martes, 22 de enero de 2019

Bibliografía morateña: Manual de riegos y aplicación de aguas de aluvión al cultivo de las tierras, de José de Hidalgo Tablada

En 1851 publicaba José de Hidalgo Tablada esta obra, una de las primeras de su amplia bibliografía. En el libro, el autor plantea los distintos sistemas de riego que se utilizan en el territorio nacional. Nosotros nos centraremos en las referencias que realiza sobre los riegos en Morata y en su comarca. El problema de los riegos en la agricultura española era un tema que preocupaba a Hidalgo Tablada y, años después de la publicación de este libro, en 1854, se le encargó como experto que era en la materia, la redacción de un estudio para mejorar los regadíos en el Bajo Tajuña.




Hidalgo Tablada eligió la editorial de la revista El Agrónomo, como ya hiciera con su Tratado de las Abejas, para publicar el libro que reseñamos esta semana. Con su Manual de riegos…, quien fuera alcalde de Morata pretendía afrontar el problema que para el país significaba su clima y las escasas precipitaciones que se producían en la mayor parte del territorio nacional:
La falta de lluvias que se advierte en nuestro país de algunos años a esta parte, hace necesario que nuestros labradores adopten los medios que en otras naciones se han puesto en juego para aprovechar todas las que puedan aplicarse al riego de prados, cereales y plantas mayores, sin lo cual nuestra ganadería perece; las cosechas de granos no pueden compensar los gastos que originan, y los arbolados, faltos de humedad, se sostienen difícilmente (…).
Gracias a este trabajo de Hidalgo Tablada conocemos, de primera mano, el sistema de riego en la vega del Tajuña, no muy diferente del actual, por otra parte:
En la vega de Morata de Tajuña cuyas tierras son arcillosas, no se ha calculado con exactitud el agua que se emplea en el riego de una superficie equivalente a una hectárea, pero en los ensayos que nosotros hemos hecho nos parece que llega a 700 metros cúbicos o sea 7 centímetros de altura la capa de agua.
(…) La medida de superficie de las tierras de la vega de Morata es 200 estadales de 11 pies cuadrados y el agua que se emplea en un riego ordinario 510 varas cúbicas. Si los canales de conducción y riego estuviesen bien construidos y las boquillas y partidores dispuestos con inteligencia y con sus correspondientes compuertas, sin embargo de la enorme cantidad que se invierte en el riego de una superficie tan reducida, si se tienen presentes las condiciones del terreno, con el agua que hoy se riegan 10 fanegas se podrían regar 20. Las innumerables sinuosidades de los cauces principales, la desmesurada profundidad que en algunos puntos tienen y las grandes recalmas que tienen necesidad de hacer las aguas en algunos puntos para regar con ellas, hacen que se pierda una cantidad de este líquido, que si los años siguen como se presentan, han de causar grandes perjuicios y obligar a que se establezca una distribución económica y bien entendida, pues la que hoy existe ha podido subsistir a favor de la abundancia del río Tajuña.
El autor del libro, como es habitual en todos sus trabajos, plantea a los lectores sus propias experiencias como agricultor y, en este caso, explica cómo organizó el riego de una huerta de su propiedad:
(…) Este método [de riego por bancales] lo hemos establecido nosotros en un terreno bastante quebrado, con objeto de formar una huerta en Morata de Tajuña. En ella se encuentran bancales de dimensiones grandes y medianas, los cuales están plantados de árboles frutales, olivas y vides. En parte del terreno cuya pendiente es muy grande se riegan las plantas por regueras de nivel; según hemos dicho puede hacerse con el sistema a que estos pertenecen. Las aguas de que puede disponerse aunque son pocas, según hemos dicho, se recogen en un grande estanque, y de este modo se riega por diferentes métodos según la disposición del terreno. En la misma localidad se encuentra otra huerta que Don José Salcedo, propietario de ella, tiene dispuesta del mismo modo con lo cual utiliza tierras que en otro caso nada valdrían.
También critica Hidalgo Tablada el sistema de riego que él denomina por inmersión (a manta):
Este sistema de riegos es el que generalmente hoy se conoce en España. En Valencia, Lorca, Murcia, Aragón, en las riberas del Tajuña, Tajo y Jarama en la provincia de Madrid; y en fin, en todos los sitios donde el terreno es horizontal y abundan las aguas no se encuentra otro. Sin embargo de lo general de este método de riego, en pocas localidades está establecido con la regularidad de que es susceptible, pues las aguas se economizan poco y con frecuencia se observan caminos obstruidos por charcos permanentes, tierras empantanadas, canales que por su deformidad de proporciones absorben mucha agua y dificultan el modo de servirse de ella; y lo que es peor, que con frecuencia el que riega en los puntos altos desagua sus tierras en las inferiores con graves perjuicios de los frutos que en ellas se crían.

Portadilla del libro Manual de riegos, de José de Hidalgo Tablada (1851)

Mejora de los regadíos en el Tajuña
Finalmente hay que reseñar otra faceta de Hidalgo Tablada relacionada con su interés por la mejora de los regadíos. Gracias al prestigio obtenido por sus publicaciones y actividades a favor de la agricultura española, el Ministerio de Fomento le encargó, en 1854, la redacción de un informe sobre la mejora de los regadíos en la comarca del Bajo Tajuña. Lo cierto es que la orden en la que se autorizaba este estudio fue publicada en la Gaceta de Madrid, el Boletín oficial de la época, pero no ha quedado constancia de que fuera finalmente redactado y por supuesto, lamentablemente nunca llegó a ejecutarse:
Fomento—Por Real orden de 20 de abril (Gaceta de 24), se autoriza a D. José Hidalgo Tablada, residente en Morata de Tajuña, para que en el término de un año practique los estudios de uno ó varios canales derivados del rio Tajuña, y los de rectificación y prolongación de algunos de los existentes para fertilizar los terrenos de Perales, Morata, Chinchón y Bayona, en esta provincia; en la inteligencia de que por la presente autorización no adquiere el interesado derecho alguno a la concesión definitiva de la obra, si no se estima conveniente, ni a indemnización de ningún género por los trabajos que practique.


Fuentes y bibliografía:
  • El Agrónomo: Manual de Riegos y aplicación de aguas de aluvión al cultivo de las tierras. Establecimiento de los prados naturales y artificiales. Hidalgo Tablada, José de. Imprenta del Colegio de Sordomudos y Ciegos. Madrid, 1851.



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