viernes, 23 de junio de 2023

La elección de diputados a Cortes en el distrito de Chinchón 1846-1923 (VI)

El candidato ministerial, Vicente Rodríguez, logró el acta de diputado en 1871

Se denunciaron irregularidades en las votaciones por parte de la oposición

Desde 1868, con la Revolución de Septiembre, hasta 1874, con el pronunciamiento de Martínez Campos y el fin de I República, España asistió a unos años frenéticos. Fueron tiempos de continuos cambios que, paradojas de la política, finalizaron en el punto de partida: el regreso de la dinastía de los Borbones al trono de España. Seis años que tuvieron su reflejo en el Congreso de los Diputados: hasta siete procesos legislativos se sucedieron entre febrero de 1869 y enero de 1874. En las primeras elecciones celebradas tras el periodo constituyente, en marzo de 1871, el clima político estaba muy enrarecido. El general Prim había sido asesinado apenas unas semanas atrás y el nuevo monarca, Amadeo I iniciaba un reinado que se anunciaba problemático, como así fue. El distrito de Chinchón, que recuperaba su único diputado, vivió estas elecciones entre las protestas de la oposición al gobierno del Partido Progresista y la denuncia de irregularidades en favor del candidato del presidente del Gobierno y finalmente ganador de los comicios, Vicente Rodríguez.



Como veíamos la pasada semana el triunfo de la Revolución de Septiembre, o Gloriosa, significó la implantación en todo el país del sufragio universal -limitado a los varones mayores de 25 años- en las primeras elecciones celebradas tras la salida del país de Isabel II. En esas primeras elecciones las candidaturas liberal progresistas resultaron vencedoras en el distrito, con dos diputados adscritos a la ideología liberal, Cándido Ortiz y Casado y Vicente Rodríguez Martínez, y un tercer representante, Manuel de Llano y Persi, perteneciente al Partido Republicano Progresista.

Estos diputados representaron al distrito hasta el 2 de enero de 1871. En esa fecha, pocos días después de producirse el atentado que costaría la vida al presidente Prim, justo en el momento en que llegaba a España el nuevo monarca elegido por las Cortes Constituyentes, el presidente de Congreso, Manuel Ruiz Zorrilla ponía fin a legislatura que había elegido a Amadeo I de Saboya en sustitición de Isabel II y de la dinastía borbónica. 

Amadeo I, en 1871 cuando se celebraron las primeras elecciones tras el periodo constituyente

Ambiente preelectoral enrarecido 

Las primeras semanas del año 1871 estuvieron inevitablemente marcadas por los acontecimientos que costaron la vida a Juan Prim, jefe de Gobierno y decidido partidario del nuevo monarca, que falleció días después del atentado que sufrió, a la salida del Congreso, en la calle del Turco. Republicanos, conservadores y carlistas solamente estaban de acuerdo en algo: su posición en contra de Amadeo I. Este ambiente no dejó de trasladarse a todo el país. En Morata, por ejemplo, por una carta publicada en el diario conservador La Esperanza, sabemos del enfrentamiento de los ministeriales -partidarios del gobierno- con el resto de fuerzas políticas y de una denuncia sobre una supuesta conspiración:

Morata, 30 de enero.

Sr. Director de LA ESPERANZA.

Habiendo sabido por carta del republicano Tomás Oliva, dirigida al Sr. Director de El Pueblo, e inserta en este periódico en su número 2.431, que el alcalde popular de este pueblo [Ramón de Soto] ofició días pasados a los señores alcalde y juez de primera instancia de Chinchón, dándoles cuenta de una vasta conspiración fraguada por los realistas de Morata, federales de Chinchón y otros puntos, el partido realista de este pueblo se cree en el imprescindible deber de protestar enérgicamente contra la imputación injustificada inferida por el indicado alcalde a dicho partido, retando y requiriendo al dicho señor alcalde de Morata a que pruebe las aserciones que se ha permitido hacer en las comunicaciones que ha dirigido á los señores arriba expresados. De otro modo, tendremos derecho a considerarle como un impostor.

Francisco Salcedo Ruiz. Tiburcio Ramírez. Antonio García Gutiérrez. Germán de Cuevas.

Por otra parte, un mes antes de las elecciones a Cortes también se celebraron elecciones para diputados provinciales. En estas elecciones también se puso de manifiesto el enfrentamiento entre las distintas ideologías y las habituales denuncias sobre irregularidades electorales protagonizadas en favor de los candidatos ministeriales:, tal como denunciaba el periodo absolutista La Regeneración:

En la sección de Perales de Tajuña, que comprende los pueblos de Arganda, Perales, Tielmes, Morata y Carabaña ha obtenido el candidato de oposición, Don Ricardo Cubels 1.099 votos y el de nuestro “moral y liberalísimo” gobierno 1.142, pero es el caso que en Morata, por causa de gráficas insinuaciones de un cierto “mitho” y de los llamados voluntarios de la libertad no pudieron usar de su precioso derecho más de 300 electores que iban a hacerlo a favor de aquel. En Carabaña la operación fue más pacífica, aunque de resultado más seguro, pues de 411 electores comprendidos en las listas, aparecen 405 como habiendo emitido su voto, entre los cuales había en el acto muchos ausentes, algunos muertos y los recalcitrantes en mayor número, que nunca faltan. En Tielmes hubo también algo parecido. Todo ello explica las dificultades para publicar el resultado del escrutinio. (La Regeneración, 11 de febrero de 1871).

La noticia no deja de reflejar el clima político crispado que también se denunciaba en La Igualdad, periódico absolutamente opuesto a La Regeneración y en el que se denunciaban también irregularidades:

(…) Estos días de elecciones han sido fecundos en ilegalidades. En muchos puntos los amigos del Gobierno se han despachado a su gusto. Tenemos noticias de Morata de Tajuña que confirman lo que llevamos dicho. Allí se ha apelado a todos los medios. El desorden se ha elevado a norma de conducta. Y no es sólo esto. Según de los documentos oficiales se deduce, en los pueblos de Carabaña y Tielmes han votado casi todos los electores; pero se ha tenido buen cuidado de suprimir de las actas de los referidos pueblos, con grave infracción de la ley, las listas de los electores que han depositado en las urnas sus sufragios. Así no es maravilla que el candidato que en algunos pueblos obtenía una votación numerosa, y que la hubiera obtenido también en Morata si no se hubiera acudido a medios reprobables, no haya tenido ni un sólo voto en los pueblos de Carabaña y Tielmes. La falta de esos documentos invalida, a nuestro juicio, la elección. Exíjase la responsabilidad a los culpables. El acto de una elección es harto sagrado. Tiempo es ya de que la ley sea por todos respetada. (La Igualdad, 12 de febrero de 1871).

Triunfo de la candidatura ministerial

La semana anterior a las elecciones al Congreso continuaban las criticas a la campaña del candidato ministerial, perteneciente al Partido Progresista de Sagasta. En este caso se trataba de denunciar el abuso del candidato Vicente Rodríguez por acudir al distrito a inaugurar distintas obras en algunos pueblos justo en los días previos a la votación:

(…) La Iberia [diario afín al gobierno] afirma que ningún empleado ha salido para los distritos electorales a trabajar o influir en favor de los candidatos del Gobierno. Y puesto que La Iberia lo dice, claro es que el público, siempre injusto con los periódicos ministeriales, habrá de tener por cierto lo contrario.

Nosotros no estamos en vena de réplicas y contradicciones; que tratándose de un diario ministerial son de todo punto innecesarias. Lo único que diremos por hoy es que el comisario de los Santos Lugares, don Vicente Rodríguez, salió anteayer a recorrer los pueblos del distrito de Chinchón, por donde se presenta candidato ministerial.

Pero no vayan nuestros lectores a creer que va a conquistar votos, ni a negociar su candidatura, provisto de una buena parte de influencia moral prestada por Sagasta o por los porristas rurales; nada de eso.

Va únicamente a inaugurar las obras de composición o reedificación de la iglesia de Estremera y la limpia del caz o cauce de riego de la vega de Colmenar, en cumplimiento de una promesa hecha hace tiempo en vísperas de otras elecciones, que había dado inocentemente al olvido hasta ahora.

Como los progresistas son muy dados a inauguraciones, por lo que estas se prestan a comilonas, jolgorios patrióticos y cuchipandas, temen algunos que la inauguración de la iglesia de Estremera naufrague en cauce de la vega de Colmenar tan luego como pasen las elecciones; porque ya se sabe poco más o menos lo que vienen a ser las promesas electorales de los candidatos cuneros.

conserve la comisaría, aunque tuviera que ahogarse en el caz de la vega con todo a sus escasos electores (…). (La Igualdad, 2 de marzo de 1871).

En medio de estas críticas, las elecciones a diputados del Congreso se celebraron con el resultado previsto: el candidato ministerial, Vicente Rodríguez, quien ya fuera elegido para las Cortes en 1869 por el distrito de Alcalá de Henares-Chinchón, renovó su escaño, en esta ocasión en representación del distrito único de Chinchón. En las elecciones, Vicente Rodríguez se había enfrentado, en primer lugar, al candidato conservador Felipe Juez Sarmiento, un político con intereses y propiedades en Chinchón y que, en elecciones posteriores sería repetidamente elegido diputado por el distrito. El tercer candidato, Silvestre Haro, representaba a los republicanos.

Finalmente, el resultado de las elecciones del 8 de marzo otorgó una amplia victoria a Vicente Rodríguez con 3.718 votos sobre un total de 5.874 votantes.

Este resultado tan abultado, como en otras ocasiones, no dejó de provocar las habituales denuncias sobre irregularidades tanto por parte de los periódicos conservadores, La Época, como en los diarios republicanos, La Igualdad:

(...) Por falta de seguridad personal, han tenido a última hora que retraerse da la lucha electoral nuestros amigos del distrito de Chinchón, donde era candidato el consecuente unionista D. Felipe Juez Sarmiento, que ha representado anteriormente ese distrito en el Congreso, y hubiera triunfado ahora también sin las coacciones de los agentes y amigos del gobierno, como se comprende observando que solo en la capital del distrito, único punto en que sus amigos han luchado, obtuvo 500 votos el primer día, derrotando completamente al candidato republicano y al ministerial D. Vicente Rodríguez; pero la maza de Fraga de la influencia oficial cayó luego sobre los electores, y el ex-carabinero del arete [Vicente Rodríguez] hubo de triunfar. (La Época, 13 de marzo de 1871).

(…) Perfectamente enterados de cuanto se relaciona con las elecciones de Chinchón, podemos agregar hoy las amenazas tiros, etc. etc, de que ya se han ocupado la mayor parte de los periódicos, ofrecimientos (que no se han cumplido) de empleos, de credenciales, de roturación de dehesas, de anulación de alguna vendida.

Los montes han estado a merced de los leñadores, concediéndoles esta libertad a cambio de sus sufragios; el alcalde de la Olmeda de Cebolla, digno imitador del de Vélez Málaga, remitió el acta al primer día de elección con 102 votos a favor del candidato ministerial, sin dejar uno ni por galantería al candidato republicano; en Morata de Tajuña, además de promover disturbios con insultos, cencerradas y conspiraciones supuestas por el ilustrado y liberal alcalde del distrito, patriota desde la Gloriosa, se despidió de un colegio al candidato de oposición, a pesar da haber acreditado ser vecino de la circunscripción referida, presentando su cédula y la papeleta de derecho electoral.

Sin duda alguna estorbaba su presencia a los tingladistas monárquicos, y sin pararse en consideraciones le hicieron abandonar el local.

Todos estos manejos, todos estos abusos se han llevado a efecto sólo para favorecer la candidatura del antiguo carabinero y hoy semí-obispo D. Vicente Rodríguez, cuya candidatura combatió con probabilidad de triunfo nuestro querido amigo y correligionario político Silvestre Haro, que cuenta con las simpatías de la mayor parte de los vecinos de la circunscripción.

El Gobierno deba recompensar con alguna encomienda a los señores alcaldes del distrito por sus trabajos legales en provecho del obispo improvisado. (La Igualdad, 19 de marzo de 1871).

Las referencias al candidato triunfador, Vicente Rodriguez, como semi-obispo no son sino una crítica más al diputado electo por el distrito que, previamente a las elecciones, ocupaba el cargo de comisario estatal en los Santos Lugares. La incompatibilidad que pudiera llevar asociado este cargo fue motivo de impugnación cuando se reunió la Comisión de Actas para adjudicar definitivamente el puesto de diputado a Rodríguez Martínez. No obstante, pese a las propuestas en contra, Vicente Rodriguez vio como se aprobaba su acta por lo que se convirtió en diputado de pleno derecho en representación del distrito de Chinchón.


Fuentes y bibliografía:

Madrid en la sociedad del siglo XIX. Vo.l 1. Consejería de Educación. Edición a cargo de Luis E. Otero Carvajal y Ángel Bahamonde. Secretaria General Técnica. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1986.

Congreso de los Diputados. Diario de sesiones. Serie Histórica. www.congreso.es.

Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX. Seoane, María Cruz. Fundación Juan March-Editorial Castalia. Madrid, 1977

El sistema electoral de la Constitución de 1845. Ull Pont, Eugenio. Revista de Derecho Político, nº 39. 1994., pp. 107-157. Departamento de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

O´Donnell. Perez Galdós Benito. Biblioteca digital abierta.Textos .info. 2018.

La revolución de julio. Pérez Galdós, Benito. Biblioteca Virtual Universal. 2003.

Memorias de hombre de acción: El sabor de la venganza. Baroja, Pío. Rafael Caro Baggio. Madrid, 1921.

Publicaciones y periódicos citados en el texto.







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