martes, 12 de febrero de 2019

Bibliografía morateña: Tratado de administración y contabilidad rural, arreglada a las condiciones de labranza española

La mayoría de los trabajos editoriales de José de Hidalgo Tablada obtuvieron una buena acogida entre el público lector y, sobre todo, entre los profesionales de la agricultura y la ganadería. Casi todas sus obras alcanzaron, en vida del autor, una segunda y hasta una tercera edición. Así sucedió también con el libro que reseñamos hoy, su Tratado de administración y contabilidad rural, arreglada a las condiciones de la labranza española, una obra que apareció inicialmente en la editorial de la revista El Agrónomo en 1851 y que fue reeditada, ya en 1875, por la Librería de Cuesta, la editorial que reeditó casi toda la producción bibliográfica de Hidalgo Tablada.



La creación de la Escuela Agronómica de Nogales, el proyecto formativo y pedagógico que José de Hidalgo Tablada llevó adelante en la provincia de León, necesitaba de manuales y libros de referencia para la formación de sus alumnos. Esta necesidad, con un panorama bibliográfico muy reducido y anticuado en las materias y asignaturas que formaban parte del programa formativo de la escuela, fue la que propició la publicación de algunas de las obras de José de Hidalgo Tablada.
Es el caso del Tratado de administración y contabilidad rural, arreglada a las condiciones de la labranza española, un trabajo que Hidalgo Tablada publicó inicialmente en 1851 a expensas de la editorial El Agrónomo, propiedad del propio autor que editaba una revista con el mismo nombre. Sendas asignaturas con el mismo enunciado del libro, Administración rural y Contabilidad rural aparecían reseñadas en el programa y reglamento de la Escuela Agronómica de Nogales y, en los dos casos, ambas asignaturas figuraban a cargo del propio José de Hidalgo Tablada, profesor y director del centro educativo.
Esta primera edición del Tratado de administración y contabilidad rural era menos extenso que la segunda edición editada casi veinticinco años después por iniciativa del propio autor. La reedición de la obra original ocupaba dos volúmenes. El primer volumen contaba con 328 páginas y el segundo; en el segundo, y ahí estaba la novedad con respecto a la primera edición, el autor incluía a modo de ejemplo para los alumnos de la escuela, la contabilidad del libro mayor de una explotación agrícola de la provincia de Sevilla.


Hidalgo Tablada justificaba la edición de su trabajo en la introducción a su segunda edición con una cita de un texto incluido en la primera edición del libro:
No es suficiente al labrador la habilidad de hacer producir su hacienda con inteligencia y laboriosidad; es necesario que el orden y la economía reinen en todos los detalles de la explotación, y que tenga un medio por el que pueda conocer el resultado de todas y de cada una de las operaciones que emprenda; para ello es de imperiosa necesidad que establezca un método que demuestre con sencillez y le dé relación de sus negocios, teniendo siempre presente que, más vale pecar por tener algún detall de más, que encontrarse sin el más insignificante cuando consulte sus escritos: el medio cierto y seguro es una administración y contabilidad bien organizada.
Las palabras del autor buscan concienciar a los lectores sobre la necesidad de profesionalizar las explotaciones agrícolas en España, Consciente de las carencias formativas de los empresarios y trabajadores del campo en España, Hidalgo Tablada defendía la necesidad de realizar un esfuerzo pedagógico que sentara las bases para mejorar la productividad de la agricultura y la ganadería española no sólo con la mejora de los cultivos sino, también, con la adopción de nuevos métodos de producción y de gestión empresarial. Este esfuerzo por mejorar las bases teóricas y prácticas del sector primario en España fue la principal preocupación del autor, como muestra su amplia bibliografía especializada que hemos analizado desde hace varias semanas. Hidalgo Tablada insiste en denunciar las carencias formativas de los que denomina clase agricultora:
La administración y contabilidad rural no se practica entre nuestra clase agricultora cual debiera; no creemos ofenderla si decimos que no le dan la importancia que merece. (…) Ven nuestros lectores que hace años venimos encareciendo la importancia de que la clase labradora fije su atención en lo que importa á su industria, la administración y contabilidad rural.
¿Y cómo no hacerlo así? Independiente de que está reconocido y recomendado como un principio económico, que toda industria debe organizarse bajo la base de una buena administración que todo lo intervenga, y de una contabilidad que los datos para saber los resultados; nosotros hemos visto, no una vez sola, que sin embargo de los buenos deseos y de sacrificios pecuniarios hechos por los propietarios que pueden pagar sueldos crecidos; ni su administración respondía a lo que debe y puede ser, ni la contabilidad ofrecía en su conjunto, ni en los detalles, los datos que son precisos, para darse cuenta de los productos verdaderos de una explotación agrícola.
Este trabajo de Hidalgo Tablada, aunque pudiera parecer destinado a loas grandes explotaciones agrícolas, también quiere ayudar a las pequeñas haciendas. El autor, recordémoslo, vivió gran parte de su vida en Morata, donde compartió preocupaciones con los pequeños agricultores más modestos:
Tratando en general de los casos de una gran explotación en todos sus ramos, nuestro libro tiene la ventaja de ser aplicable a las más pequeñas en todas las esferas. Creemos que este libro viene en auxilio de una necesidad sentida para vencer algunas dificultades que se presentan al que hace producir al suelo agrario. Si lo conseguimos, si somos útiles una vez mas á la clase labradora, á la que nos honramos pertenecer, ese será el principal premio a que aspiramos.



Portadilla del Tratado de administración y contabilidad rural (1875)

Contenidos de la obra
La primera parte del primer tomo de la obra de Hidalgo Tablada está dedicada a lo que el autor denomina administración rural. En sus seis capítulos analiza aspectos como los conocimientos necesarios de los administradores agrícolas y los elementos para organizar las explotaciones, sean estas del tamaño que sean. Tablada también estudia las necesidades de maquinaria y ganado de labor de las explotaciones, la gestión y contabilidad de los almacenes, el control de las cosechas y la administración de los pagos a los trabajadores. Todas estas materias tratadas en la primera parte del libro las aplica Hidalgo Tablada tanto a las explotaciones agrícolas como a las dedicadas a la ganadería.
En la segunda parte de su trabajo el autor trata todos los asuntos relacionados con la contabilidad y la gestión de las cuentas y economía de las explotaciones agrarias con ejemplos prácticos de estas materias destinados tanto a los empresarios y propietarios agrarios como a los alumnos de su escuela Agronómica.
En las páginas del libro de Hidalgo Tablada no faltan, como ya hemos dicho, los ejemplos prácticos de las materias que trata la obra. Citaremos, como es habitual en estas reseñas, las referencias del autor a su experiencia en Morata, en comparación con la región andaluza (Jerez) y en este caso en relación con el trabajo y el jornal de los trabajadores del campo en las tareas de la siega. Tablada compara salarios y afirma que la situación es bastante mejor en la región central, tanto para los propietarios como para los jornaleros:
(…) Haciendo justicia, puede decirse que un hombre en la región central, hace en menos tiempo 35 por 100 más de trabajo que otro igual en Andalucía; pues mejor alimentado, sus fuerzas físicas resisten mas y se emplean con mas vigor, y mas en los días largos y trabajos fuertes de cavas, siega, etc.
La aranzada de trigo no se siega en el sitio en que escribimos (Morata de Tajuña, a seis leguas de Madrid) a menos de 50 rs., y además hay que dar vino a discreción, aceite, vinagre, aguardiente y leña para guisar, que todo vale lo menos otros 10 rs., y hacen 60 por aranzada. En la campiña de Jerez, en siegas de grandes propiedades, se paga 30 rs. Por siega de una aranzada y se da solamente aceite y vinagre, pues el pan lo pagan los segadores; este ejemplo prueba lo barato que es relativamente el trabajo en puntos bien diferentes; pero la siega que se hace en los cortijos de Andalucía es muy mala; queda en la tierra parte.de la cosecha, que bajo el pretexto que luego la aprovecha el ganado, se tolera un mal que pocos tienen cuidado de apreciar para evitarlo; y si vieran cómo se hace la siega en sitios mejor administrada la labranza, les parecería caro los 30 rs. y baratos los 60, porque con aquellos quedan en los rastrojos lo menos dos fanegas de trigo por aranzada, y esto vale mas de la diferencia


Fuentes y bibliografía:
Tratado de administración y contabilidad rural, arreglada alas condiciones de la labranza española. Segunda edición. Tomos 1 y 2. Hidalgo Tablada, José de. Librería de Cuesta. Madrid, 1875.
Enseñanza agrícola. Reglamento de la Escuela Agronómica de Nogales. Provincia de León. Imprenta de Luis García. Madrid, 1852.








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