Juan Cano López, vecino de Morata, escribió en el siglo XVII una de las últimas novelas del género caballeresco
Cuando el género de literatura caballeresca se encontraba en declive,
un vecino de Morata, Juan Cano, escribió la V y VI partes de Espejo de Príncipes y caballeros, la
continuación de una saga que se había iniciado casi un siglo antes con la
publicación en 1555 de la I parte, obra de Diego Ortúñez de Calahorra. Juan
Cano no editó su obra -especialistas en este género literario, no lo incluyen
en sus estudios- pero una copia del manuscrito se conserva en el archivo de la
biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores.
El manuscrito de la novela de Juan Cano tiene una extensión de 477
folios de 32,5 cm., escritos a doble
columna, en letra cursiva de fines del XVI, con reminiscencias de cortesana
libraría. La entrada del catálogo de manuscritos del Ministerio de Asuntos
Exteriores añade que el texto tiene muchas
correcciones y tachaduras. Tras el prólogo de las primeras páginas, en
el folio 5 del manuscrito se
inicia propiamente la novela con la presentación por parte del autor:
Libro primero de la Quinta
Parte de el Espeio de Príncipes y cavalleros, donde se cuentan los actos y
memorables hechos de los hijos y valerosos nietos de el ínclito Emperador Trebacio,
y de los sublimados Príncipes y caballeros ansí de su gran corte y Reyno como
de otras de las redondez de la tierra, con las altas caballerías de la
bellicosas y vizarras damas.
Compuesto por Johan CANO LOPEZ,
natural de la villa de Morata.-Libro primero de la Quinta parte de Espeio de
Principes y caballeros (…).
En el folio 355, nuevamente Juan Cano presenta a los protagonistas de
la sexta parte de la novela:
Libro segundo y último de la
Sexta parte de Espeio de Príncipes y cavalleros.-Donde se tratan los altos
hechos del Príncipe Don Clarissol, hijo del soberano príncipe Claridiano, hijo
del poderoso e invicto Emperador Alphebo y de su esposa la esclarecida y
bellicosa Emperatriz Claridiana, y de la esforzada y bella Reyna Archissilora,
madre de Don clarissol y de la bellicosa y sin igual infanta Clarabella, y de
las proezas y hazañas altas de otros muchos príncipes y caballeros del imperio
riego y de otras partes y vizarras damas.-Compuesto por Johan CANO LOPEZ,
natural de la villa de Morata (…).
Inicio de la VI parte de Espejo
de Príncipes y caballeros
De las versiones
conocidas de Espejo de Príncipes y
caballeros se data la I parte en 1555, la II parte en 1580, y la III y IV
parte en 1587. Aún habría otra V parte, de autor anónimo, y que también se
conserva en un manuscrito depositado en la Biblioteca Nacional y que está
datada en torno a 1623. En cuanto a la V y VI parte de Juan Cano el manuscrito
estaría escrito en torno a este año de 1823 o fechas posteriores.. En cuanto a
los autores, la I parte se editó en Zaragoza y es obra de Diego Ortúñez de
Calahorra; la II es obra de un autor aragonés de Cariñena, Pedro de la Sierra,
y la III y IV de Marcos Martínez, vecino de Alcalá.
El autor, Juan Cano López
La autoría e impresión de las primeras ediciones de la saga de Espejo de Príncipes y caballeros por
parte de autores y editores aragoneses podría plantear la duda razonable de la
verdadera vecindad de Juan Cano que, como hemos visto, se limita a afirmar que es natural de la villa de Morata y conocido es que en Aragón existen dos
pueblos con este nombre: Morata de Jalón y Morata de Jiloca. Afortunadamente,
existen documentos que creemos pueden probar la vecindad en Morata de Tajuña de Juan Cano: los padrones de
reparto de impuestos realizados precisamente en los años en que presumiblemente
se escribieron la V y VI parte de Espejo
de príncipes y caballeros. En estos padrones aparece un Juan Cano en la
relación del vecindario de Morata y su aportación de 760 reales al pago de las
alcabalas.
Juan Cano en un padrón de pago
de impuestos de finales del siglo XVI o principios del XVII
Cómo llegó al archivo y biblioteca del Ministerio de Asuntos Exteriores el manuscrito de Juan Cano nunca se podrá averiguar y solo cabe especular con la posibilidad de que el citado manuscrito formara parte de las bibliotecas privadas de Carlos IV o de la de su valido Manuel Godoy, ya que estas dos colecciones son el lugar de procedencia de la mayor parte de los manuscritos que ingresaron en el siglo XIX en el Ministerio de Estado, antecedente administrativo del actual Ministerio de Asuntos Exteriores.
La calidad literaria de Espejo
de Príncipes y caballeros V y VI partes
En el catálogo del Ministerio de Asuntos Exteriores hay una reseña no
muy positiva de esta serie de novelas de caballería. En ella, se señala que El caballero del Febo [Así se subtitulaba Espejo
de Príncipes y caballeros en las cuatro partes impresas] es uno de los libros
más pesados y fastidiosos que se conocen en su género… Los dos primeros, el de
Ortúñez y el de Sierra, ni aún se recomiendan por el lenguaje; algo mejores son
los dos de Martínez, aunque también peca este autor de ampuloso y pedante… y
que Cervantes supo tan bien remedar (…).
De todas maneras, -continúa el comentario- como curiosidad
literaria, debe tenerse presente la existencia de estas 5ª y 6ª partes, más
pedantes e indigestas si cabe que las anteriores, pero de las que parece que no
había noticias exactas y precisas. Ello
les da una gran importancia entre los libros de Caballería.
Como se ve, comentario nada amable ante unas novelas que, sin embargo,
en su tiempo, en el siglo XVI, tuvieron una amplia repercusión como
entretenimiento literario. La publicación de El Quijote y su nada velada crítica a este género literario
significó el agotamiento y el final de las novelas de caballería, aunque
todavía en el siglo XVII algunos autores, como Juan Cano, escribieron lo que
serían sus últimos títulos, con la V y VI parte de Espejo de Príncipes y caballeros, en cuyas páginas, (folio 263)
incluía unas liras. Juzguen ustedes:
Liras
Aqueste sitio ameno
solitaria morada del sentido
pues (en sí) es permitido
que es carne del agravio,
porque peno
oyan [sic] mis justas quejas
todos los vegetales sin orejas
Faunos, tigres, leones
y todos los linajes de las
fieras
dragones y pantheras
mis razones oid o sinrazones
pues son las mías tales
propias a ser juzgadas de
animales.
Fragmento del folio 263 de la V y VI partes de Espejo de Príncipes y caballeros
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