jueves, 3 de agosto de 2023

 

La elección de diputados a Cortes en el distrito de Chinchón 1846-1923 (XII)

Luis Ibarra, hijo y sobrino de anteriores diputados por el distrito, ganó as elecciones de 1914

En las elecciones de 1914 se acusó al ganador de la compra de votos en Morata y Chinchón

Gerardo Doval recuperó para los liberales el distrito en 1916

Tras la elección en 1910 del liberal Juan de Dios Raboso Castellanos, el distrito de Chinchón, fiel al turnismo que regía la política española desde hacía décadas, se decantó en 1914 por el candidato conservador Luis Ibarra y Céspedes. Dos años después, en 1916, la historia volvía a repetirse y de nuevo un candidato liberal, Gerardo Doval, se hacía con el escaño. Mientras tanto, Raboso Castellanos perdedor como uno de los candidatos liberales en 1914, representó como diputado al distrito de Priego, en sustitución de Alcalá Zamora, a la espera de regresar a la comarca unos años después. Con exactitud milimétrica, el distrito de Chinchón se mantenía fiel al turnismo que regía la política española desde hacía décadas.


En las semanas previas a las elecciones de marzo de 1914 parecía claro que el candidato del Partido Liberal en el distrito de Chinchón sería Juan de Dios Raboso Castellanos, el diputado electo en 1910. Tampoco parecía que fuera a tener dificultades para renovar su escaño. Juanito, el Ferroviario, como era apodado en círculos políticos, se había asentado plenamente en un distrito en el que había tejido en unos años una eficiente red de influencias. Contaba con propiedades en Chinchón -y a un nivel más simbólico, con una calle con su nombre en Morata- y todo indicaba que volvería a aspirar, con posibilidades de éxito, al escaño que adjudicaba el distrito en las elecciones de marzo.

Unas semanas antes, en un mitin celebrado en Colmenar de Oreja el 21 de febrero, algunos oradores, como el exalcalde Evaristo Jiménez, pidió el voto para Raboso, no solo por afinidad de ideas sino por los inmensos beneficios otorgados a su distrito. El propio Raboso, integrante por esos días de la corriente del Partido Liberal encabezada por Manuel García Prieto, presentó su candidatura apoyada, de manera entusiasta, por Niceto Alcalá Zamora, frente al otro candidato liberal, Gerardo Doval, perteneciente a la corriente liberal encabezada por el conde de Romanones* (La Mañana, 22 de febrero de 1914).

Quizá debido a esta división en las filas liberales y también, porqué no, al apoyo institucional recibido por el candidato ministerial del Partido Conservador, Luis Ibarra y Céspedes, ni Raboso Castellanos ni Gerardo Doval fueron capaces de conservar el escaño del distrito de Chinchón y el marqués de Ibarra se hizo con el acta.

En las eleciones celebradas el 8 de marzo, Ibarra y Céspedes se imponía con 3.526 votos a Raboso Castellanos y Gerardo Doval. En la jornada electoral participaron 8.273 votantes de un censo electoral que ascendía a 10.721 electores.

Con este resultado, los conservadores recuperaban el distrito y el ingeniero Luis Ibarra se hacía con un escaño que ya había pertenecido a su padre, el I marqués de Ibarra, y a su tío Valentín Céspedes y Céspedes. Un ejemplo más de un sistema que permitía casi patrimonializar los cargos en manos de algunas familias. Además, con este triunfo, el nuevo diputado lograba resarcirse de la derrota que había sufrido a manos del propio Juan de Dios Raboso en 1910.

Para no romper con la tradición, el acta de diputado del distrito de Chinchón y la victoria de Luis Ibarra fue puesta en cuestión por uno de los candidatos derrotados, el liberal romanonista Gerardo Doval. Según publicaba el diario El Imparcial, en su alegato contra la limpieza del acta de diputado de Luis Ibarra, Doval acusaba directamente al candidato conservador de uno de los los delitos electorales más graves, la compra de votos en Morata y Chinchón y también de irregularidades en Perales de Tajuña:

(…) Luchaban -dice Doval- por este distrito dos personas, rica la una y enriquecida la otra [Luis Ibarra y Céspedes y Juan de Dios Raboso Castellanos]; pero las dos parecían haber salido de las escuelas de sordomudos, porque no hablaban, no no sabían hablar.

Yo me defendí, llamando con mi pobre palabra a los electores. Frente a mí opusieron la guerra de su dinero. Afortunadamente esta Sala, que ha de purificar las Cortes, proveerá en justicia. Pensándolo así,y solo por eso no me retiré.

En Chinchón se vendieron los republicanos por 1.000 pesetas. En Morata se vendieron por 500. También en Valvidriera [sic, por Valdelaguna] llegaron a pagarse los votos a 15 pesetas.

En el mismo periódico se señalaba que el candidato ganador, Luis Ibarra sostiene la legalidad de su proclamación. Afirma que no se gastó un solo céntimo en coacción,(...) (El Imparcial, 31 de marzo de 1914).

Pese a la gravedad de estas acusaciones, con la contundente afirmación por parte de Gerardo Doval de que se había producido la compra de votos, la maquinaria legal no encontró motivos para anular el acta de Luis Ibarra. En el informe preceptivo del Tribunal Supremo, obligatorio cuando se producían denuncias sobre supuestas irregularidades electorales, la más alta instancia judicial daba vía libre a la elección del candidato conservador:

(…).Teniendo en cuenta que no se han traído al expediente comprobación alguna referente a las supuestas compras de votos llevadas a cabo en las secciones de los pueblos de Chinchón y Morata, y aún en el supuesto, no admitido, de que dicha compra se llevase a efecto, al no señalarse el número de votos comprados, es de suponer que no lo sea en el suficiente para conceder a esa supuesta compra importancia bastante para determinar la nulidad de la elección. Respecto a la protesta correspondiente a la sección única del término municipal de Perales no puede tampoco tomarse en consideración, por la misma falta de prueba, y porque el acta de escrutinio de aquel término municipal aparece bien manifiesta la legalidad con que se llevó a cabo la elección, en la cual el candidato triunfante, Sr. Ibarra solo obtuvo 168 votos de los 363 electores que tomaron parte en la votación (...).

Tras este informe favorable del Tribunal Supremo a la elección de Luis Ibarra emitido el 31 de marzo de 1914 y el dictamen de la Comisión de Incompatibilidades del Congreso de los Diputados, Luis Ibarra vio aprobada su acta y proclamado diputado por el distrito de Chinchón en la sesión del 18 de abril de 1914.

Gerrardo Doval, diputado por el distrito de Chinchón en 1916 (Fuente: Vida Gallega, 1909)
 

Gerardo Doval recupera para los liberales el acta de diputado por Chinchón

La derrota de 1914 del abogado liberal y romanonista Gerardo Doval (Santiago de Compostela, 1867) no significó que abandonara su intención de lograr ser diputado en el Congreso en representación del distrito de Chinchón. En 1916 el político gallego volvió a presentarse por el distrito en el que había sido derrotado en 1914 por el candidato conservador Luis Ibarra.

Unos días antes de que se celebraran las elecciones en un periódico de Barcelona, La Libertad, se felicitaban de la candidatura de Doval por el Partido Liberal en el distrito de Chinchón, aunque resaltaban que hubieran preferido que optase a la plaza de diputado por Barcelona:

(…) Mejor, no obstante, hubiera parecido que no por Chinchón, sino por Barcelona, fuera encasillado el Sr. Doval. (…) Si una candidatura liberal luchara por la circunscripción de Barcelona – añadía el periódico- pocos hombres podrían figurar en ella con mayor prestigio ni con

más legítimos título. (El Liberal, 4 de abril de 1916). Los halagos del diario barcelonés no eran sino un recordatorio del papel profesional que desempeño como abogado de Gerardo Doval en los procesos judiciales por los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona.

Lo cierto es que, celebradas las elecciones el 4 de abril de 1916, Gerardo Doval y Rodríguez Formoso logró una amplia mayoría y se impuso, sin problemas, al candidato conservador Cecilio Herrera y Ortuño. En el escrutinio, Doval logró 6.202 votos, frente a los 2.582 de su rival, en unas elecciones en las que participaron 8.813 votantes de un censo total de 10.942 electores.

A diferencia de otros procesos electorales previos, la elección por tan amplio margen de votos no provocó, como en otras ocasiones, la impugnación del acta conseguida por el político gallego. En una de sus primeras intervenciones públicas tras su elección, Gerardo Doval realizó un ejercicio de adhesión al conde de Romanones, político que encabezaba el ala liberal por la que se había presentado a las elecciones por el distrito de Chinchón. En un banquete organizado en Madrid para celebrar su elección, Doval intervino para destacar el papel de Romanones en la política española:

(…) Saludó en primer lugar [Gerardo Doval] a los electores de Chinchón, cuyos intereses sociales y políticos está llamada a defender en Cortes y brindó por el Rey, por el Consejo de ministros y por el conde de Romanones, de quien hizo un elogio vibrante, diciendo que era el sucesor directo de Sagasta y jefe único de la gran familia liberal. (El Norte de Madrid, 14 de mayo de 1916).

Doval se implicó, durante la legislatura en la que ejerció como representante del distrito de Chinchón (1914-1916) en algunos asuntos vitales para la comarca a la que representaba. Uno de ellos fue el de las comunicaciones con Madrid y, a raíz de unas lluvias torrenciales, el diputado aprovechó para solicitar la mejora de las carreteras ante las autoridades del Gobierno.

También está presente Gerardo Doval en la inauguración de un servicio fundamental para la comarca, la conexión telefónica entre distintos pueblos de la misma. En junio de 1917 asiste a la inauguración de la red telefónica que une la capital del distrito con Aranjuez. Junto a varias autoridades, entre las que se encontraban representantes del Ayuntamiento de Morata, diputados provinciales y el presidente de la Diputación, Díaz Agüero, Gerardo Doval de desplazó a Chinchón, donde intervino para felicitar a la compañía por el nuevo servicio al tiempo que solicitaba la ampliación de la red urbana en Chinchón. (Electrón, 1 de junio de 1917).

Como representante del distrito de Chinchón en el Congreso de los Diputados, y en una época en que el prestigio del sistema parlamentario español no atravesaba por un buen momento y proyectaba una imagen bastante negativa ante la opinión pública española, Gerardo Doval aportó su punto de vista en una serie de artículos periodísticos que el diario La Tribuna publicó en sus páginas en febrero de 2017. La propuesta del diario trataba de determinar e indagar sobre posibles soluciones antes las preguntas que planteaba:

¡Está en crisis el sistema parlamentario en España?, ¿Representa el Parlamento al País o es una ficción legal?¿Cómo se remediaría sus defectos hasta convertirlo en el órgano de pensamiento y la voluntad nacionales? Varios diputados y ex-diputados nacionales, como Jorge Silvela o el propio Gerardo Doval, periodistas como Torcuato Luca de Tena, o escritores de prestigio como Manuel Machado expresaron su opinión ante las preguntas propuestas por el periódico. Estas eran algunas de lasconclusiones de Gerardo Doval:

Para el régimen de los pueblos, la sustancia, el contenido del sistema parlamentario repugna las crisis. Estas solamente aparecen cuando la forma inadecuada de conservarlo, interpretarlo y reglamentarlo en su ejercicio, lo desvía de su fin. Bajo este respecto, en España y tal sistema corre inminente peligro de corromperse.

Si los hombres que actúan excitados por el amor a la Patria , conteniendo sus bajas pasiones y egoísmos no vuelven por los fueros del sistema, pronto lo convertirán en el mayor peligro.

Corruptio optimi pessima.

(…) Todo país tiene la representación que corresponde a su estado presente. En todo momento, en todo instante, el Parlamento encarna los vicios y las virtudes del pueblo.

Respondo de que la voluntad del distrito me encumbró a la dignidad de representarlo ante el Parlamento. De otro modo, rechazaría tal honor.

Jamás anula el ejercicio de la voluntad ciudadana la presión más o menos violenta que la ciña. Sus resueltas determinaciones no tropiezan en la vida con obstáculos insuperables.

El poder público debe ejercer la función tutelar sobre los pueblos que se duermen en el medio del día y llegan tarde a las puertas, cerradas ya, del soberano alcázar donde se celebran los desponsorios del mundo antiguo con esta espléndida civilización moderna.

A la pregunta de cómo se remediarían los defectos del Parlamento para convertirlo en el órgano y el pensamiento de la voluntad nacional, Doval afirmaba:

(…) No es el pueblo faro que se levanta sobre el acantilado de la costa que señala la ruta de los navegantes sin pedir cuentas del naufragio. Hasta que el parlamentario se convenza de que su distrito es Fuenteovejuna, en la que no se puede entrar manchada la conciencia con pecados o delitos sociales, no se convertirá el Parlamento en el órgano del pensamiento y la voluntad nacionales.

(…) En suma, si la conciencia individual se degrada, si el pueblo trata a sus diputados como el mar a sus ahogados cuando los arroja a la playa, si los jefes de partido transigen por debilidad, si las asambleas deliberantes no purifican sus células, no creo en la eficacia de las leyes draconianas ni en la de sus reglamentos, por estrechos que fueren (...). (La Tribuna, 4 de febrero de 1917).

En el fondo, con su aportación a la propuesta de La Tribuna Doval no deja de reconocer los problemas que aquejan al parlamentarismo español. Tampoco resulta casual que en su texto aparezcan referencias a la corrupción, primero cuando opina que en España el tal sistema [parlamentario] corre inminente peligro de corromperse. Gerardo Doval, que es obvio que conocía cómo se desarrollaban las elecciones, no duda en utilizar una expresión latina, atribuida a Gregorio Magno, que trataba sobre la corrupción en la Iglesia y que el diputado por Chinchón traslada a la política. Corruptio optimi pessima, la corrupción de lo mejor es la peor, (o la corrupción de los mejores es la peor de toda), adjudicando el término mejor a quienes representaban a la sociedad en las Cortes, no dejaba de ser una radiografía perfecta del Congreso de los Diputados, lastrado desde hacia décadas por la pesada losa del turnismo del que ¡vaya paradoja!, también se benefició el propio Doval.



* En las elecciones celebradas el 8 de marzo de 1814 los liberales presentaron dos candidatos en el distrito de Chinchón: Juan de Dios Raboso Castellanos, encuadrado en la facción de Manuel García Prieto, Marqués de Alhucemas, y Gerardo Doval, afín al conde de Romanones. Pese a no resultar elegido, Raboso Castellanos obtendría el acta de diputado al sustituir en su escaño a Niceto Alcalá Zamora ganador en las mismas elecciones en el distrito de Priego (Córdoba).



Fuentes y bibliografía:

  • Madrid en la sociedad del siglo XIX. Vo.l 1. Consejería de Educación. Edición a cargo de Luis E. Otero Carvajal y Ángel Bahamonde. Secretaria General Técnica. Servicio de Publicaciones. Madrid, 1986.

  • Congreso de los Diputados. Diario de sesiones. Serie Histórica. www.congreso.es.

  • Oratoria y periodismo en la España del siglo XIX. Seoane, María Cruz. Fundación Juan March-Editorial Castalia. Madrid, 1977.

  • El sistema electoral de la Constitución de 1845. Ull Pont, Eugenio. Revista de Derecho Político, nº 39. 1994., pp. 107-157. Departamento de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

  • O´Donnell. Perez Galdós Benito. Biblioteca digital abierta.Textos. Info. 2018.

  • La revolución de julio. Pérez Galdós, Benito. Biblioteca Virtual Universal. 2003.

  • Memorias de un hombre de acción: El sabor de la venganza. Baroja, Pío. Rafael Caro Baggio. Madrid, 1921.

  • Memorias de un ministro de Alfonso XIII (1877-1930. Alcalá Zamora, Niceto.La Esfera de los Libros. Madrid, 2013.

  • Hombres, lugares y cosas de La Mancha. Apuntes para un estudio médico-topográfico de la comarca. Fascículo 1. Mazuecos, Rafael. Fundación Mazuecos. Alcazar de San Juan. Junio 1951.

  • Estadística de las Cortes y de los Ministerios. Estadística del personal y vicisitudes de las Cortes y de los Ministerios de España. Imprenta y fundición de la viuda e hijos de J. A. García. Madrid, 1880.



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