miércoles, 30 de enero de 2019

Bibliografía morateña: Tratado de los prados naturales y artificiales y su mejora en España



En 1872 llegaba a las librerías un nuevo trabajo de José de Hidalgo Tablada, Tratado de los prados naturales y artificiales y su mejora en España. Una primera versión de esta obra ya se había publicado en 1851 cuando Hidalgo publicaba su Manual de riegos, la obra que reseñamos la pasada semana.




La dedicación de José de Hidalgo Tablada a los estudios sobre dos de los cultivos más importantes del agro español, la vid y el olivo, no le impidió al autor investigar sobre otros apartados del trabajo en la agricultura como los árboles frutales, la apicultura, las flores ornamentales (las dalias) o la mejora de los riegos. En este sentido, la publicación del Tratado de los prados naturales y artificiales y su mejora en España no deja de ser un capítulo más de la preocupación que siempre mostró Hidalgo por la mejora de la rentabilidad económica en las áreas rurales de España. En las primeras páginas del libro que reseñamos hoy Hidalgo Tablada justifica así este nuevo trabajo editorial:
Tratar de los prados, es indicar un asunto importantísimo para la vida de los pueblos; pues con prados bien cultivados, se mantienen gran número de cabezas de ganado; con estos se obtienen abundantes estiércoles, carne y trabajo, y de aquí parte la baratura de los alimentos, su abundancia, y con estos elementos la población aumenta, las riquezas se multiplican y la nación que con tales medios cuenta, es feliz y poderosa.
Se trataba, por lo tanto, de fomentar el sector de la ganadería con la adopción de medidas que permitieran mejorar los cultivos de plantas forrajeras y, también, aumentar los rendimientos de los prados naturales. Por otra parte, tampoco hay que olvidar que en los años en que Hidalgo Tablada publica este libro los agricultores españoles dependían mucho, para la rentabilidad de sus explotaciones, del ganado de tiro en el que se sostenía la fuerza motriz de su maquinaria y herramientas de cultivo.
Tal como era habitual en su método de trabajo, Hidalgo Tablada analiza ampliamente en su libro las principales plantas que conforman los prados naturales y artificiales, describe las distintas familias y géneros de las mismas y describe los procedimientos más adecuados para el establecimiento de prados artificiales y la mejora de los prados naturales.
De esta descripción de las especies más comunes en los prados naturales y artificiales nos interesan, sobre todo, aquellas con las que José de Hidalgo Tablada experimentaba en las tierras de secano y regadío de Morata. Aparecen en sus descripciones plantas y cultivos que por entonces tenían cierta importancia entre los agricultores morateños aunque, curiosamente, todavía no aparece ninguna referencia a la remolacha, un cultivo que décadas después sería el más importante de la vega de Morata y del resto de municipios de la vega baja del Tajuña.

Portadilla del Tratado de los prados naturales y artificiales (1872)

Plantas de los prados naturales y artificiales
Pipirigallo común
Hidalgo Tablada explicaba en su libro sus experimentos con esta planta forrajera:
Nosotros hemos hecho ensayos con esta planta y semillas que hemos traído del extranjero y sembrado en diferentes clases de terreno y exposición: la que mejor se ha desarrollado, ha sido la que está en exposición al Norte (en Morata de Tajuña) en terreno profundo, calizo, arcilloso, ferruginoso, colorado.
En esta situación dio el primer año una siega, teniendo los tallos un pié y medio de altura; al año siguiente se le dieron dos siegas, una en Mayo y otra en Octubre; en la primera, tuvimos la curiosidad de arrancar una mata y después de un mes de cortada, pesó cuatro onzas y media; tenia 30 tallos de 85 centímetros, seis de 50 y cuatro de 30; además 12 de 20 a 25, dispuestos para desarrollarse después de la siega y proporcionar parte de la segunda.
Pipirigallo amarillo
Hidalgo Tablada también se refería a especies silvestres que existían en los montes de Morata:
El pipirigallo común encierra algunas variedades, las cuales las hemos observado en la dehesa de Morata de Tajuña. Esta planta se cría en los cerros calizos y pedregosos de muchas provincias de España, en Cataluña, montes de Ávila y Serranía de Cuenca. Es vivaz; sus hojas están dispuestas del mismo modo que las del pipirigallo común, aunque mas pequeñas y en menor número: la flor es amarilla, y en lugar de formar un cono como aquel, aparenta una circunferencia, á cuyo centro se dirige la parte superior de de cada flor formando de este modo una corona.
Se cría este vegetal en las tierras áridas y entre las rocas. Nosotros la hemos encontrado en los cerros de las inmediaciones del Tajuña, y contado a algunas plantas 140 tallos de 60 centímetros de alto, y la que menos 70. La casualidad de haber acotado un terreno que antes estaba erial, nos ha hecho poder estudiar este interesante vegetal que come toda clase de ganados, del que debe recogerse la semilla y propagarla en los cerros áridos que presentan ordinariamente las formaciones calizas y estepas en que generalmente.
Trébol encarnado
Otra de las plantas silvestres que analizó Hidalgo Tablada en Morata y sus inmediaciones fue el trébol y también la sulla:
Esta planta anual (crece en España en los prados situados en terrenos frescos y de buena calidad, y aun prevalece en años lluviosos en las tierras secas y áridas. En las orillas del Tajuña, en el prado de Perales, Chinchón, lo mismo que en Jerez y otros puntos de España, se ven las tres variedades de esta especie, de flor blanca, rosa y encarnada (…).
La sulla se cría en las campiñas de Jerez y resto de la provincia de Cádiz, donde la hemos estudiado con suma atención; no se encuentra silvestre fuera de esos sitios, y cultivada no la hemos visto en ninguna parte; y hasta hay la creencia de que no se reproduce con utilidad sembrándola, lo cual negamos en absoluto, pues en Tudela de Navarra, así como en el sitio que hoy vivimos, Morata de Tajuña, la hemos sembrado y se ha reproducido (…).
Alfalfa
El cultivo de la alfalfa, una especie muy extendida en la vega del Tajuña por su importancia en la alimentación del ganado vacuno, también interesó a Hidalgo Tablada:
(…) Nosotros hemos cultivado la alfalfa en las inmediaciones de Madrid, y podemos decir que en general, en la región central se puede dar siete cortes, y cada uno representa una cantidad de forraje verde de 21.000 kilogramos, y sobre 10.000 considerado como heno; pero en general en España, la Alfalfa se emplea verde.
Recolección de la semilla [de alfalfa]
La semilla de la alfalfa debe recogerse en los prados que tienen de existencia tres o cuatro años, y dejarla cuajar del retoño después de la primera siega; de este modo se obtienen granos bien cuajados y dispuestos para producir plantas robustas.
Algarroba.
(…) También por su aplicación como alimento del ganado. Molida o en grano, la algarroba también aparece recogida en el libro de Hidalgo Tablada:
Pocos labradores desconocen el uso de esta planta, que vegeta bien sembrándola sobre rastrojo en las primeras lluvias de otoño, y cuyas semillas sirven de alimento al ganado lanar, cabrío, etc. Las palomas y demás aves engordan mucho con tal semilla, que cuando se da al ganado se muele un poco para facilitar que la puedan comer. En Vallecas y otros pueblos de las inmediaciones de Madrid, en tierras calizas areniscas arcillosas, se siembra la Algarroba en turno con los cereales.
Sorgo
Finalmente, el autor del Tratado de los prados naturales y artificiales explica sus experiencias con el sorgo, una planta que, en su opinión, tenía un gran interés económico para los agricultores según los resultados de los cultivos experimentados en Morata:
(…) Creemos haber dicho lo suficiente, para que pueda venirse en conocimiento del número y cualidades de las plantas generalmente empleadas para alimentar los ganados, sea cual fuere el método seguido para su multiplicación y aprovechamiento; pero aun pudiéramos haber aumentado ese gran catálogo de vegetales, útiles a la ganadería, con otros que recientemente se han propuesto con este fin. Entre ellos hay uno, el sorgo, de que no hemos hecho mención, sin embargo de haberlo ensayado y haber visto prácticamente sus útiles resultados para el ganado caballar.
El sorgo, que hemos ensayado en la localidad en que habitamos (Morata de Tajuña), (…) hemos obtenido plantas de sorgo de un tamaño extraordinario, pues miden cuatro metros cincuenta centímetros de alto. El producto por hectárea de tierra, en regadío, lo hemos calculado en 5.000 kilogramos de semilla y 90.000 kilogramos de caña y hojas: machacadas las cañas y hechas trozos de cuatro centímetros de largo, lo hemos suministrado al ganado caballar, que lo come con avidez.
En el año 2008, la editorial El Olivo, que ya había publicado una edición facsímil del Tratado del cultivo del olivo de Hidalgo Tablada, reeditó el Tratado de los prados naturales y artificiales y su mejora en España, una forma de reconocer la calidad y la importancia del trabajo de quien fuera alcalde de Morata en el siglo XIX,


Fuentes y bibliografía:

  • Bibliografía morateña: Tratado de los prados naturales y artificiales y su mejora en España. Hidalgo Tablada, José de. Librería de Cuesta, segunda edición. Madrid, 1872.

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