martes, 27 de agosto de 2019

Sociedad Alcoholera del Tajuña, un proyecto de industrialización a comienzos del siglo XX (y II)

La memoria económica que la Alcoholera del Tajuña editó en 1912, además de reflejar el balance económico de ese año, sirve también para conocer qué objetivos se planteaba la sociedad desde que fuera creada a finales de 1907. Como ya avanzamos la pasada semana, el cultivo de la vid en Morata y en toda la comarca de la cuenca baja del Tajuña era el más importante, por entonces, en la provincia de Madrid. Rentabilizar este cultivo era el objetivo principal de la Sociedad Alcoholera del Tajuña.


Una publicación de finales del siglo XIX, Contestación al interrogatorio sobre cultivos de cereales, olivos, vid, agrios e industrias derivadas, de Antonio Ortiz, resaltaba la importancia del cultivo de la vid en la comarca que formaban los pueblos del partido judicial de Chinchón:
(…) En efecto, como puede verse, el partido de más importancia respecto a dicho cultivo es el de Chinchón, donde se encuentran los renombrados pueblos de Arganda, Chinchón, Morata, Colmenar de Oreja y otros, que, como de todos es sabido, se dedican especialmente a la fabricación del vino, que goza de justa fama y que casi en su totalidad se consume en esta capital. En dicho partido se obtiene también gran cantidad de aguardiente, de buena calidad y que lleva el nombre de Chinchón, sea cualquiera el punto de donde proceda (…).
Como se resalta en el párrafo anterior, el partido judicial de Chinchón destacaba por su el cultivo de la vid, la elaboración de vino y, también, de aguardiente. Morata, según los datos recogidos en la publicación citada, dedicaba prácticamente un tercio de su término municipal al cultivo de la vid, tanto en secano como en regadío: unas 1.560 hectáreas.
Para hacernos una idea de lo que significaba esta producción de uva en la elaboración de vino y aguardiente cada año, contamos con los datos, totales, de la campaña de 1911. Este año, según publicó el periódico El Progreso Agrícola y Pecuario, en Morata se elaboraron alrededor de 150.000 arrobas* de vino. Previamente, las distintas bodegas existentes en Morata habían pagado la uva a un precio que osciló entre 30 y 40 reales los cien kilos. En la misma información, el periódico añadía:
(…) La Alcoholera está recogiendo las cascas blancas y tendrá una buena campaña con las muchas que recoja, pues está llenando depósitos fuera del local destinado para ello.
En el año que ha terminado han vendido tanto alcohol para esta y pueblos limítrofes, que asciende de 16 a 18 000 duros lo que han sacado de dicho género. Precios: Vino, 20 reales al por mayor y 22 por arrobas (…). (El Progreso Agrícola y Pecuario, 31 de octubre de 1911).

Portada de la memoria del año 1912 de la Sociedad Alcoholera del Tajuña (BNE)

Balance de la campaña de 1912
La Sociedad Alcoholera del Tajuña, como todas las entidades mercantiles, estaba obligada a presentar sus cuentas anuales a la asamblea. En las cuentas correspondientes a 1912 la entidad editó la memoria anual que se presentó, en septiembre de ese año, ante la asamblea de accionistas y que recogía las cuentas hasta el 31 de julio de ese año.
Al margen del balance anual, la memoria resulta muy interesante a la hora de conocer los proyectos de la Alcoholera del Tajuña. La Sociedad, creada en 1908 -aunque formalmente se constituyo en diciembre de 1907- nació con unas circunstancias y unos objetivos que se reflejan en el preámbulo de la memoria anual:
(…) Las primeras eran las dificultades, mejor dicho, la imposibilidad en que aisladamente nos encontrábamos de poder cumplir y vivir holgadamente dentro del régimen que la ley especial de la Renta de Alcoholes nos creaba. Los segundos, tratar de cumplir la ley buscando el medio de utilizar los residuos de nuestras bodegas, y obtener el alcohol necesario para el encabezamiento de nuestros vinos a precio más económico del que pudiera ofrecernos el mercado, sin que al hacerlo resultara perjudicado el interés a que legítimamente tenía derecho el pequeño capital que aportáramos para dar vida y personalidad a la Sociedad mercantil que creábamos (…).
El encabezado de vinos que se cita en la memoria es una técnica que consistía en el añadido de alcohol al mosto para aumentar su graduación y, al mismo tiempo, favorecer la estabilidad de los vinos obtenidos.
La elaboración de ese alcohol, con métodos modernos, a partir de la reutilización de la casca -hollejos de la uva-, era el principal objetivo por tanto de la Alcoholera del Tajuña. Además, al ofrecer el alcohol a un precio más barato a sus accionistas, estos obtenían un beneficio añadido a su inversión. En ese año se pagó un dividendo de 3,50 pesetas por acción, equivalentes a un interés del 7 por ciento:
(…) cuanto alcohol hemos suministrado a los asociados para el encabezamiento de sus vinos, se les ha cargado en sus cuentas a 112,50 pesetas el hectolitro, mientras que cuanto hemos necesitado adquirir de igual graduación y limpieza de otras procedencias para nuestra fábrica de aguardientes compuestos, lo hemos pagado a precios que han fluctuado entre 117,50 a 127,50 el hectolitro. A pesar de esto, que, considerado exclusivamente desde el punto de vista mercantil pudiera calificarse de despilfarro, las utilidades obtenidas nos permitirán repartir un buen dividendo y amortizar una pequeña parte del capital que representan nuestros inmuebles y aparatos (…).
Junto a estos objetivos reseñados en la memoria, la sociedad también perseguía, como apuntamos en la primera entrega, mejorar las técnicas de elaboración del vino para aumentar su calidad. Los socios, evidentemente, seguían elaborando su propio vino pero, al mismo tiempo, podían aprovecharse de los conocimientos y las nuevas técnicas que se seguían en la que denominaban bodega experimental**, dedicada a elaborar vinos de calidad. Para el segundo año de funcionamiento de esta bodega, las previsiones eran las siguientes:
(…) En el presente año nos proponemos elaborar de 75.000 a 80.000 litros de vino en las mismas condiciones en que lo hicimos el año anterior, para lo cual pondremos en circulación el número de acciones que sea estrictamente necesario de las 2.000 que estamos autorizados a emitir y tenemos ya en cartera (…).
En las cuentas que presentó el miembro del Consejo*** Fructuoso Martínez de Velasco, referidas al 31 de julio de 1912, destacaba la existencia de un activo que ascendía a 60.191 pesetas (24.875 pesetas en edificios; utensilios, 10.435 pesetas; bodega experimental, 4.873 pesetas…) y un beneficio del ejercicio que ascendía a 5.173 pesetas.
En el balance anual también se recogían las cantidades producidas en el año natural por parte de la sociedad: 17.826 kilos de tártaro, 48.487 litros de anisado, 15.856 litros de alcohol y 199 fanegas de granilla. Por el total de esta producción se habían facturado 96.382 pesetas.
La memoria anual también incluía para información de los accionistas los gastos de personal (8.247 pesetas) y, sobre todo, un dato muy esperanzador de cara al futuro, la evolución de los ingresos por ventas desde la creación de la Alcoholera del Tajuña. En este apartado, se había pasado de las 28.392 pesetas del ejercicio 1908-09 a las 92.941 del ejercicio 1911-12. Este dato, en opinión de los miembros del Consejo, confirmaba la escala ascendente en el desarrollo de nuestro negocio.
Evolución de la Sociedad
En 1916 el periódico La Acción publicaba una información sobre la sociedad y su trayectoria empresarial desde su fundación:
(…) Prospera bien pronto la Sociedad Alcoholera, que se fundó con la modestia de un capital de 25.000 pesetas, y entonces se extiende la obra a la fundación de una bodega experimental que aplique las modernas prácticas enológicas, obtenga vinos selectos y los lleve directamente al consumidor madrileño, perfectamente presentados y en condiciones de calidad y economía que pronto consigue un ganar el mercado, dejando una saneada ganancia a los productores y suprimiendo inútiles intermediarios (…). (La Acción, 26 de octubre de 1916).
Frente a estas noticias positivas, la inestabilidad en el sector de la elaboración de alcoholes, junto a la aparición de nuevas leyes que afectaban al mismo, provocó incertidumbre entre las sociedades alcoholeras creadas en la comarca del partido judicial de Chinchón en los años previos. En el año 1916, las asociaciones y representantes de los vitivinicultores se reunieron en Chinchón para afrontar y preparar una respuesta común frente a la nueva legislación. Se acordó solicitar que se desistiese de continuar con un proyecto que, en opinión de los asistentes a la reunión (…) de aprobarse en la forma en que el señor ministro ha presentado originaría la ruina de los vitivinicultores de esta región, a cambio del enriquecimiento de las otras regiones (…).
A la reunión acudieron, además de los representantes de Chinchón, productores de Colmenar de Oreja, Perales de Tajuña, Tielmes, Belmonte de Tajo, Valdelaguna, Villarejo de Salvanés y Arganda del Rey. En representación de Morata asistieron a la reunión Fructuoso Martínez de Velasco y Enrique García Gutiérrez. (La Acción, 26 de octubre de 1916).
En los años siguientes, durante los primeros años de la década de los veinte del pasado siglo, la actividad de la Sociedad Alcoholera del Tajuña parece que continuó sin mayores problemas, si atendemos al rastro documental que dejó en los periódicos de la época en los que se anunciaban sus asambleas anuales. Sin embargo, ya en 1927, la convocatoria de una asamblea extraordinaria firmada por el gerente de la sociedad, Gregorio González, apunta a posibles problemas: en el anuncio publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Madrid se indica que se va a tratar de la reforma de Estatutos, y solicitar de dicha Junta la venta, en todo o en parte, de muebles e inmuebles propiedad de esta Sociedad. (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 8 de diciembre de 1927)
Tres años después, otra convocatoria extraordinaria de junta general confirma esta percepción al anunciar que, en la misma, se iba a tratar la venta de la bodega experimental, el proyecto que tantas expectativas había creado en el momento de su constitución. (Boletín Oficial de la Provincia, 8 de septiembre de 1830).
La última convocatoria de junta general documentada fue la correspondiente al año 1934:
Alcoholera del Tajuña [S. A]. (Morata)
Esta Sociedad convoca a Junta general ordinaria a los señores accionistas de la misma, el día veintitrés de noviembre, a las tres de la tarde, en su oficina, para dar lectura a la Memoria, aprobación de cuentas si procede y renovación del Consejo de Administración.
Morata de Tajuña, 22 de octubre de 1934. El Gerente, Gregorio González. (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 23 de octubre de 1934).
Lamentablemente, no hemos conseguido más información ni más datos sobre los últimos años de este proyecto empresarial morateño. El principal edificio propiedad de la Sociedad Alcoholera del Tajuña, situado en el camino del Molino Hundido y junto al Vivero, se mantuvo en pie hasta hace unos años después de que, tras la guerra civil, sus instalaciones se dedicaran, tras la compra efectuada por la familia Castejón, a la elaboración de productos vegetales, sobre todo tomate en conserva.
Como epílogo a esta pequeña historia de la Sociedad Alcoholera del Tajuña, una mirada atrás, cuando este proyecto era visto como una buena opción para mejorar el sector agrícola y el medio rural:
(…) Solo por medio de la asociación pueden los agricultores en pequeña escala defender su negocio y llevar a él los progresos de las modernas prácticas agronómicas.
La asociación ofrece la posibilidad de adquirir y aplicar máquinas y sistemas que economizan tiempo, abonos que aumentan la producción, dinero sin condiciones usurarias; permite comprar en buenas condiciones y vender con garantías de no sufrir engaño, en fin, la asociación reúne fuerzas aisladas que conjuntamente son capaces de una eficaz defensa de sagrados intereses que muy frecuentemente se atropellan (…) José Aragón. (La Correspondencia de España, 3 de diciembre de 1914).



*Arroba: Medida de capacidad equivalente a 16 litros.
**La denominada bodega experimental podría estar localizada en el callejón de la Cruz de Orozco. En el año 1916, el pleno del Ayuntamiento de Morata acordó entregar setenta metros de adoquín a la Sociedad Alcoholera para que los colocara, a su cuenta, en el callejón de la Cruz de Orozco. (Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, 7 de diciembre de 1916).
***El Consejo de Administración estaba integrado en 1912 por Manuel Sánchez Salcedo, Fructuoso Martínez de Velasco, Antonio de la Torre, Fabián Casado y Enrique García Gutiérrez





Fuentes y bibliografía:
  • Memoria presentada por el Consejo de Administración de la Sociedad Alcoholera del Tajuña a la Junta de Accionistas celebrada el día 30 de septiembre de 1912. Imprenta de Bernardo Rodríguez. Madrid, 1912
  • Las subsistencias de Madrid. Melgosa Olaechea, Miguel. Imprenta Municipal. Madrid, 1912.
  • Contestación al interrogatorio sobre cultivos de cereales, olivos, vid, agrios e industrias derivadas. Ortiz Cañavate, Fernando. Establecimiento tipográfico de M. Minuesa. Madrid, 1881.
  • Periódicos y publicaciones que se citan en el texto.


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