jueves, 16 de octubre de 2025

Expolio de las tropas francesas de los bienes del conde de Altamira

En 1808 soldados de Napoleón destrozaron propiedades del conde de Altamira en Morata

En el palacio madrileño de la calle de San Bernardo los franceses robaron pinturas, alhajas pertenecientes a Vicente Osorio de Moscoso 

En diciembre de 1808 el palacio madrileño de los condes de Altamira fue asaltado por las tropas napoleónicas. Para ocupar la residencia condal, situada en la calle Ancha de San Bernardo, los franceses se basaron en un edicto de Napoleón por el que se declarabas traidores a varios miembros de la nobleza española. Este decreto, permitía incautar los bienes de los afectados y, entre ellos, los del conde de Altamira. Joyas de oro y plata, diamantes, mobiliario, pinturas, animales de tiro y hasta varios legajos del archivo condal fueron expoliados por los franceses. En una fecha indeterminada, también las caballerizas y otros bienes del conde de Altamira en Morata fueron asaltados por los franceses.


Un edicto napoleónico, publicado en la Gaceta de Madrid el 11 de noviembre de 1818, decretaba en su artículo 1º: 

(…) los duques del Infantado, de Híjar, de Medinaceli, de Osuna, el marqués de Santa Cruz, los condes de Fernán Nuñez y de Altamira, el príncipe de Castel Franco (…) quedan declarados enemigos de Francia y España y traidores a ambas Coronas.

Como a tales se aprehenderán sus personas; serán entregadas a una comisión militar, y pasados por las armas. Sus bienes muebles y raíces se confiscarán en España (…) para que sirvan a los gastos de la guerra (...). Según se desprende del contenido de este edicto, el mismo incluía no solo la condena a muerte del XI conde de Altamira, Vicente Joaquín Osorio de Moscoso y Guzmán, sino también la posibilidad legal de expropiarle todos sus bienes materiales, entre ellos parte de la hacienda que poseía en la villa de Morata entre cuyos bienes destacaban el palacio familiar y otras propiedades como El Bosque o el Batán de paños, tal como veremos en esta misma entrega del blog.

Entrada en el palacio madrileño de los condes de Altamira

Al amparo del edicto firmado por el emperador francés, sus tropas y las autoridades que tomaron el poder en la capital de España se sentían amparadas legalmente para intervenir los bienes del conde de Altamira y, de hecho, no tardaron demasiado tiempo en aplicarlo en su residencia más emblemática: el palacio condal levantado originariamente por su antepasado Diego Messía, Felípez de Guzmán, I marqués de Leganés y señor de Morata, 

En un documento elaborado una vez finalizada la guerra de la Independencia y conservado en el Archivo Histórico de la Nobleza (AHN, PASTRANA,C.12,D.4), se hace un relato bastante pormenorizado de cómo los franceses expoliaron la residencia de Vicente Joaquín Osorio de Moscoso, en un proceso que se inicio, según los testigos en la noche del 7 de diciembre de 1808.

Tal como relatan estos testigos, todos ellos empleados del onde de Altamira y que prestaron su testimonio con el fin de reclamar la devolución, una vez acabada la guerra, de los bienes expoliados, esa noche una denominada Comisión Imperial acudió a la calle de San Bernardo para cumplir con la orden de confiscar los bienes de la casa. Este asalto tuvo lugar cuando el titular del condado de Altamira había escapado de la capital de España y se hallaba en el sur del país como presidente de la Junta Suprema, la organización integrada por aquellos españoles que se oponían a Napoleón y que tenían como objetivo conseguir que Fernando VII recuperara el trono frente a José I, el rey intruso al que su hermano Napoleón había coronado como monarca. 

Los siete testigos* manifestaron en el documento al que nos hemos referido, cuya elaboración se inició el 5 de febrero de 1814, cómo se desarrolló la actuación de los militares franceses y su comportamiento frente a los propios empleados. En todos los casos manifestaron cómo los residentes en el palacio fueron conminados a cooperar, bajo la amenaza, en caso contrario, de ser fusilados en El Retiro, y cómo fueron retirados los bienes expoliados a los que se refirieron en su declaración que, según sus palabras, se extendieron en el tiempo, con continuos saqueos hasta no dejar cosa alguna.

Robo de ganado y del archivo condal**

El expolio de los bienes del conde de Altamira, el miembro de la nobleza que en palabras de uno de los testigos, Antonio Ramón Fernández, supo burlarse de las tramas y maquinaciones del corso Napoleón, con el mérito añadido de no haber querido proclamar al rey intruso José, para cuyo acto fue llamado, buscado, amenazado y perseguido, afectó a elementos tan diferentes como el archivo condal o al ganado mular o caballar que ocupaba las caballerizas del palacio. En el caso del ganado, los testigos afirmaron que los franceses confiscaron hasta 220 cabezas de ganado y unas 250 fanegas de trigo, algo que se repetiría, como veremos, en otras dependencias del conde de Altamira, algunas de ellas en Morata. 

El archivo condal también fue objeto de saqueo, entre otras cosas para impedir que, tal como se proclamaba en el edicto de Napoleón, pudieran venderse bienes propiedad de los Altamira. Ventura del Cerro Ibáñez, oficial de la contaduría declaró, que había oído decir haber saqueado los franceses, o más bien la comisión llamada Imperial, el Archivo General de la Casa (…). De todos los legajos de archivo desaparecidos en manos francesas nos interesan, especialmente, aquellos legajos que afectaban a Morata y a algunos pueblos próximos como Perales de Tajuña:

  • Privilegio de villazgo del lugar de Perales: dado por Felipe II a favor de dicho pueblo (…).

  • Privilegio real confirmando la documentación que se hizo a la silla arzobispal de Toledo del lugar de Perales de Tajuña para incorporarlo en la Corona (…).

  • Privilegio y merced real de las alcabalas de Perales de Tajuña (…).

  • Vinculo y agregación hecha por don Gaspar Felípez de Guzmán, segundo marqués de Leganés, a este mayorazgo, de los trescientos y veinte y dos mil y ochocientos cuatro maravedíes que tenía anualmente sobre el primero y segundo uno por ciento de Leganés, Vacia-Madrid, Velilla, Morata y Perales de Tajuña (...).

  • Agregación al mayorazgo de una tierra de veinte celemines al sitio de La Mimbrera y otros bienes en término de Morata (...).

  • Venta de los oficios de alférez y alguacil mayor, depositario general, corredor, mojonero y almotacén de la villa de Morata, otorgada por Don Juan Palacios Leyva a favor del marqués de Leganés (...).

  • Venta de la villa de Perales de Tajuña con su jurisdicción, señorío, penas de cámara y sangre, mostrencos mesteños, dos pedazos de montes y demás pertenencias (…).

Aparte de esta documentación del archivo condal, que incluía legajos de todos los títulos que acaparaba el conde de Altamira (Astorga, San Lúcar, Velada, Poza, Nieva, Lodosa, Ayamonte, Sessa, Maqueda, Elche,Villamanrique, Almazán. Medina de las torres, Saltes, Baena y del propio condado de Altamira), los franceses también se llevaron la contabilidad de la administración de la villa de Morata del año 1808.

Alhajas y pinturas robadas en el palacio de Altamira

Por su valor material, el robo más importante fueron las alhajas y varias pinturas de la colección que atesoraba la Casa de Altamira desde que la creara en el siglo XVII el I marqués de Leganés. Respecto a las primeras, los testigos Pedro Catalina Iglesias, contador general de la Casa y Pedro Acevedo, guardarropa del conde, atestiguaron el expolio de estos efectos en un escrito fechado en Madrid a veintitrés de agosto de 1814:

  • Una caña bastón, con el puño de oro guarnecido de diamantes y brillantes, con uno en el medio muy gordo.

  • Un espadín de oro labrado.

  • Un collar amaltado de la orden del Toisón de Oro.

  • Otro ídem de la gran cruz de Carlos III.

  • Tres cruces de banda de la misma orden (…).

  • Un par de espuelas de plata.

  • Una escribanía de plata (…).

  • Tres bandejas de planta grandes y una chiquita.

  • Un calentador de cama de plata.

  • Siete relojes de bolsillo de oro y plata.

  • Un par de pistolas inglesas con su bayonetas, las que llevó el mismo Buonaparte [sic]guarnecida de aljófar.

  • Un cofrecito de plata filigranada.

  • Un orinal largo de plata con armas en el fondo.

  • El tocador completo de piezas de plata, propio de la señora doña María Angustias (…).

  • La recamara de plata de la misma señora, también completa.

  • La plata de los dos oratorios partidos con sus ornamentos.

  • La plata de los dos oratorios fijos de la casa de S.E. y la del Excmo. Sr.conde de Trastámara.

  • Seis estuches de treinta y seis cubiertos cada uno, con sus trincheros y cuchillos (…).

  • Doce cofres que contenían dos vajillas completas de plata..

  • Dos ídem que contenían la servidumbre de mesa y otras alhajas todas de plata.

  • Otra escribanía de lo mismo.

  • Una vajilla completa de China.

  • Seis almuerzos de la misma clase con dos jícaras y platillos y cubiertos de plata.

  • Dos cangilones de plata, iguales, para meter una vela de agua.

  • (…).

En esta relación aparecen entre otros bienes, otros tres cofres con distintas clases de ropa, diez colchas, cincuenta y siete mantas, una porción de vestidos del señor, bordados de oro, plata y de seda, 25 vestidos de señora, sillería de seda, ocho sillas grandes con filetes dorados, veinticuatro docenas de sillas y varios libros en francés y en español, cinco alfombras de moqueta, cuatro catres de hierro, los dos con colgadura de seda, treinta y siete tablados de camas, dos camas imperiales, un espejo grande de vestir, tres pares de morillos de chimenea y ciento treinta y dos cortinas de seda.

El legajo que hemos utilizado como punto de partida para determinar el expolio de los bienes del conde de Altamira relata en sus últimos folios el patrimonio artístico que, en forma de pinturas de autores muy conocidos, fueron sacadas de palacio y, en su mayor parte, enviadas a Francia. Los testigos daban fe de la importancia de estas obras de arte de autores de todas las escuelas pictóricas. Uno de ellos señalaba sobre estos cuadros:

(…) Como es público y notorio S. E. tenía la mejor y mayor colección de pinturas (…) que si fuese fácil graduarse por personas inteligentes subiría [su valor] a varios millones de reales. 

Respecto al número de pinturas desaparecidas de palacio, los testigos aportan cifras muy dispares , desde 300 hasta 230 o, textualmente, doscientas cuarenta y tantas. Dos de los testigos hicieron una relación de los autores, la temática y las medidas de los cuadros que sumaban 174 obras. Entre estas obras, al menos dos de ellas, según los distintos inventarios de la colección, habían estado colgadas en el palacio morateño de los condes de Altamira***. Se trata de un autorretrato de Giulio Cesare Procaccini, inventariado en Morata en 1655 y en 1753, y de otro autorretrato pintando de Camilo Procaccini, hermano del artista anterior y situado en Morata en los mismos inventarios de los años 1655 y 1753.

Relato de los daños de los bienes del conde de Altamira en Morata (Fuente: PARES. AHN.PASTRANA,C.12,D.4.Fol.11)

Expolio de los bienes del conde de Altamira en la villa de Morata

El patrimonio de Vicente Osorio de Moscoso en Morata no escapó al expolio y al robo de los franceses. Recordemos que el edicto de Napoleón también ordenaba que (…) sus bienes muebles y raíces se confiscarán en España. La confiscación de este patrimonio****,afectó por tanto a otros bienes del conde de Altamira en ciudades como Valencia, Elche o Sevilla o en la villa de Morata. Luis Antonio Palacios, oficial de la contaduría del conde de Altamira, fue uno de los testigos que se refirió a estos saqueos:

(…) es notorio se llevaron los franceses de Vacia-Madrid todas las mulas de labor y los aperos correspondientes a estas, con unas porción de trigo y cebada y otras varias cosas, constando de cierto el estado tan deplorable que tiene las administraciones de S. E. por los continuos saqueos, contribuciones y exacciones de granos que han padecido aquellas (…). 

Es sin embargo otro empleado de la casa, Antonio Ramón Fernández, oficial de la secretaría, el que se refirió expresamente a los robos que realizaron las tropas francesas en Morata de bienes de Vicente Osorio de Moscoso y, además, añadió los daños que sufrieron algunas de sus propiedades más emblemáticas como El Bosque, las caballerizas de palacio o el batán:

(…) Que así mismo le consta que los perjuicios causados por los propios franceses en Vaciamadrid y Morata son incalculables porque además de haberse llevado considerable número de mulas de labor destrozaron las casas, rompieron las tenajas [sic] y las fincas sufrieron grandes atracos, habiendo cortado en la de Morata muchos olivares y dado lugar a que se destrozara y talara el Bosque, en donde igualmente destrozaron unas caballerizas del Palacio, y que por el abandono en que todo estaba también se destruyó un batán y otras fincas (…). 


*Testigos que comparecieron ante las autoridades los días 8 y 9 de febrero de 1814 para declarar sobre el expolio de los bienes del conde de Altamira:

1º Pedro Catalina Iglesias contador de la Casa del Conde de Altamira

2º Tomás de Tordesillas, oficial del archivo de la Casa de Altamira

3º Mateo Santa María oficial del archivo condal

4ª Antonio Ramón Fernández, oficial de la secretaria de S.E.

5º Luis Antonio Palacios, oficial de la contaduría de S. E.

6º Nicolas de Salinas y González, oficial de la contaduría de S.E.

7º Ventura del Cerro Ibáñez, oficial de la contaduría de S. E.


**La desaparición y confiscación de los documentos del archivo condal significaba un problema para los condes de Altamira que, años después de finalizada la guerra, afrontaron numerosos pleitos sobre el reconocimiento de derechos señoriales y otros privilegios.


*** La aparición de estas dos obras en el inventario de las pinturas robadas del palacio de la calle de San Bernardo confirma que ya en el año 1808 los condes de Altamira habían alterado la distribución de la colección que organizara su creador el I marqués de Leganés. Sobre estos cambios en la colección original y sobre la venta de varios cuadros de la misma localizados en Morata publicaremos próximamente una entrega del blog documentada con los apuntes originales de José de Madrazo, el pintor de cámara que adquirió en 1820 estos cuadros colgados en el palacio de Morata.


****La confiscación de bienes del conde de Altamira durante la guerra de la Independencia se considera una de las causas, pero no la única, que provocaron la ruina de la casa. Además de estas pérdidas, los condes de Altamira arrastraban problemas económicos desde antes de la guerra debido, entre otras razones, a una deficiente administración de sus cuantiosos bienes distribuidos por todo el territorio nacional y a unos gastos suntuosos que la realidad económica del patrimonio condal no permitía.


Fuentes y bibliografía:

  • Archivo Histórico Nacional. AHN, PASTRANA,C.12,D.4.

  • Gaceta extraordinaria de Madrid. Domingo, 12 de diciembre de 1808.

  • Pérez Preciado, José Juan. El marqués de Leganés y las artes. Tesis doctoral. Universidad Complutense. Facultad de Geografía e Historia. Madrid 2010.

 

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