martes, 9 de abril de 2019

Antonio Evaristo de Haro, el último alcalde mayor de Morata (II)

Tras incorporarse en 1815 a la alcaldía mayor, Antonio Evaristo de Haro fue responsable en Morata, y también en Perales, de la administración de justicia en segunda instancia. No fueron pocos los problemas que se le plantearon en su trabajo, especialmente por la falta de medios humanos que apoyaran su trabajo como juez. Debido a estas carencias, Antonio Evaristo de Haro pidió a la Sala de Alcaldes de Casa y Corte Madrid, en abril de 1817, que pusiera los medios para evitar el retraso en las causas judiciales.




En abril de 1817, cuando había pasado algo más de un año desde que se incorporara a finales de 1815 a la alcaldía mayor de Morata, Antonio Evaristo de Haro dirigía un escrito a la Sala de Alcaldes de Casa y Corte para tratar el problema del retraso en las causas judiciales que afectaba al juzgado de Morata.
La Sala de Alcaldes de Casa y Corte, con sede en Madrid, era la institución encargada de resolver, en ultima instancia, los litigios penales que ya habían pasado por la primera instancia de los alcaldes ordinarios y la segunda instancia de los alcaldes mayores. La Sala de Alcaldes de Casa y Cortes, que ocuparía la cúspide del sistema judicial español hasta las reformas de 1834, era una especie de Tribunal Supremo de la época –por encima solo quedaba ya el rey- que había recibido quejas sobre el retraso excesivo que sufrían las causas que dependían de la jurisdicción de Antonio Evaristo de Haro en Morata y en Perales.

Escrito de Antonio Evaristo de Haro dirigido a la Sala de Alcaldes de Casa y Corte (AHN)

El alcalde mayor, para hacer frente a este problema y plantear algunas posibles soluciones se dirigió al organismo superior, la Sala de Alcaldes. En su escrito, que se conserva en un expediente depositado en el Archivo Histórico Nacional (AHN, Consejos, L.1408, Exp. 90) Antonio Evaristo de Haro señala que en Morata únicamente ejerce un escribano, lo que influye en el retraso que padecen las causas que expresa por las muchas ocupaciones de su escribano de número.
A continuación, Haro expone algunas de las causas que están sin resolver en su juzgado por delitos de asesinato, agresiones, disparos al alcalde de Valdaracete y, por último, un caso de estupro:
(…) [actualmente] se halla entendiendo en la causa criminal formada (…) en averiguación del reo o reos que causaron el asesinato de Luis Díaz en el día 3 de agosto último. Igualmente entiende en la que se formó contra Benigno Rubio con motivo de la herida que hizo a Manuel Arias en el día 22 de junio del mismo año. Conoce además por comisión de Ud en la sumaria de Valdaracete sobre el tiro disparado al alcalde don Marcelo Pérez en la noche del 24 de julio último y otros incidentes; y al mismo tiempo conoce en la causa formada últimamente por comparecencia de Josefa López, de esta vecindad, sobre estupro de que supone autor a Valentín Sánchez.
Esta carga de trabajo, en la que se incluye un delito cometido en Valdaracete por comisión realizada por la propia Sala de Alcaldes, resulta muy difícil de atender por la falta de escribanos públicos en Morata, a excepción del que presta servicio en el Ayuntamiento:
(…) En efecto señor, en un pueblo en el que sólo hay un escribano numerario que lo es también del ayuntamiento no es posible dar pronta salida a las causas. Los ayuntamientos quedaron enredados con motivo de la invasión de los franceses. Las cuentas y liquidaciones de suministros darán que hacer por mucho tiempo. Por orden de S. M. y en vista de las (…) de la intendencia se haya este escribano ocupado el ajuste de las cuentas de los alcaldes que lo fueron en aquella época, faltando aún liquidar las de los años de 11, 12, 13 y 14, cuya confusión se deja conocer por faltarles los datos (…)
Antonio Evaristo de Haro continúa relatando en su escrito el trabajo del único escribano de Morata, oficio que ocupaba en aquellos años Ramón García Nieto:
Los alcaldes les ocupan en este trabajo como que se ven apremiados por la intendencia y ocúpanse también en repartimientos y cobranzas por manera que el expediente se ve sin tiempo para continuar otras causas, y con precisión tiene que tener en suspenso y sin curso los negocios y pleitos de los vecinos y la ejecución de otras ordenes de cobranza de los derechos de herencia y transversales en que se interesa el escribano La Junta de Propios exige su asistencia para el arreglo de este ramo y todo se ve paralizado al tiempo que se irrita por el breve despacho de las causas con limitado tiempo.
Como medio de solventar las dificultades que suponen la carencia de medios humanos en el juzgado que dirige, Antonio Evaristo de Haro plantea a sus superiores jerárquicos como posible solución que él mismo pueda atender parte de las competencias del escribano, entre ellas las notificaciones a las partes de los procesos judiciales:
(…) Si pudiera el exponente hacer por sí las notificaciones reuniendo los dos oficios y practicar las diligencias correspondientes al escribano no tendría usted que reconvenirle (…).Si hay retraso en las causas –insiste Haro- es dimanado de hallarse sin escribanos a quienes mandar arreglar diligencias. Su carácter debe ser conocido de usted y cuan distante está de entregarse al ocio con abandono de su empleo (…)
Para finalizar su escrito ante la Sala de Alcalde de Casa y Corte, Antonio Evaristo de Haro apela a la rectitud y humanidad de sus superiores y anticipa que cuando disminuyan las ocupaciones del único escribano en el ayuntamiento, le empleará en su juzgado activando los expedientes.
La comunicación del alcalde mayor de Morata a los miembros de la Sala de Alcaldes de Casa y Corte fue informada por el fiscal, como era preceptivo, antes de que se pronunciaran los miembros de la Sala que correspondía a la villa de Morata. El informe del fiscal únicamente reiteraba las excusas de Antonio Evaristo de Haro, -la falta de escribano-, pero sin plantear una solución a un problema que tampoco fue abordado por la propia Sala de Alcaldes. En su reunión del cinco de mayo, el tribunal formado por los magistrados Soler, Cabanilles, Torre, Paz, Sastre, Gamboa y Gaztañaga se limitaron a darse por enterados del problema de la falta de recursos del juzgado de Morata y añadir:
(…) Dígase a este alcalde que, sin embargo de lo que expresa, en su anterior representación continúe, con toda actividad las causas que en ella cita.
Pese a esta falta de respuesta a sus propuestas de mejora en la administración de justicia en Morata Antonio Evaristo de Haro no dejaría de proponer iniciativas ante sus superiores. Unos años después, como veremos en próximas entregas, el alcalde mayor de Morata se dirigiría al mismo Congreso de los Diputados para plantear objeciones a un artículo concreto de la Constitución de 1812.


Fuentes y bibliografía:
  • Archivo Histórico Nacional. Sección Consejos, L. 1408 Expediente 90.
  • Historia de la villa de Morata de Tajuña. Torre Briceño. Jesús Antonio de la. Ayuntamiento de Morata de Tajuña. Guadalajara, 1999.


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