viernes, 3 de febrero de 2023

 

Consumos, tributar por las cosas de comer, beber y arder (III)

En 1906 Morata asistió a otro motín popular contra el impuesto de consumos

Pese al motín popular ocurrido en las navidades de 1871, el impuesto sobre los consumos siguió vigente en Morata, como en el resto del país, durante varios años más. El déficit en las cuentas municipales, según las distintas publicaciones y anuncios del Ayuntamiento de Morata aparecidos en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, siguió condicionando el funcionamiento del consistorio, obligado a buscar nuevas fuentes de ingresos y, a la vez, evitar en la medida de lo posible la repetición de incidentes contra el denostado impuesto de consumos.


En 1872, a los pocos meses de los incidentes provocados en diciembre de del año anterior, iniciados tras la publicación de las listas que recogían el repartimiento entre los vecinos del impuesto personal y la creación de nuevos arbitrios, como el nuevo impuesto que gravaba las matanzas domésticas, la situación económica del Ayuntamiento de Morata ni mucho menos había mejorado.

En la sesión del pleno municipal celebrada el 8 de mayo de 1872, ya con un nuevo alcalde, Benito Sánchez Bravo, -que sustituía a Paulino Sánchez primera autoridad municipal que ocupaba la alcaldía provisionalmente cuando se desató el motín-, se debatieron distintas propuestas con las que se trataba de generar nuevos ingresos para las arcas municipales. En el Boletín Oficial del Provincia de Madrid se publicó un resumen del pleno municipal del 28 de mayo de 1872 en el que se debatió la necesidad de mejorar la fuente gorda pero también la necesidad de contar con nuevos ingresos para abordar proyectos de mejora en el municipio:

Abierta la sesión se dio lectura de la proposición hecha por el Ayuntamiento

al tiempo de la discusión del presupuesto de gastos, referente a que se ensanche el pilar de la fuente gorda, y aceptada por la Junta por considerar de conveniencia general el ensanche del citado pilar, se acordó llevarlo a efecto, y que el coste que ocasione sea aumento al presupuesto de gastos (…).

(…) Se trató –según aparece también reflejado en el periódico oficial- respecto a los medios de cubrir el déficit del presupuesto, acordándose utilizar con arreglo a la ley los siguientes: aprovechamiento de aguas sobrantes de las fuentes públicas, multas por infracciones de las ordenanzas, productos de piedra de pertenencia de los propios, y por último, el establecimiento de derechos municipales sobre los artículos de comer, beber y arder. (Boletín Oficicial de la Provincia de Madrid, 9 de agosto de 1872).

En este objetivo de aumentar los ingresos, aparte de aprovechar los ingreesos por multas o las ventas de derechos de piedra a las canteras que ocupaban terrenos municipales, el Ayuntamiento de Morata vuelve a acudir al recurso de recargar los impuestos de los artículos de comer, beber y arder, justo los mismos que habían provocado los incidentes el año anterior.

Para recaudar este impuesto -que recordemos servía para financiar a la administración central, aunque también permitía a los ayuntamientos y diputaciones aprobar recargos para sanear sus cuentas-, el Ayuntamiento recurrió en ocasiones al arriendo de la recaudación del impuesto por parte de particulares que acudían a las subastas convocadas al efecto.

Entre los años 1872 y 1876, al menos, se recurrió a este sistema de arriendo de la gestión y cobro del impuesto que, por ejemplo, en el año económico 1874-75 ascendió en Morata a 8,685 pesetas para una población censada de 2.475 habitantes. (En ese mismo ejercicio, a las poblaciones vecinas les correspondieron entre las 15, 627 pesetas de Chinchón, las 3.180 de Tielmes o las 5.507 de Perales de Tajuña). (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 2 de julio de 1874).

Sobre estas cantidades asignadas al municipio, el Ayuntamiento de Morata podía aprobar los recargos añadidos que considerara oportuno, normalmente un 15 por ciento, para financiar sus propios presupuestos. En mayo de 1874 se anunciaba la subasta para arrendar el cobro del impuesto con los correspondientes recargos, que no se especifican en el anuncio de la subasta:

(…) En esta villa de Morata de Tajuña, por disposición de la Junta municipal, se arriendan por todo el próximo año económico de 1874 a 1875 los derechos municipales acordados como impuesto sobre el consumo de diferentes artículos de comer, beber y arder, e introducción de uva y aceituna de fuera de la población y su término municipal; todo bajo el presupuesto, tarifa y condiciones redactadas al efecto (…). (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 2 de julio de 1874).

La convocatoria de estas subastas entre particulares para adjudicar la gestión del impuesto de consumos y otros arbitrios no siempre contaron con postores interesados en adjudicarse el servicio. En 1877, por ejemplo, el Ayuntamiento de Morata anunciaba, ante la ausencia de postores interesados, el nombramiento en la sesión del pleno del 23 de junio de los miembros del consistorio encargados de recaudarlos por administración directa municipal:

(…) habiendo sido ineficaces las subastas anunciadas para el arriendo de los derechos de consumos, el Ayuntamiento acordó recaudarlos por administración municipal desde el día 1 de julio, disponiendo lo conveniente y nombrando para el cargo de Administrador a D. Francisco Palmer; para el de interventor a D. Cipriano Sánchez, y para el de dependientes a D. José Roca, D. Laureano Salinas, D. Felipe Díaz y D. José Villalba. (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 18 de julio de 1877).

Esta situación de ausencia de postores se repitió en distintos ejercicios, lo que obligaba al Ayuntamiento al nombramiento de empleados municipales adscritos a este servicio con su remuneración correspondiente. Así sucedió tmbién en 1883. El pleno municipal del 2 de julio, que había acordado el cese del anterior administrador, procedió de nuevo a designar a las personas encargadas del servicio de recaudación y fijar sus retribuciones:

(…) Acto seguido se ocupa la Corporación del nombramiento de empleados de Consumos, y abierta discusión sobre si debería cesar en su cargo el Administrador

D. Tiburcio Ramírez, no habiendo conformidad para deliberar unánimemente, se puso a votación, resultando acordado el cese por mayoría de nueve votos contra uno; y procediendo al nombramiento de otro en su lugar, resultó elegido por unanimidad para el cargo de Administrador D. Juan Serrano Corpa, y para el de dependientes José Serrano Ballester, Miguel Sánchez Casado, Casto Serrano Corpa y Martín Roldan Serrano; siendo el haber diario del primero el de 10 rs. y los segundos 7 rs. cada uno. (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 25 de octubre de 1883).

La opción de gestionar directamente el impuesto de consumos desde el Ayuntamiento se mantuvo durante varios ejercicios económicos ante la ausencia de postores en las subastas convocadas. Hacia 1890, según aseguraba Juan Diego Arribas en su libro sobre la historia de Morata, el impuesto se cobraba directamente desde el Ayuntamiento:

Consumos. El impuesto de consumos está por administración municipal, y sus oficinas se hallan establecidas en la Casa- Ayuntamiento. El personal de este ramo lo componen un Administrador con 2,50 pesetas diarias, y tres dependientes a las órdenes del primero (…).

 Información del diario El País sobre el motín en Morata  contra el impuesto de consumos (Fuente: Biblioteca Nacional de España-Hemeroteca Digital)

Nuevo motín contra el impuesto de consumos

Curiosamente, unos años después, en 1906, este sistema de gestión del impuesto, por administración directa del Ayuntamiento y no por reparto en función de la capacidad económica de cada vecino, sería uno de los argumentos que se utilizaron cuando se desató otro motín popular contra los consumos.

Como ya ocurriera durante el levantamiento de 1871 contra el mismo impuesto, la prensa de la época recogió ampliamente los incidentes ocurridos en Morata durante el lunes 26 de marzo. Así informaba Heraldo de Madrid sobre el motín:

Motín en Morata. El lunes por la mañana el vecindario de Morata de Tajuña se amotinó por cuestiones de Consumos.

Los amotinados se situaron frente al Ayuntamiento, dando gritos, vivas y algunos mueras y pidiendo la suspensión del odioso impuesto de Consumos, cobrándose por reparto vecinal y no por administración. Ayer tarde se reprodujo el motín, hasta el punto de tener que intervenir la guardia civil. (El Liberal, 28 de marzo de 1906).

El País aportaba más datos sobre un motín que, a diferencia del anterior, provocó incidentes durante todo el día, por la mañana y por la tarde:

Contra el impuesto de Consumos-Motín en Morata de Tajuña. La Guardia Civil del puesto de Morata de Tajuña dio ayer cuenta al gobernador civil de un motín de mujeres ocurrido el lunes en el referido pueblo.

Un numeroso grupo se presentó frente a la casa Ayuntamiento, protestando ruidosamente contra el impuesto de Consumos y pidiendo que, a semejanza de lo que se hace en otras localidades, se establezca sobre la base del reparto vecinal.

Por la tarde se reprodujo el tumulto en proporciones más alarmantes, pero se consiguió calmar los ánimos con la promesa de atender a la petición de los demandantes.

Se han adoptado precauciones, por temor a la actitud resuelta de los vecinos del referido pueblo. (El País, diario republicano, 28 de marzo de 1906).

El mismo texto de El País se publicó en El Imparcial. En ambos se resalta que fueron las mujeres de Morata quienes protagonizaron mayoritariamente la protesta que obligó la intervención de la Guardia Civil.

Ambas circunstancias, la presencia mayoritaria de mujeres en los incidentes y la intervención de la Guardia Civil, se daban habitualmente cuando se desencadenaban estos conflictos durante todos los años de vigencia del impuesto de consumos. La Guardia Civil era la fuerza encargada del orden público en los pequeños municipios de la España rural y las mujeres, por su parte, eran quienes sufrían más directamente, como encargadas de la intendencia familiar y la compra de alimentos, el pago del odiado impuesto de consumos.

No por casualidad, esta intervención de las mujeres en el motín, así como la intervención de la Guardia Civil y la petición generalizada de la abolición del impuesto, o la bajada de su importe, habían ocurrido uno días antes del motín de Morata en unos hechos similares en las localidades vecinas de Colmenar de Oreja y Chinchón. Según publicaba El Liberal, el 24 de marzo, sobre los sucesos de Chinchón, también las mujeres fueron quienes abanderaron unas protestas en las que se pedía que el impuesto se pagara por reparto vecinal:

Desorden en Chinchón-Noticias oficiales. Según noticias recibidas ayer en el gobierno civil, en Chinchón se había alterado gravemente el orden público durante el día, por protestar el pueblo entero contra los Consumos.

El jefe de la Guardia Civil de dicha localidad telegrafió al gobernador civil, a primera hora, diciéndole que se había reunido una manifestación frente al ayuntamiento por reparto.

Añadió que hasta aquel momento no se había acudido a medios violentos, y que se hallaba con fuerzas de Colmenar de Oreja, de Morata, de Villarejo y las de la localidad.

Más tarde, a las cinco y media, el alcalde de Chinchón comunicó, también telegráficamente, al señor Ruiz Jiménez nuevas noticias respecto a lo ocurrido.

Decía la citada autoridad que a las once y media un numeroso grupo de mujeres se había presentado ante el Ayuntamiento en manifestación tumultuosa gritando: Viva el ayuntamiento. Viva la guardia Civil. Abajo los Consumos.

Los amotinados habían roto y quemado la tablilla de la administración.

Fue recibida una Comisión de manifestantes, la que formuló su pretensión de que sean abolidos los consumos o de que, por lo menos, se rebajen los derechos actuales.

Terminaba el alcalde su telegrama diciendo que, a pesar de que el Ayuntamiento había ofrecido estudiar el asunto, el escándalo y las protestas proseguían. (El Liberal, 24 de marzo de 1906).

Las protestas contra un impuesto tan impopular –recordemos que su pago, excepto en contados ejercicios, se realizaba sin tener en cuenta el nivel de renta de las familias-, y la oposición al mismo de distintas formaciones políticas, como el Partido Liberal de José Canalejas, provocaron la supresión de los consumos por una ley promulgada el 12 de junio de 1911 y publicada al día siguiente en la Gaceta de Madrid. La ley del ministro Tirso Rodrigáñez, contemplaba un periodo de transición, hasta la eliminación total, que se alargó durante varios años.

En la justificación del proyecto de ley se calificaba al impuesto de consumos como una expoliación del proletariado y de la pequeña clase media. Y en un alegato contra la injusticia de este impuesto para las familias más humildes el texto publicado en la Gaceta de Madrid añadía:

(…) La desigualdad en el repartimiento de cargas es inseparable del impuesto. (…). Si se comparase entre sí el gravamen de un trabajador del campo, que gana dos pesetas diarias, y el de un hacendado, con 100.000 pesetas de renta anual, suponiendo trescientos días de trabajo para el primero y que al propietario se le imponga el mínimo legal de la cuota, y al hacendado el máximo dos veces, una por él y su familia y otra por razón de la servidumbre, el tipo de gravamen del proletario será siempre, en idénticas condiciones de familia, mayor en un 233 por ciento que el gravamen del hacendado. Esta injusticia del impuesto es, como se comprende, esencial al mismo (…). (Gaceta de Madrid, 9 de mayo de 1911).

La próxima semana, finalizaremos esta serie sobre el reparto de las cargas impositivas entre todos los sectores de la sociedad con una entrada en la que trataremos el largo proceso legal que enfrentó al Ayuntamiento de Morata con los propietarios de la fábrica de papel de El Taray a cuenta de los impuestos. Se trataba de dirimir si la fábrica, como gran consumidora de carbón, debía de hacer frente al impuesto sobre las cosas de arder, al igual que lo hacían todos los vecinos de Morata independientemente de su nivel de renta.



Fuentes y bibliografía:

  • El cupo de consumos y el consumo de mercancías en Alcalá de Henares: 1868-1936. Simón Arce, Rafael Simón. Actas de las VII Jornadas de Castilla-La Mancha sobre investigación en archivos. Guadalajara, 2005. Vol 1. 2007.

  • Morata de Tajuña. Crónica de la provincia de Madrid. Arribas, Juan Diego. Imprenta de la Diputación Provincial. Madrid, 1891.

  • Publicaciones y periódicos citados en el texto.









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