico, lamentablemente, nunca llegó a materializarse. Unos años después, cuando había desaparecido totalmente cualquier posibilidad de que se construyera la Escuela de Morata, Hidalgo Tablada no desperdició la oportunidad que se le presentó de cuestionar el funcionamiento de la Escuela Central de Agricultura.

Copia de la Real Orden por la que Isabel II autorizaba a José Hidalgo Tablada la construcción de una Escuela Agronómica en Morata (PARES-Archivo Histórico Nacional.FC-Ministerio de Hacienda, 3402, Exp.223).

Críticas de Hidalgo Tablada a la Escuela de La Flamenca

Hidalgo Tablada nunca tuvo una opinión positiva sobre la Escuela Agronómica de La Flamenca. Muy crítico con su proyecto pedagógico –y quizá también dolorido por el hecho de que la escuela de Aranjuez contó con un apoyó que él nunca tuvo para su proyecto de Morata- Hidalgo aprovechó su prestigio, indudable, en el campo de las enseñanzas agronómicas, para expresar sin ningún tipo de cortapisa su opinión, por escrito, sobre la denominada Escuela Central de Agricultura.

Quien fuera alcalde de Morata aprovechó una modesta publicación, redactada para dar contestación a uno de tantos interrogatorios que desde distintas administraciones se hacían habitualmente para conocer el estado de un determinado asunto, para dar rienda suelta a su pensamiento.

En este caso, Hidalgo Tablada fue el autor de la Contestación al interrogatorio circulado por el Excmo. Sr. Ministro de Fomento en Real orden de 16 de mayo de 1862, que trataba sobre la situación de las enseñanzas agropecuarias en las distintas regiones españolas. El catedrático de Agricultura y alcalde de Morata aseguraba en esta obra refiriéndose a la escuela de La Flamenca:

(…) que no cumple el fin para el que fue creada porque no tiene las condiciones necesarias para que los alumnos de todas las clases sean internos como deben ser, y que los profesores puedan concurrir a ella el día que les toque explicar.

Los métodos de este centro también centraron las críticas de Hidalgo, firme partidario de una enseñanza teórico-práctica que, en su opinión no cumplían en Aranjuez:

(…) La instrucción que no esté fundada en la práctica, que se reduzca a teorías, propenderá a retirar a los alumnos de su fin principal, es decir, que se fijen en el campo y sean un elemento de progreso de la agricultura nacional.

(…) Por esto propongo la enseñanza teórica y práctica, firme en la idea de que el alumno, al salir de la cátedra, debe encontrarse rodeado de los ejemplos vivos que convencen y dejan impresas en la inteligencia las explicaciones que ha escuchado,

Por último, Hidalgo Tablada también cuestionaba la localización en Aranjuez de la Escuela Central de Agricultura y no dudaba en plantear la sustitución de este centro por otro [¿Morata?] localizado en otro lugar de la región madrileña:

(…) La Flamenca no satisface a las condiciones indicadas ni tampoco reúne las de una explotación rural en la forma de las que se encuentran en la zona central: es necesario que el sitio que se elija tenga la analogía respectiva y la facilidad de los cultivos que se encuentran en ella: Los cereales, la vid, el olivo, lino, cáñamo, etc, etc, y las industrias anejas al cultivo de la región deben practicarse en la escuela, del modo que hoy tiene lugar y del que mejorándolo se deba plantear (…) Es pues indispensable crear un nuevo establecimiento en sustitución de la Flamenca y que reúna otras condiciones que puedan responder a los fines indicados (…).


*La Escuela Agronómica de Nogales fue otro proyecto enseñanza agrícola de José Hidalgo Tablada iniciado en 1852 pero que, tras varias dificultades, en 1855 ya no estaba en funcionamiento. En el blog incluimos una entrada sobre el Reglamento de la Escuela Agronómica de Nogales publicado el 26 de febrero de 2019.


** La Escuela Central de Agricultura fue fundada con fondos estatales a mediados del siglo XIX en la finca La Flamenca, situada en la localidad de Aranjuez. Fue un centro en el que se impartían enseñanzas para acceder a los títulos de perito agrícola e ingeniero agrónomo. Ya en 1842 la Sociedad Económica Matritense estudió la forma de crear un centro de enseñanzas agrícolas en terrenos pertenecientes al Patrimonio Real. El Real Sitio de Aranjuez, con sus vegas regadas por el Tajo y el Jarama, parecía el lugar más apropiado para este proyecto. En 1855, tras desechar otras posibles ubicaciones para el centro, una Real Orden de 6 de julio recoge las condiciones para su creación en la finca La Flamenca –en la que Carlos III había cercado unas doscientas fanegas de tierra para cultivar el terreno al estilo de la región flamenca de Flandes, de ahí el nombre-. Tras declararse Isabel II como su protectora, se nombró director a Pascual Asensio. La reina cedió los terrenos, unas 105 fanegas en una finca de 2.109 hectáreas, por los que recibía un alquiler anual, aunque Isabel II también se comprometió a ceder 14.000 reales a cambio de reservarse cinco plazas para alumnos pensionados. La inauguración oficial del centro tuvo lugar el 28 de septiembre de 1856. Las enseñanzas tenían, según textos de la época, una parte científica y otra tecnológica. Los alumnos, para ser admitidos, debían tener cumplidos 15 años y aprobar previamente un examen de lectura, escritura, gramática castellana y aritmética. Tras permanecer cuatro años en el centro recibían el título perito agrícola. Los alumnos que entraban en el centro con el título de bachiller aprobado, tras seis años de estudios recibían la titulación de ingenieros agrónomos. Pese a que el proyecto pretendía situar los estudios agronómicos en España al nivel de otros países europeos como Francia o Reino Unido el centro, perjudicado por los vaivenes políticos, no logró consolidarse. En 1863 se propuso desde el gobierno el traslado del centro a Madrid. Se rescindió el contrato de los terrenos propiedad de Patrimonio Real y las instalaciones se trasladaron a una casa en la localidad de Aranjuez y las prácticas a una pequeña finca de unas diez fanegas. Tras aflorar nuevos problemas económicos para el pago de los alquileres, el centro acrecentó su declive y en noviembre de 1868 un decreto firmado por el ministro de Fomento Ruiz Zorrilla significó el final del proyecto nacido 13 años antes.

Desapareció en 1868 tras la revolución de septiembre y los estudios agronómicos supriores se impartieron en Madrid.



Fuentes y bibliografía:

  • Archivo Histórico Nacional, FC-Ministerio de Hacienda, 3402, Exp.223.

  • Contestación al interrogatorio circulado por el Excmo. Sr. Ministro de Fomento en Real orden de 16 de mayo de 1862. Hidalgo Tablada, José de. Imprenta y Litografía de la Agricultura Española. Sevilla, 1862.

  • La Escuela central de agricultura de Aranjuez. Lacruz, Alcocer, Miguel. Historia de la Educación. Volumen 12, 1993.





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